Miguel Montero liga .368 (38-14) en sus últimos 10 encuentros |
La figura de Arizona rompió el récord de extrabases de la
franquicia para un receptor, que estaba en sus manos desde 2009
Miguel Montero atraviesa por uno de sus mejores momentos con
el madero en la temporada. El receptor de los Cascabeles cerró agosto con una
cadena de 10 partidos con al menos un imparable, la más prolongada este año en
su cosecha particular, luego de atravesar por un slump que se inició a finales
de julio y lo acompañó durante buena parte del mes pasado.
“Soy catcher y esa es una posición en la que te cansas
bastante. Me sentí algo fatigado. Creo que eso pudo influir en el bajón que
tuve. Pero el manager (Kirk Gibson) me dio un par de días libres y logré
recuperarme un poco. Así es el beisbol. Hay momentos en los que te paras en el
plato y no te sientes cómodo. Pero en ocasiones te levantas, llegas al estadio
y te sientes bastante bien. Cuando analizas que estás haciendo mal, en
ocasiones no consigues una razón lógica de por qué no estás bateando, porque
todo está bien. Simplemente es confianza, sentirte cómodo, es la clave no sólo
para tener una racha, sino un buen año”, señaló el caraqueño, al otro lado del
hilo telefónico.
El martes, Montero disparó un cuadrangular de tres carreras,
en la victoria de Arizona, 9-4, contra Colorado, que elevó 44 sus extrabases en
sus partidos detrás del plato y rompió la marca de la franquicia para un
careta, que estaba en su poder desde 2009, con 43.
“Estoy muy contento con la marca”, confesó. “También hay que
tomar en cuenta que Arizona es una franquicia nueva, con apenas 13 años. Por
eso bromeando con mis compañeros dije: ‘será que antes de que yo llegara
Arizona, ningún catcher bateaba, ni siquiera un poquito (risas)?’. Pero, se
siente bien contribuir”.
Montero no sólo es un nombre más en el libro de registros
históricos de los Cascabeles.
Ha sido una de las principales razones de la buena zafra de
los desérticos. En las victorias del club su línea de producción es de
.313/.387/.540, que le otorga un extraordinario OPS de .927, con 11 de sus 14 jonrones
y 55 remolcadas. Además encabeza a sus colegas en las mayores con 31 dobles y 72
remolcadas, mientras que desde 2009 sus 119 batazos de dos o más bases, sólo
son superados por Brian McCann (134).
“Me han tocado situaciones importantes (con el madero) y he
tratado de aprovecharlas al máximo. En este momento todo el equipo está
produciendo y eso es contagioso. Todos estamos jugando muy bien, no es una sola
persona. Nos encontramos en el primer lugar, algo que quizás no esperan ni los
aficionados. Pero nosotros hemos respondido a nuestras expectativas como equipo
y organización. De verdad estoy muy contento”.
Hasta el miércoles, Arizona sumaba 12 partidos seguidos en
casa, la racha más larga en los anales del equipo, mientras que había salido airoso
en nueve de sus últimos 11 desafíos.
“Llegamos a septiembre con seis juegos de ventaja en la
punta de la División (Oeste de la Liga Nacional). Sólo tenemos que seguir
jugando nuestro beisbol y ser agresivos. Si lo logramos nos vamos a colar (a
los playoffs). La mayoría de los juegos que nos restan, salvo una serie contra
Pittsburgh, serán contra rivales directos. Está en nuestras manos avanzar”.
Esa tarea, impensable para los analistas antes del inicio de
la campaña, no genera una presión adicional en los Cascabeles.
“La presión la tienen ellos (los Gigantes, que marchan
segundos), aunque debemos mantener el ritmo y la confianza en lo que hacemos.
Cada vez que salimos al terreno de juego sentimos que vamos a ganar. Esa es la
actitud”.
Infranqueable detrás del plato
Antes del Juego de Estrellas, Montero sumaba 10
errores, la peor cifra entre los receptores de la Nacional. Pero logró hacer el
ajuste necesario y en sus últimos 50 encuentros no ha cometido marfiladas. La
última pifia la cometió el 23 de junio, contra Kansas City.
“Empezando la temporada hice muchos errores estúpidos, por ser agresivo en exceso tirando a las bases. Ahora me calmé un poquito. Estoy más paciente. Hago los tiros cuando necesito hacerlo”.
Henry Blanco, su catcher suplente, le ayudó a recuperar la confianza. “La mecánica para lanzar a las bases estaba allí. Henry me dijo ‘cuando saques a dos corredores seguidos verás que retomarás la confianza’. Así fue”.
Antes de la jornada de ayer el careta exhibía 40,3% (27 outs en 67 intentos) de efectividad evitando estafas.
“Empezando la temporada hice muchos errores estúpidos, por ser agresivo en exceso tirando a las bases. Ahora me calmé un poquito. Estoy más paciente. Hago los tiros cuando necesito hacerlo”.
Henry Blanco, su catcher suplente, le ayudó a recuperar la confianza. “La mecánica para lanzar a las bases estaba allí. Henry me dijo ‘cuando saques a dos corredores seguidos verás que retomarás la confianza’. Así fue”.
Antes de la jornada de ayer el careta exhibía 40,3% (27 outs en 67 intentos) de efectividad evitando estafas.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional
el 1° de septiembre de 2011
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