miércoles, 29 de octubre de 2014

Miguel Rojas quiere aportar sin mucho ruido

Foto: AVS PHOTO REPORT 

El grandeliga se ha convertido en una de las piezas más útiles de los Tiburones en las últimas temporadas

    
Miguel Rojas fue recibido el pasado fin de semana con un sonoro aplauso cuando su nombre fue anunciado como parte de alineación titular de los Tiburones, en el estadio Universitario. Un merecido reconocimiento, ahora que el versátil jugador estrena el estatus de figura en La Guaira, tras debutar en las mayores en 2014.

“Tarde o temprano, el trabajo duro siempre da frutos. Estoy muy feliz con lo que ha pasado en los últimos dos años de mi carrera”, dijo Rojas, uno de los peloteros más útiles de los escualos desde que comenzó su carrera en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional en la campaña 2009-2010. “Gracias a Dios, pude llegar a las grandes ligas, algo con lo que siempre había soñado”.

Luego de siete temporadas en el sistema de granjas de los Rojos de Cincinnati, Rojas firmó un contrato como agente libre en 2013 con los Dodgers de Los Ángeles, organización que le invitó a los entrenamientos de primavera y le dio la oportunidad de ganarse un puesto. Incluso viajó a la serie inaugural en Sídney. Lo enviaron de vuelta a las menores pero en junio regresó y se quedó hasta la Serie Divisional de la Liga Nacional.

A principios de agosto, una atrapada de Yasiel Puig, que decapitó un batazo de Josh Hamilton en Anaheim, apareció una y otra vez en los noticieros deportivos de Estados Unidos. Al día siguiente el manager de los Dodgers, Don Mattingly, recibió a los reporteros que acudieron a su acostumbrada rueda de prensa antes de los encuentros, con una pregunta: “¿Qué hay con Rojas? Nadie me preguntó por Rojas, que con su guante impidió cuatro o cinco hits”.

Mattingly se refería al triunfo de su club 7-0 contra los Ángeles, el 7 de agosto. La defensa de Rojas ayudó a que Hyun-Jin Ryu dejara en dos hits a sus rivales, en siete dominantes innings. Cada vez que pudo, el estratega destacó las jugadas espectaculares del venezolano, que esa noche se desempeñó en las paradas cortas en lugar de Hanley Ramírez, que fue colocado como designado en el encuentro interligas.

“Lo más importante fue la experiencia que adquirí de quienes tienen años en las mayores. Adaptarme a las rutinas, saber cómo comportarme tanto dentro como fuera del terreno. Es lo mejor que me ha pasado. Además de los playoffs, que fue una experiencia inigualable”

El mirandino, de 25 años de edad, atesora esos recuerdos, pero desea dejar el neón y las bambalinas de la gran carpa guardadas hasta el próximo año. No quiere distraerse de los objetivos que en este momento le ocupan.

“Todavía queda mucho por hacer y demostrar. Ahora mismo estoy enfocado en ayudar a los Tiburones en lo que pueda”, enfatizó Rojas, que prefiere mantener un perfil bajo.
“Siempre es un privilegio venir aquí y ser una pieza importante, pero se trata de un equipo. Cada quien pone su granito de arena para ganar los juegos. El beisbol es un juego de conjunto. Un pelotero no puede hacerlo todo. De mi parte solo puedo inyectar la energía con la que juego”.

Por eso no le preocupa que Luis Sardiñas, el joven prospecto de los Rangers de Texas y una de las figuras emergentes de los escualos, se una al equipo a partir del 1° de noviembre.

“Soy una pieza más. No vengo a jugar solo en el campocorto o en alguna posición en particular. El manager (Buddy Bailey) es quien tiene la última decisión. Si me quiere en el shortstop, en segunda, tercera o el left field, estaré disponible. Soy un utility. No soy un pelotero de todos los días”.

Pero el público, los fieles fanáticos de La Guaira, no dejan de apoyarlo y cada vez que sale a batear le recuerdan cuán importante es para el club.

“Siempre sientes un poco de ansiedad antes de debutar y el recibimiento que me dieron los aficionados fue muy bonito. Me inyectó un extra de adrenalina”.

En los tres primeros encuentros en los que participó hizo buen contacto y consiguió 4 hits en 11 turnos, con un doble y 2 remolcas.

“Antes había bateado en un par de juegos en la Liga Paralela, así que no estaba perdido en el plato. Hasta ahora las cosas están saliendo bien”.

Rojas ligó .311 en la 2010-2011, pero desde entonces no ha podido igualar ese registro. Sus habilidades son otras. No es un bateador de promedio. Pero asegura que su estadía en las mayores le cambió la visión que tenía del arte de empuñar el madero.

“Aprendes mucho, sobre todo cuando tienes cerca de ti a un toletero como Adrián González, que ha reunido grandes campañas ofensivas. Aprendes con verlo practicar o cuando entiendes su aproximación al juego, la manera de ir al plato con un plan”, explicó. 

“Eso no quiere decir que todo me vaya a salir bien, desde el punto de vista ofensivo. Solo digo que fue de gran ayuda tener a Adrián como compañero. Más allá que los coaches de bateo (Mark McGwire y John Valentin), Adrián fue el que estuvo más cerca de mí. Tengo que agradecerle muchísimo y espero estar con él un par de años más”.


Rojas no es el mismo, aunque no lo admita. Una pasantía por las mayores siempre hace la diferencia.

Esta nota apareció publicada en la LVBP.com el 29 de Octubre de 2014

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