Foto CORTESÍS MUSEO DEL BEISBOL
Sojo se retiró con el segundo promedio más alto de
la LVBP
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El icono de los Cardenales de Lara fue el centro de
un emotivo acto, cargado de anécdotas y recuerdos. Dalmiro Finol se unió al templo de los inmortales
VALENCIA
Luis Sojo siempre ha sido un hombre elocuente. En
sus días como jugador activo nunca dejó de responder con sus batazos en los
momentos clave y como manager siempre tiene algo que decir. Pero, embargado por
la emoción, debió detenerse varias veces para enjugar las lágrimas, tomar aire,
y luego continuar con sus palabras de agradecimiento durante una de las
ceremonias más concurridas de exaltación al Salón de la Fama, que se haya realizado
en el Museo de Beisbol.
“Creo que estoy leyendo algo que no es mi discurso”,
dijo, echando mano a una original salida que provocó las risas del abarrotado
auditorio Luis Aparicio, mientras trataba de recomponerse. “Es un día muy
importante para mí. Quién iba a pensar que un muchacho de Petare, que un niño
como yo, iba a jugar profesional. Confieso que nunca lo pensé. Pero un día, mi
hermano (Hernán) me llevó al Parque del Este y allí conocí al señor Ángel
Renato Vilchez y por ahí siguieron las andanzas de aquel niño con anhelos de
ser un pelotero. Años más tarde, después de muchas enseñanzas, Vilchez me presentó
a Alfonso Carrasquel y éste a Domingo Carrasquel, que era el gerente deportivo
de Cardenales y ustedes saben el resto”.
El infielder y jardinero vistió el uniforme de Lara
en 21 temporadas en las que fue Novato del Año (1986-87), dos veces Jugador Más
Valioso (1989-90 y 1993-94), ganó cinco títulos de bateo, se convirtió en uno
de los seis bateadores de la liga con al menos 1.000 imparables, mientras que
dejó promedio vitalicio de .321, el más elevado entre los bateadores derechos, sólo
superado por Víctor Davalillo (.325). Una actuación que ayudó a los pájaros
rojos a alcanzar cuatro campeonatos. En las mayores actuó durante 13 campañas y
atesoró cinco anillos de Serie Mundial.
“Por mi mente nunca pasó que podría tener ese éxito.
Siempre pensé que era un pelotero del montón, pero con un corazón grande. Eso
me convirtió en el pelotero que fui. Tuve mucha disposición, muchos deseos de
superar las caídas que sufrí, no sólo a nivel profesional, sino en mi niñez y
adolescencia. Muchos problemas que me impidieron practicar beisbol desde
temprano, el factor económico sobretodo. Por eso, estoy aquí y no lo creo”.
Sojo reconoció a Domingo Carrasquel porque “peleó”
para que le dieran “la oportunidad de ser un pelotero profesional” y lo ayudó a
ser “un hombre de bien”; a Omar Malavé, que lo empujó a convertirse en líder
del Cardenales; así como a sus compañeros Oscar Escobar, “un motivador cuando
empecé en ligas menores”, Giovanni Carrara y Robert Pérez, “ambos artífices de
los momentos importantes de los Cardenales”; a Lara, “porque fue una
organización que siempre me apoyó”, y al Magallanes, “por rescatarme para la liga
como manager”.
“Robert me ayudó a mantenerme firme cuando los
Azulejos me enviaron a ligas menores después de colocarme en waivers (1993). Regresé
a Venezuela, tuve la mejor temporada con Lara y me eligieron Jugador Más
Valioso. Allí iniciamos una gran época con el equipo. Por eso y todo lo que ha
hecho, pienso que no hay un mejor jugador en esta liga que él”.
Al petareño, de 48 años de edad, volvió a
quebrársele la voz cuando mencionó a su familia, en especial su esposa Zuleima.
En medio del emotivo momento su hija menor, Lys, de cuatro años de edad, rompió
el protocolo y corrió hasta el podio a abrazarlo.
“Ella es mi último hit”, soltó Sojo, esta vez entre
risas.
El
primer slugger
El nombre de Dalmiro Finol aparecía en el Salón de
la Fama junto al resto del equipo de Venezuela que ganó la Serie Mundial Amateur
de 1941 y desde ayer el recinto también mostrará un nicho individual para el
zuliano.
El Ovejo, como era apodado, fue una de las grandes
figuras del beisbol nacional entre los años 40 y 50. Brilló con el Cervecería
Caracas y con el Gavilanes, en la Liga Occidental. Cuando se retiró era líder
de la LVBP con 48 jonrones y 293 empujadas.
“Finol y las figuras de su generación hicieron
posible que el beisbol se alojara en los corazones de los venezolanos y se
convirtiera en una pasión”, señaló Giner García, director ejecutivo del Salón
de la Fama.
La placa de Finol, fallecido en 1994, fue recibida
por su viuda Cira de Finol.
ElDatoLos artistas plásticos Wilmer Rivas y Adolfo Estopiñán fueron los responsables de los óleos y las estatuillas en los que quedaron inmortalizados Luis Sojo y Dalmiro Finol.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 27 de septiembre de 2013
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