Javier Betancourt valora la experiencia con Leones

Foto: AVS PHOTO REPORT

Miembro de la familia Alfonzo, uno de los apellidos más reputados en el beisbol del país, el novato asegura que su juego ha mejorado durante su primera pasantía por la LVBP

Caracas.- Javier Betancourt fue uno de los primeros en salir a ensayar el swing en la malla, durante el último partido de Leones en el Estadio José Bernardo Pérez. Es una práctica usual del novato, que por primera vez afronta la responsabilidad de estar en el roster del Caracas.

“Es una experiencia que será inolvidable. Nunca me imaginé que estaría aquí a tan corta edad. Es la primera vez que me pongo esta camiseta”, señaló el joven infielder que apenas en mayo cumplió 20 años de edad. “Estoy realmente contento con las oportunidades que he recibido y, afortunadamente, las cosas han salido bien. El manager (Alfredo Pedrique) ha depositado esa confianza en mí y he podido responder. Pope eso siempre practico temprano. Espero que todo siga igual. Lo estoy disfrutando”.

Betancourt tiene una responsabilidad consigo mismo y el equipo, pero también con su familia. Su segundo apellido es Alfonzo, uno de los nombres más reputados en el beisbol del país.

“Para mí es un compromiso, seguir con la tradición familiar. Mis tíos son Edgar y Edgardo. Fueron grandes peloteros, brillaron en la liga, uno con Leones y el otro con Magallanes. Además Edgardo fue una estrella con los Mets de Nueva York. Quisiera seguir con esa dinastía. Cada vez que salgo al terreno pienso en eso. Busco defender ese legado a diario”, destacó Betancourt.

Edgar Alfonzo es parte del cuerpo técnico del equipo y debe dedicarle el mismo tiempo que emplea en ayudar al resto de los jugadores del club, pero los lazos fraternos siempre están allí. Es algo que no se puede evitar. Su otro tío Robert, fue scout y ahora maneja una academia. Sus primos Giovanny, que da sus primeros pasos con los Marlins de Miami, tras ser tomado en el draft universitario, y Edgar que formó parte del bullpen capitalino, son hijos de Edgar.

En ocasiones, llamarse Alfonzo acarrea un peso importante.

“Sí. Tiene sus cosas positivas y negativas, porque siempre existe la comparación, es algo que no puedes evitar. Pero me enfoco en lo positivo. Aprovecho que tengo a mi tío Edgar cerca del equipo en este instante. Hablamos sobre el juego, de la convicción con la que se debe hacer este trabajo. Hablamos de tratar de ser mejor cada día, ayudar al equipo y aprovechar las oportunidades para jugar bien”.

Edgar Alfonzo también fue su coach en el sistema de granjas de los Tigres de Detroit.

“Está empezando y quieres que comience a hacer las cosas bien”, destacó Alfonzo. “Mi hermana es una fastidiosa (risas), siempre quiere estar encima de él. Ahora hay muchas más distracciones, que cuando uno tenía su edad. Play Station, laptops, teléfonos móviles. Tiene que mantenerlo enfocado. Es lo que hacemos Robert, Edgardo y yo… No esperaba que le dieran tanta oportunidad, pero en los entrenamientos le fue muy bien y se ganó un puesto con el equipo grande”.

“Tener a mi tío aquí sirve para ayudar al equipo, si mejoro ayudo al equipo”, puntualiza Batancourt. “Él es un entrenador con mucha experiencia, pero a la vez es un apoyo fuera del terreno. Como familia, sus consejos también son de vida, porque es mayor que yo y ha pasado por todo lo que estoy viviendo. Sus comentarios durante los juegos son los mismos que le puede decir a cualquier otro infielder, la diferencia es que lo conozco desde niño”.

 

Betancourt terminó la temporada en el puesto 11 entre los mejores prospectos de Detroit, organización que lo envió a Milwaukee nada menos que a cambio de Francisco Rodríguez, uno de los mejores relevistas en la historia de las Grandes Ligas. Los Cerveceros están en un proceso de renovación y poco después de la transacción le colocaron la etiqueta de prospecto número 20 al recién llegado.

“Pienso que estar jugando en la LVBP ayuda a un pelotero joven como yo, sin importar donde comience en 2016”, destacó. “La concentración que debes tener en cada partido es algo único, algo que nunca antes había enfrentado. Jamás jugué alrededor de tanto talento. He estado en entrenamientos de primavera de las Mayores, pero no es lo mismo. Con toda esta fanaticada. La adrenalina fluye. Es algo que hay que vivir”.

