El prospecto de los Dragones de Chunichi trata de adaptarse a la cultura del país y al exigente nivel de la LVBP
El sol cae inclemente sobre el José Bernardo Pérez, pero Shinji Iwata luce inmutable.
Trota, corre y hace sprints, de acuerdo con la posición de varios conos que han sido colocados cerca de la zona de seguridad para demarcar las diferentes estaciones del ejercicio. Apenas son las dos de la tarde.
Es la primera vez que el prospecto japonés sale de su país como profesional, luego de dos campañas en la NPB. Su objetivo es ganar experiencia para consolidar su juego con los Dragones de Chunichi, la organización que lo envió al lejano Caribe para que se uniformara con Magallanes.
“Antes había lanzado en Holanda, en un torneo de universidades, pero esto es diferente”, dice Iwata a través de Watari Sumida, su entrador particular e intérprete. “La calidad del beisbol aquí es muy parecida al de las ligas menores de Japón, incluso de las grandes ligas. La diferencia es que en Venezuela debo cuidarme de todos los bateadores de la alineación. Todos son muy fuertes".
Iwata, de 23 años de edad, fue la quinta escogencia de Chunichi en el draft de 2009, tras brillar en Meiji University. En 2010, luego de liderar la Liga del Oeste en efectividad (2.86) con la sucursal de los Dragones, fue ascendido al equipo grande y terminó con balance de 1-1, más un promedio de 2.61 carreras limpias en 20.2 innings, repartidos en 5 salidas.
Chunichi tiene un programa para enviar peloteros a las ligas de invierno con la intención de que se curtan. La campaña anterior Shoji Nagamine y Takuya Asao lanzaron para las Estrellas Orientales en República Dominicana.
“Este año, nuestro jefe cambió el plan y prefirió Venezuela. Así fue como se hizo el contacto con Luis (Blasini, gerente deportivo)”, cuenta Sumida.
“Vi cuatro de sus partidos en video y me convenció”, confirma Blasini. “Hasta ahora ha respondido a las expectativas, aunque todavía le falta ganar consistencia. Tiene una gran ética de trabajo, lanza bajito en diferentes ángulos, mezcla su repertorio y no teme retar a los bateadores”.
Iwata pareciera que cumple una sentencia a trabajos forzados. Su intensidad en la preparación física impresiona. Fue el primer importado que se reportó a las prácticas de los Navegantes y lo hizo una semana antes del día inaugural. Nada a lo que no esté acostumbrado.
“No puedo comparar los entrenamientos de Japón con los de aquí. Es una cultura totalmente diferente. Sólo puedo decir que son más duros allá”.
Iwata no ha tenido suerte en sus dos primeras salidas, pero junto con Eric Junge, es uno de los abridores que ha ido más lejos en sus aperturas. En 9.2 capítulos exhibe 6.52 de efectividad, pero suma 9 ponches por apenas 2 boletos.
“A medida que vaya sumando entradas, se verá mejor, como el resto de nuestros lanzadores. Es un trabajo progresivo. Iwata ha respondido a ese plan”, comenta Ray Searage, coach de pitcheo de los filibusteros.
“La pelota es muy diferente a la que usamos en Japón, así que el agarre se dificulta. Tengo una buena curva pero he tenido problemas para tirarla. Todavía no me acostumbro a las costuras de esta pelota. El resto de mis pitcheos (recta, cambio) están bien”, dice Iwata, que hace todo lo posible por adaptarse a la liga y sobre todo a una cultura ajena a sus costumbres.
“El lenguaje corporal me ayuda a comunicarme. Entiendo un poco inglés y ahora español”, dice parco, con pocas palabras, aunque Sumida se extiende en la traducción. Es como estar dentro de la película Lost in Translation.
“He aprendido a decir gracias, buenos días, cómo estás (arrastrando las sílabas, en español)... y también maricón (al fin sonríe). He intercambiado algunas palabras con mis compañeros: domo arigato (muchas gracias) y konnichi wa (hola)”.
Sus compañeros simplemente le llaman “chino”, como ocurre con Sumida y Keyto Homma, que está en su tercera temporada consecutiva como trainer del equipo. A Iwata le causa gracia.
“La gente aquí es muy simpática y amable. Es la forma de ser del latino. Totalmente diferente a Japón. Me siento bien cuando voy a un restaurante y me reconocen. La gente trata de que me sienta bien. Es muy agradable”.
Las cosas se calientan cuando esos aficionados pagan una entrada y comienzan a gritar en las tribunas. “Sí. El fanático es agresivo, igual que en Japón, pero aquí están más cerca de los peloteros. Eso me gusta”.
Iwata es como una esponja. Intenta absorberlo todo y utilizarlo en su desarrollo como pelotero. Tal vez en un futuro cercano la experiencia le sirva para hacer la transición a Major League Baseball.
“Estoy muy contento por jugar en Venezuela. Apenas tengo dos años en la liga de Japón y no descarto ir a las mayores. Pero ahora me enfocó en lo que estoy haciendo”.
Blasini cree que pronto encontrará su ritmo de juego y cuando lo haga su aporte al Magallanes será fundamental. “Es lógico que pase por un proceso de adaptación. Hasta ahora va por el camino indicado"
Sushi no, arepaIwata, nativo de Nagoya, la cuarta ciudad más grande de Japón, prefiere las arepas y el arroz venezolano al sushi que consigue en algunos restaurantes de Valencia. “La comida japonesa de aquí es muy diferente a la nuestra. Es sushi tipo americano, no puedo comer un rol que tenga queso crema. No encontré nada que se parezca a lo que como en casa. Pero puedo comer arepa, arroz, queso, jamón. Hasta ahora todo ha ido bien”.El clima también es diferente a la región del archipiélago de donde es originario. “Allá tenemos las cuatro estaciones, aquí es muy cálido. Siento mucho calor y me canso por el sol. Pero me gustan las montañas que he visto”.
El Dato
Shinji Iwata es el séptimo japonés que juega en el país. Los otros son Yasumitsu Shibata (1982-83); Tadashi Sugimoto (1982-83); Makato Suzuki (1998-99, 2006-07, 2007-08, 2009-10); Tesu Yofu (2003-04, 2005-06), Yusaki Iriki (2006-07); Hideo Nomo (2007-08).
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 24 de octubre de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario