El zurdo tiene permiso de Texas para realizar siete aperturas con los Navegantes, la última de ellas el 16 de noviembre
Martín Pérez no sufre de miedo escénico. La apertura del juego inaugural de la temporada —una deferencia reservada para los lanzadores de mayor jerarquía de un equipo— recaerá sobre sus hombros. Pero el novato no piensa en protocolos. Está ansioso por demostrar de qué está hecho y por qué es considerado el brazo con mayor futuro en la organización de los Rangers de Texas.
“Estoy muy emocionado con la idea de estrenar el uniforme del Magallanes. Será un honor y un sueño cumplido de la niñez. Pocos viven un momento como ese. Tal vez sienta un poquito de presión porque es una responsabilidad grande y no puedo defraudar a nadie, pero espero superarla”, soltó el zurdo, con desparpajo.
Pérez, de 19 años de edad, impresionó en su primer trabajo de la pretemporada, el jueves de la semana pasada, como abridor de un interescuadras.
El guanareño usó 12 envíos para completar una entrada en blanco. Sólo Freddy Galvis le sacó la bola del cuadro y fue con un manso elevado a la derecha. Luis Rivas se embasó por error del campocorto; Marcos Vechionacci deslució abanicando tres envíos; Richard Hidalgo, descolgado, se embasó con infieldhit por tercera, y Luis Landaeta entregó el último out con un globito en zona de foul, por la antesala.
“Tiene una gran presencia en el montículo y muchos deseos de darse a conocer. Hay que ver lanzar a este muchacho”, comentó Luis Blasini, gerente deportivo de los Navegantes.
Pérez tendrá un tope de 80 envíos por presentación y sus instrucciones son hacer un máximo de siete salidas, desde el día inaugural hasta el 16 de noviembre.
“Usé todos mis pitcheos”, dijo el recluta, “mi curva no estaba cayendo como hubiese querido, pero mi cambio estaba bien y mi recta funcionó a la perfección. Ataqué la zona de strike, mis pitcheos siempre estuvieron bajitos”.
Vechionacci se ponchó con una poderosa recta a la altura de las letras. Sin chance.
“Es el pitcheo con el que reto a los bateadores, con el que voy a morir siempre”, agregó.
Texas quiere que mezcle más sus envíos, que no sólo dependa de la recta, que use más la curva y el cambio. Para eso se reportó a las filas valencianas.
“Posee una de las mejores curvas de ligas menores”, destacó Blasini. “La combinación efectiva de ese repertorio lo llevará a la rotación de los Rangers en cualquier momento de la próxima temporada. Es lo que aspiran allá”.
Pérez sabe que tiene en frente el mayor reto de su corta carrera. “Todos me decían que algún día estaría en una posición como ésta y al fin se dio la oportunidad. Ahora sólo debo trabajar duro, tener consistencia y continuar siendo humilde. Eso es lo más importantes para tener éxito en la vida”.
El prospecto convence con cada palabra. Su seguridad es pasmosa, sus reflexiones muestran una madurez que va más allá de su estampa de adolescente.
“No será lo mismo lanzar aquí que en ligas menores. Todos me dicen que a medida que avanza el calendario, el nivel va subiendo porque empiezan a incorporarse los grandeligas, los peloteros con experiencia. Eso es lo que quiero, enfrentar a gente que ha estado aquí por mucho tiempo, para aprender. Así, cuando llegue al spring training tendré una visión más amplia de cómo es este negocio”.
Pérez —que comenzó 2010 como el tercer mejor prospecto de Texas, según Baseball America— viene de su primera campaña completa en la clasificación doble A (Liga de Texas), con el Frisco. Abrió 23 de sus 24 partidos y pese a ponchar a 101 rivales en 99.2 innings, no pudo ser consistente. Dejó un récord de 5-8, con 5.96 de efectividad, sus rivales le conectaron para .290 y regaló 50 boletos.
“Estoy conforme con lo que hice este año. No todo el tiempo las cosas te salen bien y no debes acostumbrarte sólo a los triunfos. Porque cuando llegan los días en los que te va mal, te frustras. Por el contrario si sabes aceptar las situaciones adversas entonces puedes manejar el éxito y mantener la concentración en lo que quieres”.
Es lo que debe hacer con Magallanes. “A lo mejor me dan la oportunidad de ganarme un puesto en los entrenamientos de 2011, como hicieron (hace dos años) con Elvis Andrus. La organización quiere que aproveche el tope de envíos por encuentro para sacar más outs, quiere que ahorre pitcheos, que los comande, que gane experiencia. Allí estará mi progreso”.
El resto será sencillo, de acuerdo con su particular filosofía cuando sube al montículo.
“Ellos tienen el bate, pero yo la pelota. Batearán lo que yo quiera. Así son las cosas. Sin importar a quién tenga al frente, debo pensar que soy mejor que él”.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 11 de octubre de 2010
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