Betancourt ha aparecido en tres choques contra Magallanes, el Eterno Rival del Caracas, un encuentro que acapara la atención de buena parte del país. Una serie en la que se juega un campeonato diferente al regular.

“Si no estás metido en el partido, en un momentico te pierdes y eso puede costar una derrota”, abundó el talentoso segunda base. “Eso me lo quiero llevar a Estados Unidos para ser mejor”.

Yorvit Torrealba, una suerte de mentor dentro de la cueva de los Leones, aseguró recientemente estar sorprendido con el talento de la generación de relevo del Caracas.

“Estoy sumamente contento con ellos. Quieren aprender, escuchan, son respetuosos, saben jugar duro al beisbol. Tienen una gran unión. No se les puede pedir más, sobre todo a los jugadores de posición”, puntualizó el experimentado receptor.

Betancourt ha sido uno de los pocos novatos de los melenudos que se ha mantenido todo el año con el club. Gracias a su gran actitud.

“Creo que la clave ha sido apoyamos entre todos. Cuando comenzó la temporada y vimos que habíamos hecho el equipo, todos los novatos nos sentábamos juntos porque queríamos aprender del juego, para tratar de adaptarnos al nivel que estábamos viendo, esperando el momento de ser llamados. ‘Esta oportunidad puede ser tuya porque eres zurdo’, le decía a (Harold) Castro o ‘prepárate’ a (Yoxhian) Medina, si había un cambio defensivo. Nos manteníamos al tanto de todo lo que pasaba. También con Dixon (Machado). ‘Trata de dar hit en el primer turno para pedir la pelota’. Todos con el hambre de jugar y hacer lo mejor posible. Si pedías la pelota era porque habías conectado un hit para ayudar al equipo. Teníamos que ganarnos la confianza de Pedrique. Esa era y sigue siendo una gran motivación”, puntualizó.

Pedrique agradece el empeño de los jóvenes, pero sabe que a medida que avanza la temporada, su tiempo de juego se verá reducido.

“Con las incorporaciones que hemos tenido, la banca ha ganado en experiencia”, apuntó el estratega. “Considero que los muchachos han hecho un gran trabajo porque al principio tenía que enviarlos al ruedo en situaciones a las que no están acostumbrados. Cuando uso un muchacho en la parte final del juego, tiene que enfrentar a un setup o a un cerrador, es decir a hombres de experiencia entre Triple A y Grandes Ligas. Sin embargo, los felicito porque han sido guerreros, agresivos, no han tenido ningún tipo de temor”.

 Betancourt apenas ligó tres hits en 17 turnos en noviembre. Ahora su función se limita a corredor emergente o reemplazo defensivo. En octubre sacudió de 11-5, un jonrón y cinco remolcadas, en cuatro desafíos.

“Esto es un trabajo de todos los días. Siempre agarro papel y lápiz anoto todo para no perder detalle. Tienes que estar listo para tomar un turno, correr o salir a defender. Si estoy en el roster es lo que haré. Todo suma. Al manager Pedrique le gusta brindarle oportunidad a todos sus peloteros, tanto a los de experiencia como a los novatos. Él sabe qué puede hacer cada quien y eso es lo importante”.

A Betancourt todavía le resta mucho camino por recorrer, pero la tradición de su linaje no corre riesgo.

"ALFONZO, MEJOR QUE BETANCOURT" Cuando Javier Betancourt era apenas un niño y jugaba en el beisbol menor, soñaba con ser como su tío Edgardo Alfonzo y llevar su apellido en la espalda.“Eso fue hace mucho tiempo (risas), cuando estaba iniciándome en la pelota”, contó el infielder. “Quería ser como Edgardo, imagínate. Decía que no era Javier Betancourt sino Alfonzo. Entonces lloraba porque en mi camisa colocaban Betancourt. ‘Quiero que me llamen Alfonzo’, decía y comenzaron a ponerme el nombre completo y se veía enorme en la espalda (risas). Lo tenía tan cerca, era mi ídolo y mi familia. Cosas de chamo. Pero a medida que fui creciendo, entendí que no iba a dejar de ser Alfonzo porque mi primer apellido fuera Betancourt. Siempre seré un Alfonzo”.