Ortiz exhibió efectividad de 0.82 en los entrenamientos |
El zurdo demostró que la estatura no influye en la
efectividad y debutó el domingo con los Rangers luego de convencer con una
brillante pretemporada
Joseph Ortiz tenía una idea clara de cómo debía asumir el
día del estreno en las grandes ligas. Se había paseado por ese escenario más de
una vez mientras se formaba en las filiales de Texas. Sus compañeros Elvis
Andrus y Adrián Beltré le dijeron que lo asumiera como cualquier otro partido,
mientras que el catcher Geovany Soto lo ayudó con algunos reportes del equipo
rival, pero cuando se encontró sobre el montículo del Minute Maid Park, para
tirar el octavo inning del partido inaugural de la campaña contra Houston, no
pudo evitar ponerse nervioso.
"Como debe pasar con todo jugador que debuta en las
grandes ligas, los nervios me atacaron. Nunca había estado frente a tantas
personas (41.307). Aunque después del primer pitcheo, pude calmarme y logré
terminar el inning", recordó Ortiz, por teléfono desde Arlington. "Al
final, era todo lo que esperaba. Un parque lleno. Gracias a Dios, se dio la
oportunidad".
El zurdo encajó una carrera, le conectaron triple y
sencillo, pero ponchó parado a Carlos Peña y tirándole a Rick Ankiel, dos
bateadores de su mano.
El miedo escénico duró poco. Terminó la entrada y regresó al
dugout.
Nada diferente a los años que pasó en ligas menores, pese a
sus 1,70 metros de estatura, muy por debajo de la media "ideal" para
un lanzador.
"Creo que debí demostrar un poco más que el resto por
mi tamaño", admitió. "Los demás tienen ventaja por ser altos y
grandes. Tuve que esforzarme más. Ser aguerrido".
Ortiz, de 22 años de edad, no fue protegido en 2010 y 2011. Nadie
lo tomó en el draft de la regla 5. Pese a su efectividad vitalicia de 2.28,
WHIP de 1.06 y media de 9,1 ponches por apenas 2 boletos, cada 9 entradas.
El año pasado su nombre comenzó a sonar y Texas estuvo cerca
de subirlo. En noviembre lo colocaron en roster de 40 y en la primavera dejó
una excelente efectividad de 0.82 en 11 innings. Apenas el jueves de la semana
pasada, el manager Ron Washington le informó que había hecho el equipo. Todo
pasó rápido. Más rápido de lo esperado.
"La clave para convencerlos fue salir a guerrear en la
lomita, hacer el trabajo sin importar el rival que tenía en frente.
Tirar strikes y colocar la bola en la zona baja. Eso fue
todo lo que hice". Así de simple. Sin aspavientos.
Su slider, que llega al plato en 80 millas por hora,
combinada con una recta de 92-93 mph, causa estragos contra los zurdos, que en
2012 le ligaron apenas para .214/.222/.398.
De los 100 toleteros de su mano a los que enfrentó,
guillotinó a 25 y apenas les regaló un boleto.
"Sabíamos que podía hacer el equipo", señaló Rafic
Saab, supervisor de scouts de los Rangers en el país. "Es un joven que
sabe lo que hace sobre el montículo. Tiene mucha concentración y lo que más
impresiona es la cantidad de strikes que tira y el comando sobre todos sus
envíos (recta, cambio, curva, slider y sinker).
La estatura nunca fue un problema. Por su condición de
zurdo, jamás fue subestimado. Es diferente cuando se trata de derechos".
Aunque, Ortiz insistió en que nada ha sido fácil para él.
"Dejé buenos números en el spring training, pero ellos
no me tenían en sus planes. Les hice abrir los ojos y entendieron que sí podía
estar en grandes ligas. Por eso me emocioné cuando (Washington) me llamó a su
oficina y me felicitó.
Me dijo que no cambiara nada de lo que estaba haciendo y no
lo haré. Se trata de ser el mismo siempre".
Ortiz inicia la campaña como el tercer zurdo en el bullpen
de los tejanos, detrás de Michael Kirkman y Robbie Ross. Algo que podría
cambiar a medida que avance la temporada.
"Nunca tiene presión. Al menos no lo demuestra. Reta a
los bateadores y siempre está en la zona. No teme usar sus envíos en cualquier
conteo. Así que no lo veo como un lanzador de situaciones. Tiene el repertorio
para ir largo en el medio de los partidos y la actitud para ser un set up. No
me extrañaría que termine en ese papel", explicó Saab.
La lista de los pitchers zurdos de la estatura de Ortiz que
han lanzado al menos 100 entradas en las mayores, durante la última década, es
corta. Apenas Tim Collins (1,70 metros, Reales) y Danny Herrera (1,68 metros,
Rojos, Cerveceros y Mets).
"Estamos aquí. Eso es lo importante. Ahora hay que
trabajar el doble de lo que hicimos en ligas menores y el spring training para
seguir adelante, obtener resultados y mantenerme arriba", enfatizó Ortiz,
sin dejar espacio a la duda.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 2 de abril de 2013
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