viernes, 19 de junio de 2015

Giovanny Alfonzo extiende la dinastía de su familia

Fotos: CORTESÍA UNIVERSITY OF TAMPA

Luego de ser seleccionado en el draft universitario por Miami, el infielder debutará esta noche con el Batavia (A-)



Giovanny Alfonzo ha visto pasar los últimos días de manera vertiginosa, como si estuviera dentro de un carrusel. El miércoles de la semana pasada fue tomado en el draft de MLB por Miami. El domingo llegó a un acuerdo para firmar su primer contrato profesional y esta noche debutará con el uniforme del Batavia, la filial de los Marlins en la Liga Nueva York Pensilvania, un circuito clase A de temporada corta.

“Hasta ahora ha sido muy divertido y emocionante”, dice el campocorto al otro lado del teléfono. “Siempre disfruté los partidos de los Marlins porque tienen en su equipo a peloteros provenientes de su sistema de ligas menores. Ahora soy el fanático número uno del equipo”.

Giovanny viene de brillar con los Spartans de la Universidad de Tampa, un exitoso programa en la segunda división de la NCAA, e intenta extender la dinastía de los Alfonzo en el beisbol.

Hijo de Edgar y sobrino de Edgardo y Robert, Giovanny conectó un grand slam para ser la figura del triunfo de su club 6-2 contra losFilis de Filadelfia, en el primer partido de exhibición de la pretemporada de Grandes Ligas. Durante una semana el estacazo apareció en programas deportivos a lo largo de Estados Unidos y colocó al joven de 22 años en la mejor de las vitrinas.

“Creo que siempre estuvo en el radar de los scouts, pero obviamente ese partido en el spring training le dio una proyección importante. Esa exposición lo ayudó”, destaca Edgar, el orgulloso padre, que se desempeña como coach de bateo de los Tigres de Detroit en la Liga de la Costa del Golfo. “Viene de una gran temporada en la universidad, sacudió 11 jonrones, incluido el que le sacó a Filadelfia. Espero que siga haciendo las mismas cosas, que no cambie nada ahora como profesional. Debe adaptarse, pero tiene las condiciones”.

Durante tres días los Alfonzo siguieron desde su hogar el draft, frente del televisor, cerca del teléfono.

“Estaba acompañado de mi mamá (Sharon), mi papá y mi hermano menor (Leandro), aguardando por el esperado momento. Pero al tercer día, después de la decimoquinta ronda, estaba un poco desanimado y salí a comprar comida con mi hermano. Estando fuera me tomó Miami. Le dije a mi hermano que llamara a mi mamá y ella ya estaba llorando. De regreso a casa, mi hermano y yo celebramos, gritamos. Fue especial y muy emotivo cuando me encontré con mis padres”, recuerda Giovanny, que dejó una línea ofensiva de .344/.393/.570, con 10 cuadrangulares y 48 empujadas, en sus últimos 52 partidos con los Spartans.

El caraqueño fue el primero de los cinco seleccionados de la Universidad de Tampa y el venezolano 38 en la historia del sorteo que sale favorecido.

“Fue un proceso muy estresante. La llamada parecía que no iba a llegar. Todos estábamos muy ansiosos”, agrega Edgar, que es el primer fan de su hijo, pero un maestro estricto.

“Me abrazó durante varios minutos y me felicitó. Me dijo que estaba orgulloso de todo el trabajo duro que había realizado y que esa selección se debía a mi esfuerzo. Pero inmediatamente después de decir eso agregó que ahora se trataba de mi trabajo y que debía estar listo todos los días. Así que me dijo que me fuera al gimnasio”, rememora Giovanni entre risas.

El nuevo profesional de la familia, que también incluye a su hermano mayor Edgar, un lanzador zurdo, se caracteriza por ser un bateador paciente. En dos años con los Spartans su porcentaje de embasado fue de .385 y en 423 turnos solo abanicó la brisa 43 veces, a razón de un ponche cada 10 turnos, por 26 boletos.   

