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| La Guaira celebró su clasificación como si tratara de un título |
Los dirigidos por Marco Davalillo exhiben récord positivo en los tres meses de la temporada. La ofensiva fue su principal arma.
La Guaira amaneció ayer con récord de 34-23, el mejor registro del club desde que terminaron con 35-29 en la zafra 1984-85.
Marco Davalillo siempre habló de la obligación de clasificar que tenía La Guaira para lavar su imagen frente a sus fieles seguidores, luego de una temporada para el olvido que cortó una racha de tres años seguidos asistiendo a la postemporada.
Ese compromiso se vio reflejado en la manera como el equipo jugó para alcanzar ese primer objetivo. "Cuatro de nuestros peloteros han sido electos los mejores de la semana, pero además de ellos han sido muchos los héroes en cada partido.
En los momentos importantes siempre conseguimos una respuesta", destacó el estratega. Y precisamente allí estuvo la clave. En la regularidad que consiguieron los Tiburones durante la ronda eliminatoria, hasta que hace un par de noches alcanzaron el pase matemático a la semifinal.
A diferencia de los otros siete clubes, los litoralenses solo atravesaron por un bache en la campaña y lograron superarlo.
Entre el 29 de octubre y el 14 de noviembre perdieron 11 de 15 desafíos. En medio de ese mal momento fueron enviados a la banca Scott Van Slyke y Jeff Baisley, quienes terminaron saliendo del club para dar la posibilidad a la gerencia de reforzar con brazos foráneos el pitcheo, el principal talón de Aquiles del club.
"Después de ese momento hemos jugado con una alineación de puros criollos. En un 60% de la campaña no hemos usado a importados de posición".
Esa apuesta rindió sus frutos.
La Guaira terminó octubre con foja de 10-6; en noviembre jugó para 14-12 y antes de la jornada de ayer, marchaba con registro de 10-5 en diciembre. Una victoria más le garantizará terminar con balance positivo en todos los meses del calendario, algo que solo podría igualar Aragua si sale airoso en sus últimos seis compromisos.
"Celebramos una clasificación temprana porque todo se nos dio desde el primer momento.
Jugamos sin presión, con mucha alegría. En este momento vemos cómo festejan Alex Cabrera y Francisco Rodríguez, no podemos pedir más", dijo emocionado Francisco Arocha, presidente de los escualos, minutos después del lauro sobre Bravos el martes.
Cabrera comenzó a producir desde su llegada al club. Ha conectado imparables en los ocho equipos en los que ha participado y suma tres cuadrangulares, la misma cantidad de hace dos años, la última vez que participó en la LVBP. Sus conexiones robustecieron aún más la mejor ofensiva del campeonato, que desde octubre a oscilado entre .272 y .287, su pico en noviembre, gracias a la producción de Grégor Blanco, candidato a Jugador Más Valioso, Héctor Sánchez y César Suárez, que están peleando el título de bateo, además de Oscar Salazar, segundo en remolcadas del circuito.
El bullpen también fue clave en el logro de los Tiburones.
Después de ser uno de los peores al inicio de la campaña, logró ser más consistente y bajar la efectividad a 3.66. Ahora, el Kid Rodríguez se une a Enrique González, la principal figura entre los relevistas durante buena parte de la campaña, para configurar un sólido cuerpo de bomberos.
El pitcheo de los Tiburones mejoró de manera ostensible en diciembre, hasta el punto que antes de la jornada de ayer permitía una carrera menos (3.70) con relación a lo hecho en noviembre (4.76).
El compromiso fue importante, pero el rendimiento fue el que puso a los escualos camino a su mejor ronda eliminatoria desde la campaña 1976-77, cuando aseguraron el primer lugar en solitario con foja de 36-28.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 22 de diciembre de 2011
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