Fotos: AVS PHOTO REPORT |
Tras un lento inicio de temporada en el que fue abucheado en el Universitario, el receptor exhibe promedio por encima de .400 en noviembre
Valencia.- Yorvit Torrealba fue blanco de abucheos en el
Estadio Universitario, cuando intentaba alcanzar el ritmo de su habitual juego
en el primer mes de la temporada. Pero las silbatinas se han aplacado en días
recientes. El experimentado receptor ha conectado algunos batazos clave para
Leones y los exigentes aficionados caraquistas le han premiado con aplausos.
Hace un par de noches conectó un laberíntico cuadrangular
por encima de la pared del jardín izquierdo, en medio de una paliza 13-3,
contra Caribes de Anzoátegui. Era su segundo estacazo de vuelta completa en
tres desafíos.
“Estoy tratando de ser consistente, me he sentido más
cómodo. He tratado de llevar lo que hago en la práctica de bateo al juego y se
están viendo los resultados. Me esfuerzo por ser más paciente en el plato”,
señaló Torrealba, que antes del jonrón del jueves, protagonizó un gran turno
contra Joe Testa, luego de estar abajo en la cuenta 0-2.
Cuando pisó el plato, tras su vuelacercas de dos carreras,
los fanáticos de la derecha lo recibieron con una ovación.
“Me siento satisfecho porque estoy ayudando al equipo,
respaldando el trabajo de mis compañeros, la fanaticada no me interesa para
nada”, advirtió el careta, de 37 años de edad, que al final de la campaña
colgará los spikes.
En ese partido, pese al amplio marcador, Daniel Mayora fue
expulsado del juego por subir a la tribuna a reclamarle a un seguidor del
Caracas algunos comentarios subidos de tono, que tenían como blanco a su
familia.
“Fue otro inconveniente con los aficionados. Deberían
respetar un poco más al pelotero, no vamos a sus trabajos o a sus oficinas a
ofenderlos. Nosotros también tenemos familiares y es muy desagradable oír esas
palabras. Mi madre, en un Caracas-Magallanes, escuchó muchas groserías hacia mi
persona. No me interesa lo que ellos hagan, pero que lo tomen un poquito en
consideración. Estamos aquí para ganar juegos. Punto final. Independientemente,
si le gusta o no como lo hagamos”, enfatizó Torrealba, tras concluir el juego.
Luego de batear apenas .200 (25-5), con una impulsada en
ocho desafíos durante el mes de octubre, el ex grandeliga iniciará la jornada
de hoy con .421 (19 -8), con dos jonrones y tres remolcadas, en seis desafíos
en noviembre.
“La virosis por la que atravesé ya está superada y me
encuentro en un 100 por ciento saludable”, puntualizó el veterano mascara.
“Obviamente es difícil rendir, luego de venir de un año sin jugar. Aunque
quieras tomar el ritmo rápido, es prácticamente imposible. En la defensa pude
aportar desde el principio, pero yo mismo me sorprendí por el lento inicio con
el bate. Poco a poco me he ido adaptando al rol que me han dado (de no jugar
todos los días)”.
Torrealba tuvo un inicio frío de campaña |
El mes pasado, el piloto Alfredo Pedrique trató de quitarle
presión. Torrealba estaba en el lineup por su aporte detrás del plato.
“Mi consejo fue decirle que disfrutara los partidos. Como
manager, lo que busco de él es la defensiva. La misión principal, la razón por
la que hizo el equipo, fue por su mascota, su experiencia al manejar el
pitcheo, sobre todo el relevo intermedio donde tenemos muchos muchachos
jóvenes”, explicó el mandamás capitalino. “Los fanáticos tienen que tener un
poquito de paciencia. Yorvit no va a conectar hits todos los días. Está
trabajando muy duro para mejorar su parte ofensiva. Solo tenía que relajarse un
poquito”.
Antes de volver a uniformarse con Leones, el último juego de
Torrealba se remontaba al 16 de diciembre del año pasado, cuando disputó el
último encuentro de la 2014-2015, una campaña decepcionante para el catcher.
“Durante todos mis años como grandeliga me gustaba ponerme
presión para tatar de mejorar todos los días”, explicó Torrealba “Trataba de
echarme el equipo al hombro, aunque no fuera el caballo o la estrella del club.
Esa es mi forma de empujarme, de motivarme. De verdad, que es una presión que
me gusta”.
“Pero sentí un poco de ansiedad porque la campaña pasada no
estuve contento con mis números (.250, 3 2B, 8 CI) y, siendo mi último año en
el beisbol, anhelo estar en una final y alcanzar un campeonato, porque nunca he
tenido la suerte de vivirlo en la LVBP”, abundó el careta. “Por eso, algunas
veces me paro a batear y quiero hacerlo todo yo solo, pero dependemos del resto
de los compañeros. Esa fue la presión que puse sobre mis hombros al principio
de la temporada y las cosas no me salieron”.
Ahora, Torrealba solo espera tener un poco de tranquilidad
en el parque de Los Chaguaramos.
“No me interesan las pitas de los fanáticos, siempre van a
criticar”, reiteró. “Puedo dar dos jonrones seguidos y si en el tercer turno me
poncho, van a abuchearme. Ellos sienten que por pagar una entrada pueden
hacerlo, en lugar de disfrutar lo que están viendo. A mí no me interesa, pero a
los muchachos jóvenes si les puede afectar y esa no es la idea. Lo ideal es
sentirnos a gusto cuando estamos en casa”.
UN MENTOR EN EL DUGOUT
Con las ausencias de Ramón Cabrera y Carlos Pérez en el
roster del Caracas, la figura de Torrealba era fundamental en la estructura del
equipo. Sus conocimientos no solo eran estimados por lo que podía hacer en el
terreno, sino para fungir como una suerte de mentor de los jóvenes Albert
Cordero y Alfredo González.
“Siempre estuve de acuerdo con el manager Pedrique. Me gusta
ayudar. Son muchos jóvenes con talento y estoy poniendo mi granito de arena con
un consejo o una observación”, sonrió Torrealba. “Estoy sumamente contento con
ellos. Quieren aprender, escuchan, son respetuosos, saben jugar duro al beisbol.
Creo que tienen una gran unión. No se les puede pedir más”.
Cordero, de 25 años de edad, ha sido el que más encuentros
ha recibido (22) y González, de 23 años, el que mejor promedio exhibe en la
temporada (.319, de 47-15).
“Son dos peloteros que están listos para jugar a diario en
esta liga. Mientras más oportunidades reciban, ganarán más confianza. Cordero
está listo. Llama muy bien los juegos. Tiene una idea clara de lo que está
haciendo. González, que es el más joven, se deja llevar un poco por la
adrenalina. Por eso he conversado un poquito más con él durante los partidos.
Pero estoy muy contento con el desarrollo de ambos. Están demostrándole a la
fanaticada que están listos para jugar a diario”.
*Este texto contó con la colaboración de Henry Roldán
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