Galarraga comenzó la temporada en la filial triple A de Cincinnati |
Armando Galarraga trata de labrarse un nuevo camino. En
medio de una sólida temporada en triple A, el ex grandeliga procura volver
pronto a las mayores, ahora con los Rockies
El primer día de Armando Galarraga en el Louisville Slugger
Field, donde inició esta campaña con la filial de los Rojos de Cincinnati, no
fue diferente a los que ha vivido en otros parques donde lanzó después del 2 de
junio de 2010. Su presencia no pasó inadvertida para los aficionados y los
representantes de la prensa regresaron a las mismas preguntas.
"Los fanáticos me reconocieron y me trataron
bien", declaró el derecho por teléfono. "Un par de periodistas me
preguntaron por el juego casi perfecto. Les dije que hablaría sólo una vez más
del tema. Es algo superado".
Galarraga trata de dejar en el pasado aquel partido de hace
tres años que cambió su vida, que dividió su carrera en antes y después. Luego
de lograr 26 outs consecutivos contra la alineación de los Indios de Cleveland,
desde la lomita de los Tigres de Detroit, la multitud de más de 17 mil personas
que asistió al Comerica Park pasó de la euforia a la estupefacción y más tarde
a la indignación.
El campocorto Jason Donald falló con un roletazo a la
inicial fildeado sin problemas por Miguel Cabrera, que entregó la pelota a
tiempo para que Galarraga completara la jugada en la almohadilla. Pero Jim
Joyce, uno de los mejores umpires de las grandes ligas, se equivocó y decretó
"quieto al corredor".
La escena mil veces repetida por la televisión mostró la
sonrisa incrédula de Galarraga y la protesta airada de Cabrera. Las
repercusiones de la errónea decisión llegaron hasta la Casa Blanca. La mañana
siguiente, el secretario de prensa, Robert Gibbs, hizo mención al partido
durante su acostumbrado encuentro matutino con los medios. La compañía General
Motors le regaló un Corvette convertible al agraviado. Joyce se disculpó y
Galarraga aceptó la explicación. Ambos escribieron un libro y presentaron un
galardón en los Premios Espy.
"Es algo que siempre estará allí", admitió el
lanzador. "Lo irónico es que Donald, el que me dio el hit, jugó conmigo
(en las menores). Nos saludamos y compartimos como lo harían dos compañeros.
Eso quedó atrás. Nunca hablamos sobre ese juego. Entre nosotros no ocurrió
nada. Fue una equivocación del árbitro".
Cambio. Donald y
Galarraga formaron parte del roster del Louisville Bats, la filial triple A de
los Rojos, antes de que el venezolano fuese canjeado a principios de esta
semana a los Rockies de Colorado. El primero llegó a la organización de
Cincinnati en un cambio en diciembre del año pasado. El cumanés, en cambio,
firmó un contrato de ligas menores en febrero e intentó reencontrarse con el
pelotero que fue, con el pitcher que formó parte de la rotación de Detroit
durante tres temporadas, antes de que su carrera se fuera a pique.
"Sólo trato de demostrarme a mí mismo que puedo volver
a las mayores", enfatizó.
Con los Rojos su camino a las mayores estaba obstaculizado
por la presencia de los abridores Mat Latos, Bronson Arroyo, Homer Bailey, Mike
Leake y Tony Cingrani. Ahora es posible que la ruta hacia la gran carpa sea
menos cuesta arriba con los Rockies.
"Nadie está más contento que yo con el cambio",
dijo Galarraga esta semana. "La rotación de Cincinnati es muy buena y era
casi imposible que subiera. Estaba un poco frustrado ya que cada día me hago
más viejo. Colorado necesitaba un brazo y me brindará la oportunidad, si Dios
quiere, de ir a la postemporada".
Algunas veces recoger los pasos para tomar un nuevo camino
en busca de otro horizonte puede ser tortuoso. Luego de una breve e inefectiva
pasantía con los Diamantes de Arizona en 2011, Galarraga pactó con los Orioles
de Baltimore en la siguiente primavera, pero fue despedido sin tener la
posibilidad de ganarse un puesto.
