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El jardinero celebró el título de Serie Mundial con los Reales de Kansas City alzando la bandera de Brasil, pero asegura que se siente orgulloso de representar al Cardenales en las Mayores
Valencia.- Paulo Orlando se convirtió el mes pasado en el
primer brasileño en una Serie Mundial. Apareció con los campeones Reales de
Kansas City y desde entonces las entrevistas en su país, una potencia
futbolística conocida por sus cinco títulos mundiales FIFA y sus estrellas del
balompié, no han cesado. El beisbol ocupó espacios en la prensa, antes
inimaginables.
“Lo hice representando a un deporte que todavía no es muy
conocido en el país”, dijo el jardinero de Cardenales de Lara, uno de los tres
brasileños que han actuado en las Grandes Ligas. “Ahora contamos con varios
peloteros en ligas menores y espero que sigan firmando a más brasileños. Ojalá
en cinco años más el número crezca y varios tengan la posibilidad de jugar en
la Gran Carpa”.
En 2014, Orlando formó parte de la alineación del Omaha, que
ganó el título de la Liga de la Costa del Pacífico (AAA), y luego disputó el
partido que le dio el Campeonato Nacional Triple A contra Pawtucket.
Pero en la primavera de este año, fue invitado a los
entrenamientos de Kansas City y parecía poco probable, que a sus 29 años de
edad, hiciera el equipo. Solo que logró convencer, se quedó arriba y terminó
jugando 86 encuentros, con una breve pasantía por el Omaha.
“Estoy muy contento por llegar a las Mayores. Tuvimos una
tremenda temporada en Kansas City y logramos ganar la Serie Mundial. Algo que,
simplemente, sueñas y lo hice en mi primer año”, destacó Orlando, que fue
precedido en las Mayores por sus compatriotas Yan Gomes y Andre Rienzo.
Durante esos días, sintió un calor fraterno en el club house
de los Reales al compartir a diario con los venezolanos del equipo.
“Ya conocía a Salvador (Pérez) y (Omar) Infante. Había
jugado con Alcides (Escobar). Me siento como un venezolano más. Muy contento de
ser parte de ese equipo y ahora estoy aquí, con Cardenales”.
En Barquisimeto le dieron la bienvenida de un héroe. En su
primer turno recibió una ovación de pie en el Estadio Antonio Herrera
Gutiérrez.
“Siento un cariño muy grande, fruto del trabajo que he hecho
en ligas menores y aquí durante los últimos años. Llegar a Grandes Ligas y ser
un representante de Cardenales, es muy importante para mí. Siempre me envían
mensajes positivos. Aquí me conocen mucho, es una cosa inimaginable. Fue una
gran bienvenida. La energía fue increíble. Cardenales está haciendo una buena
temporada y espero entrar rápido en ritmo para ayudar al equipo”.
Orlando regresó como había prometido a la gerencia del club,
tras disputar su último encuentro en diciembre de 2014, en una jornada doble de
desempate por la clasificación. No se reportó antes por sus compromisos en
Kansas City y aunque todavía es temprano para conocer su futuro y la
posibilidad de volver, el paulista aseguró que ver acción en la LVBP ha sido de
radical importancia en su desarrollo como pelotero.
“Es muy bueno jugar aquí, sobre todo para mí que soy de
Brasil. Cuando regreso a casa paso muchos meses sin entrenarme. Siempre tienes
que enfocarte para el próximo año, para los entrenamientos de primavera, y
jugar en Venezuela ha sido importante en mi carrera”.
En cuatro años con los crepusculares, promedia
.312/.372/.442, con 13 jonrones y 76 remolques, repartidos en 146 encuentros.
Lo que le convierte en uno de los mejores importados de la franquicia. En la
zafra anterior implantó marcas personales en partidos (64), turnos (235),
anotadas (33), hits (75), dobles (13), jonrones (8), remolcadas (40) y bases
robadas (5).
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