“Es muy inteligente jugando beisbol. Posee excelentes manos a la defensiva y domina muy bien su swing. Es un bateador que puede llevar la bola lejos y regar los jardines con sus conexiones. Es muy paciente. No me sorprendió que lo seleccionaran”, confiesa su tío Edgardo.

Fonzie jugó durante 12 años en las mayores, ganó un Bate de Plata, asistió a un Juego de Estrellas y durante muchos años su swing fue usado como ejemplo en el sistema de granjas de los Mets de Nueva York, organización para la que actualmente trabaja como técnico del Brooklyn (A-).

“Tiene un gran maestro en Edgar y a esta altura cuenta con mucha más experiencia de la que tuve yo a su edad. Es una ventaja jugar en el programa universitario porque su nivel podría compararse con una liga profesional. Tiene una gran ética de trabajo y pienso que ascenderá rápido en el sistema de Miami”.

A finales de julio, el Batavia visitará al Brooklyn. Dos generaciones de la familia Alfonzo se enfrentarán. El ciclo vital inicia una nueva vuelta.

“Uno no deja de sorprenderse con estas cosas. Será emocionante verlo jugar como profesional. Ese era su sueño desde que estaba muy pequeño”, puntualiza Edgardo.

A la distancia, Edgar estará pendiente de lo que ocurra a partir de hoy. No puede dejar seguir y evaluar a su hijo y pupilo.

“Si lo comparo con el tipo de jugador que era yo en mis tiempos de activo, es mucho más rápido y con fuerza. Yo era un bateador de líneas hacia la banda contraria. El usa todo el terreno y puede llevar la bola lejos. No trata de halar todos los pitcheos”, glosa Edgar. “A la defensiva cuenta con muy buenas manos y alcance en el campocorto, aunque puede desempeñarse con solvencia en segunda y tercera. Defensivamente, lo veo por encima de Edgardo a su edad. Claro, está por debajo con el bate, porque, como todos saben, Edgardo era un fenómeno a la ofensiva”.

Giovanny sigue girando en el carrusel. Flota como en un sueño.

“Ahora se está convirtiendo en realidad. Tengo la oportunidad de abrirme camino hasta las Grandes Ligas y necesito enfocarme y trabajar tan duro como cualquier otro. Por supuesto que es mi sueño, pero está tan cerca ahora que es una realidad para mí”, dice convencido el infielder.

Una promesa

Giovanny Alfonzo estudia gerencia deportiva y asegura que solo ejercerá su profesión cuando se retire del beisbol, pero no piensa abandonar la universidad.
“Le prometí a mi mamá que me graduaría. Me falta un semestre, así que volveré a las aulas en septiembre, cuando terminé la campaña con el Batavia, y me graduaré en diciembre”.

Corazón de León

Giovanny Alfonzo tomó una decisión cuando ni siquiera le llegaba a la cintura a su padre Edgar. Cuando creciera y comenzara a jugar beisbol profesional vestiría el uniforme de los Leones del Caracas, el archirrival de los Navegantes del Magallanes, el equipo de su tío Edgardo.

“Mi papá jugó para los Leones y crecí llevando el uniforme del Caracas con el número 7 en la espalda. Quiero volverlo hacer ahora, igual que mi papá antes que yo”, asegura el novato.

Llegado el momento, la gerencia capitalina está abierta a firmarlo, no solo por su linaje, sino por el talento del que hablan los scouts.

“Giovanny nació en la Clínica Loira y me acompañaba al estadio cuando jugaba con el Caracas y su sueño es vestir el uniforme que usé”, indica Edgar, que este año regresa al país como coach de tercera de los felinos. “Espero verlo con los Leones por ahí, cuando esté en doble A o triple A”.

El otro Alfonzo

Edgar Alfonzo no puede ocultar la emoción cuando habla de Giovanny. “Llegará a la gran carpa”, asegura. Pero es mucho más vehemente cuando habla de su hijo menor Leandro, de 15 años de edad.

“Se encuentra en su penúltimo año en el bachillerato y considero que se desarrollará muy rápido. Al verlo, de inmediato te das cuenta de su talento. Cuando comience a jugar subirá de punta a punta. Así como Edgardo era el mejor de nosotros, siendo el hermano menor, así es Leandro”.


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