"Me sentí mal. No me lo esperaba. No había lanzado una
pelota y estaba sin empleo. Fue cuando caí más bajo en mi carrera. Toqué
fondo", reconoció. "Entonces me dije que no me podía ir peor. El
cuerpo se dobla, pero no se rompe. Y en ese punto tienes dos opciones echarte a
morir o pasar la página".
Los Astros de Houston le ofrecieron una oportunidad en su
sistema de granjas, pero cuando lo subieron dejó balance de 0-4 y 6.75 de
efectividad, en cinco inicios. Lanzó por última vez en las mayores el 19 de
agosto de 2012 y al final de la campaña se declaró agente libre.
Era el momento de pasar la página. "Ahora le estoy
dando una vuelta a mi carrera y ese entusiasmo no me lo puede quitar
nadie", afirmó.
Un buen 2013.
Antes de ser canjeado esta semana, Galarraga fue uno de los lanzadores más
consistentes de la Liga Internacional. En sus 16 aperturas con el Louisville,
antes del Juego de Estrellas, dejó balance de 6-6 y 2.98 de efectividad, la
quinta mejor del circuito.
"He trabajado en la localización de mis pitcheos
sobretodo con la recta, recta de cuatro costuras y el sinker. He aumentado la
velocidad y estoy mezclando bien los envíos", explicó el mirandino, que
recibió elogios del instructor de lanzadores de los Bats, Ted Power, de acuerdo
con una entrevista concedida por el técnico al Courier-Journal. "Se esforzó para mejorar en los
entrenamientos. La calidad de sus innings demuestra lo duro que ha trabajado
para ser un mejor lanzador".
"Constancia y dedicación son las palabras que definen
mi campaña", subrayó Galarraga.
La otra constante ha sido mantenerse saludable. Promedió más
de cinco entrada por salida y no perdió turnos en la rotación. En agosto de
2011 se operó el codo derecho para retirar astillas de hueso y pasó más de un
año para recuperarse.
"Desde entonces he buscado cómo fortalecerme y ahora
todo lo que hice en 2012 está dando sus frutos. Estoy tirando entre 94 y 95
(millas por hora) la recta".
Su promedio en las mayores fue de 90,3 mph entre 2007 y
2012, de acuerdo con FanGraphs.
"Perdí muchos kilos como consecuencia de un plan de
acondicionamiento al que me sometí y bajé la masa muscular, algo que fue
contraproducente. Mi velocidad cayó. Ahora logré recuperar mi peso ideal",
informó.
Con más chance. Mientras
estuvo con Louisville, el equipo grande de Cincinnati promovió a Tony Cingrani,
que se encuentra en la rotación del conjunto, además de Justin Freeman y Pedro
Villarreal.
Todos son miembros del roster de 40 y fueron ex compañeros
de Galarraga.
"Uno siempre piensa que lo van a llamar", refirió
el diestro. "Es algo que da vueltas en la cabeza. Cuando se lesionó
(Johnny) Cueto pensé en esa posibilidad, pero si me subían por una
circunstancia como esa, no tenía opciones para bajar y tendría que ser puesto
en waivers. Por eso era más difícil. De cualquier forma no estaba en mis
manos".
Al derecho lo inspira la vida de Andrés Galarraga, que
resurgió de sus cenizas con Colorado luego de una campaña terrible en San Luis
en 1992.
"Recordé a Andrés cuando le hicieron un homenaje
recientemente en Denver. Pienso que necesitaba pasar por esto, para darle un
cambio a mi carrera. Uno se acostumbra a lo bueno y comienzas a sentirte
cómodo. Por eso no es malo dar un paso atrás. Si no ocurre nada este año,
trataré de buscar la próxima temporada a un equipo que tenga fe en mí. Eso te
da más ánimos para regresar".
La vida en las menoresLa experiencia de Armando Galarraga le brinda beneficios que otros peloteros de ligas menores no tienen, pero después de ser regular en la gran carpa, es difícil volver a los orígenes."La readaptación no es fácil. Los aficionados te apoyan, pero nada se equipara a cuando estás arriba, en las grandes ligas. Allá todo es diferente y quiero volver a disfrutarlo".
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 21 de julio de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario