Foto: Prensa Cardenales de Lara |
El novato amaneció hoy como el mejor bateador del Cardenales y emerge como figura en el inicio de la temporada
Caracas.- A simple vista, Juniel Querecuto no da la
impresión de ser un novato. Se pasea con aplomo por el terreno y con desparpajo
habla de sus aspiraciones en la temporada con el Cardenales de Lara.
“Apenas descansé una semana, después de concluir mi
actuación en ligas menores, y me incorporé a las prácticas. Quería trabajar
desde temprano para poder ser parte de la alineación y rendir. Creo que eso me
ha ayudado”, asegura el barquisimetano.
El campocorto, de 23 años de edad, terminó la primera semana
como líder del circuito con .500 de promedio (20-10) y hoy amanece como el
mejor bateador de su equipo (.417, de 24-10). Nada mal para un joven que apenas
apareció en un juego, como reemplazo defensivo, el 10 de octubre del año
pasado.
“Desde un principio formó parte de los planes del equipo”,
afirma Richard Gómez, coordinador deportivo del club. “Contamos con pocos
jugadores con su nivel en las granjas de MLB. Es un pelotero establecido en
Doble A, con experiencia en Triple A (con Tampa Bay). Juniel es una de nuestras
figuras jóvenes y una de las bases de la reestructuración que del equipo”.
El manager Luis Dorante advirtió, antes del inicio de la
eliminatoria, que buena parte del talento emergente de Lara recibiría, no solo
la oportunidad de mostrarse, sino de demostrar que la divisa crepuscular camina
a paso firme en el presente y hacia el porvenir inmediato.
Así que ya comienzan a aparecer los nombres de los
jardineros Elvis Escobar y Ericson Leonora, el lanzador Osmer Morales, así como
los infielders Deinar López, Jeckson Flores e Ildemaro Vargas, que llegó en un
cambio con Caribes de Anzoátegui.
Pero hasta ahora, Querecuto ha sido el rostro visible, el
joven que ha atraído la mirada de todos. Hijo mayor de Juan Querecuto, figura
de la receptoría del Cardenales, que estuvo activo en la década del 90 y
principios de 2000.
“Tener a un padre que haya vivido la experiencia de jugar
como profesional y que pueda darte consejos sobre lo que debes hacer, es muy
importante”, señala Querecuto. “Nos hablamos todos los días cuando me encuentro
en Estados Unidos. Conversamos cuando estoy haciendo bien las cosas o en
aquellos momentos en que nada sale como espero. Ha sido muy bueno tenerlo a mi
lado”.
El jugador de cuadro ha sabido aplicar los consejos de su
progenitor, al menos en el inicio de la zafra.
“Se ha visto bastante sólido, tanto a la ofensiva, como con
el guante”, señala Dorante. “Es un muchacho que promete mucho. Ha respondido
como segundo en el lineup. Juega sin presión. No sé si el papá le dijo que
tomara las cosas con calma y buscara la manera de seguir siendo consistente,
pero lo está consiguiendo”.
“Claro que sí”, suelta de inmediato Querecuto, cuando un
periodista habla sobre la referencia de su estratega. “Mi papá siempre me dice
que lo importante es mantener la disciplina, disfrutar el juego y no pensar
demasiado, si las cosas no salen. Hay que estar relajado en el terreno. Son
palabras que motivan y te ayudan a entender mejor como asumir las
responsabilidades”.
Ese proceso comenzó muchos antes, tal vez de manera
inconsciente, mientras observaba a su padre trabajar.
“Cuando era un chamito, corría por todo el estadio, quería
imitar lo que hacía. Siempre quise estar aquí y se me cumplió el sueño”.
Aunque como le ocurre a todo pelotero bisoño tendrá que
adaptarse a una liga sui géneris y, tarde a o temprano, pasará por un bache en
su juego.
“Sí. Soy un novato, pero no me meto presión. Esa es la
clave. Además cuento con grandes compañeros a mi lado de los que aprendo mucho
todos los días: (el coach de bateo) Robert Pérez, César Izturis y Héctor
Giménez”, destaca. “Cuando los ves jugando de esa manera o revisas la carrera
de Robert, no puedes aflojar”.
Querecuto espera “tratar de ayudar al equipo a conseguir el
campeonato” y en un futuro no muy distante jugar al lado de su hermano menor.
“Tiene 15 años de edad y se llama Juan como mi papá. Es más
alto que yo (risas) y un gran shortstop. Pronto comenzarán a escuchar de él”.
EL DATO
Los Querecuto son la quinta dinastía de padre e hijo que viste el uniforme de Lara. Los otras son Pablo y Steve Torrealba; José, Elvis y Edwin Escobar; Domingo y Domingo Eloy Carrasquel; Jesse y Jeremy Barfield.
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