lunes, 17 de junio de 2013

Luis Miguel Guillorme acepta el reto de ser comparado con Omar Vizquel

Fotos CORTESÍA FAMILIA GUILLORME

El venezolano seleccionado por los Mets en el Draft universitario y colegial cautiva a los scouts con su defensa en el shortstop. Comenzará la temporada en la Liga de la Costa del Golfo


Un video muestra a Luis Miguel Guillorme lanzándose hacia el medio del campo para detener un roletazo que parecía destinado a internarse en el jardín central. Con gran agilidad saca la bola del guante y desde el suelo la entrega al segunda base que pisa la almohadilla para iniciar un relampagueante dobleplay.

La plasticidad de la jugada arranca aplausos de quienes asistieron al partido.

El habilidoso campocorto emigró al sur del estado de Florida con su familia hace cinco años y desde entonces deslumbró de tal manera a los scouts de grandes ligas, que su nombre apareció en todos los reportes no sólo como uno de los mejores jugadores defensivos en su posición antes del Draft universitario y colegial de Major League Baseball, sino que frecuentemente fue comparado con Omar Vizquel.

Esa capacidad para recoger rodados, gran rapidez y movimiento de pies en el shortstop, suaves manos y un sólido brazo, cautivó a los Mets de Nueva York que pagaron un bono de 200.000 dólares para asegurar su firma. Rangers de Texas, Marlins de Miami y Mellizos de Minnesota también llegaron a interesarse.

Guillorme fue tomado en el segundo día del sorteo, en la décima vuelta, para convertirse en el venezolano mejor ubicado en el proceso de 2013, por encima del barquisimetano Carlos Asuaje, seleccionado en la undécima ronda por los Medias Rojas de Boston.

El caraqueño, de 18 años de edad, fue estrella de los equipos de las secundarias Chaminade Madonna y Coral Springs, con la que se graduó de bachiller. En las dos escuelas usó el número 13.

“Lo llevo por Vizquel”, enfatiza al otro lado del teléfono. “Crecí admirándolo y mi sueño es emularlo algún día”.

Guillorme comenzó a entrenarse esta semana en el complejo primaveral de los Mets, en Port St. Lucie, y el 21 de junio iniciará su pasantía con la filial de novatos de los neoyorquinos en la Liga de la Costa del Golfo. Es el primer paso de su incipiente carrera. 
Vizquel le dejó un listón que se pierde en el horizonte. Heredero de la gran tradición de campocortos venezolanos, “manos de seda” ganó 11 Guantes de Oro e implantó varios récords para el país en los anales de las grandes ligas.

“Sé que es difícil, pero voy a intentar seguir ese camino. Es lo que quiero hacer como profesional”, insiste.

Tommy Tanous, director de scouteo amateur de los Mets, piensa que el guante de Guillorme lo llevará a ser un exitoso profesional. “Es divertido verlo a la defensiva”, asevera en un trabajo de MLB.com.

Una opinión compartida por el coach Paul Herfuth, que lo dirigió en los dos clubes con los que actuó en la preparatoria. “Luis es enérgico y tiene la habilidad de deslumbrar en cualquier momento del juego. A lo largo de su carrera en Chaminade (y Coral Springs) ha hecho jugadas espectaculares, demostrado su notable capacidad física”, señala en una entrevista al sitio Perfect Recruits.

Guillorme fue calificado como el mejor pelotero defensivo de su posición en High School –junto con Oscar Mercado– y el prospecto 218 de Estados Unidos, previo al Draft, por Baseball America.

“Todavía no caminaba bien y ya tenía un guante en la mano”, cuenta Lilibeth González, madre de Luis Miguel y cosmetóloga, que junto con su esposo Luis Manuel Guillorme, un analista de sistemas, y su hijo menor Samuel, se radicaron en Davie, Fort Laudarle, en busca de un mejor futuro.

“Su vida es el beisbol. Nunca tuvo otros juguetes. En sus cumpleaños o en Navidad siempre pedía un guante o un bate”, destaca su madre.

En Caracas, Guillorme participó en distintas categorías de la divisa La Salle-La Colina, perteneciente a la Liga Ávila de la Corporación Criollitos de Venezuela, antes de irse con su familia. A los 12 años representó al país en una competencia internacional en Homestead.

“Siempre ha sido algo natural en mí. Es lo que siempre me ha gustado”, refiere Guillorme. “Tenía clases desde las 7 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde. Practicaba desde las 2:45 hasta las 6:00 y luego me quedaba un par de horas más en el gimnasio o tomando sesiones de entrenamiento extras”.

Esa ética de trabajo será clave para mejorar sus principales falencias. Es un corredor por debajo del promedio (7,28 segundos en las 60 yardas) y, como bateador zurdo, su fuerza es nula. Algunos cazatalentos creen que pueda ser un pelotero con características similares a Rey Ordóñez, el excelso fildeador de las paradas cortas que dejó un average vitalicio de .246 como grandeliga.

Sin embargo, en 30 encuentros con el Coral Springs ligó .570 de average, más un OBP de .640, mientras impulsaba 34 carreras. Conectó 53 imparables, incluidos 17 dobles y un triple, en 117 turnos. Apenas se fue en blanco en dos desafíos, en tanto que conseguía 16 juegos multihits. Guillorme también mostró algunas habilidades con el madero en showcases del programa Perfect Game.

“Siempre he sido un bateador paciente, tomo boletos y hago contacto, pero tengo poco poder y no soy veloz, es lo que siempre han dicho los scouts”, admite. “Así que voy a esforzarme para mejorar esos aspectos de mi juego”.

A Guillorme le acompaña el ímpetu de la juventud y el talento necesario para ser considerado prospecto. Su futuro lo escribirá a pulso, día a día.

“Es lo que quiero”, repite con firmeza.   


Lejos de casa
Antes de ser escogido por los Mets, Guillorme había aceptado una beca para unirse al State Junior College de Florida.
“Me hubiese gustado que siguiera estudiando”, confiesa la señora Lilibeth. “Pero fue su decisión. Desde los 9 años, sabíamos que tenía un talento especial y que el besibol era su camino”.
Aunque, lo más difícil de asimilar para la familia será las largas separaciones que trae consigo el calendario y las exigencias de un profesional del beisbol.
“Soy una madre latinoamericana. Me cuesta separarme de mis hijos. Me hubiese gustado que firmara con Miami, para tenerlo más cerca. Ahora su futuro está en Nueva York”.

Apenas 30
Luis Guillorme (Mets) y Carlos Asuaje (Medias Rojas) son los primeros venezolanos escogidos en el Draft de regla 4 desde 2012, cuando los Gigantes de San Francisco tomaron en la vuelta 15 a Leonardo Rojas, un catcher de Miami Dade South CC. 
Hasta ahora, 30 criollos han sido seleccionados en el sorteo desde que Hernán Adames abrió la cuenta en 1986, con los Medias Blancas.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 17 de junio de 2013


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