Francisco Puello Herrera, presidente de la Confederación del Caribe |
MLB ha encontrado resistencia para
la firma del Acuerdo Invernal. Voces de protestas se alzan en el Caribe
La resistencia surgida dentro de la Confederación del
Caribe para firmar el nuevo Acuerdo Invernal con las Grandes Ligas, por
considerarlo perjudicial para sus intereses, sienta un precedente importante,
aunque ambas partes terminen estrechándose la manos.
Venezuela fue el primero en alzar
la voz y, pese a moderar más tarde su posición, México llegó a respaldarle.
“La propuesta de no firmar el
acuerdo no se hizo de manera formal. Todos apostamos por el entendimiento con
MLB. Vamos a hacer lo posible por llegar a un acuerdo”, señaló Francisco Puello
Herrera, presidente de la
Confederación del Caribe, a El Nacional.
El documento se venció en
diciembre del año pasado y hasta el fin de semana no había pacto.Uno de los
obstáculos tiene que ver con la exigencia de que los equipos de MLB puedan impedir
unilateralmente que cuatro de sus jugadores participen en sus circuitos domésticos.
Los otros puntos de quiebre están relacionados con la posibilidad de incluir a
cualquier pelotero que se encuentre en lista de lesionados desde el 1º de julio
bajo fatiga extrema, sin que cumpla con los requerimientos mínimos para tener
ese estatus, y la intención de MLB de que el contrato se extienda por siete años,
a diferencia de los anteriores cuya vigencia expiraba en dos o tres años.
“Estoy muy optimista. Voy a
llevar a MLB una contrapropuesta que creemos que es beneficiosa para todos”,
agregó Puello Herrera.
En teoría, sería factible jugar
al margen de un acuerdo, según el abogado Arturo Marcano, columnista de
ESPNDeportes.com.
“Es absolutamente viable, pero no
sólo con jugadores que están fuera del convenio laboral entre MLB y la unión de
peloteros (agentes libres o ligas independientes), el resto que pertenece a los
equipos de las mayores también podrían uniformarse, pero los clubes caribeños
tendrían que gestionar sus permisos individualmente con cada organización,
incluso los importados. MLB no puede vetarlos”.
El inconveniente a esa salida es
que los procesos serían mucho más lentos y en temporadas cortas, como las
invernales, esperar una o dos semanas puede ser la diferencia entre clasificar
o quedar eliminado.
“El acuerdo invernal evita que se
hagan esos trámites pelotero por pelotero y otorga, con restricciones específicas,
un permiso global”, explicó el analista legal.
En este instante, el principal
enemigo de la
Confederación del Caribe y sus afiliados es el tiempo. Algunos
campeonatos están a poco más de un mes por iniciar sus rondas regulares y, ni
siquiera, los importados han sido contratados.
“El campeonato irá a como de
lugar, ya veremos hasta donde llegan las restricciones de los equipos”, señaló
Humberto Oropeza, presidente ejecutivo de Lara. “Muchos jugadores necesitan el
dinero o ganar experiencia y seguro se incorporarán a nuestras ligas”.
Roberto Ferrari, miembro del tren
directivo del Magallanes, cree que debe dejarse constancia del desacuerdo,
aunque las partes firmen. “Los que dirigen MLB tienen que entender que somos
socios en este negocio, aliados, no enemigos”.
Pero la relación de fuerzas seguirá
inclinada de un lado de la balanza.
“Pienso que los anteriores
procesos para llegar a un acuerdo han sido mal manejados”, puntualizó Marcano.
“En la mayoría de los casos sólo se firmaba el documento, sin enfrentamientos. Esta
vez, la posición de Venezuela tiene mucha claridad en cuanto a los aspectos
legales. Ha puesto sobre la mesa elementos serios de discusión. Claro, no es
fácil unificar criterios y opiniones. Cada liga entiende el problema a su
manera y cada dueño de equipo tiene una opinión”.
La estrategia de negociación de MLB
es mucho más sencilla. Existe una sola postura y sobre ella se establecen los parámetros
de discusión. Pero nunca es tarde para levantar la mano.
Esta columna apareció publicada en el diario El Nacional el 2
de septiembre de 2013
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