Fotos: AVS PHOTO REPORT |
El slugger de Bravos se encuentra saludable después de
operarse la rodilla izquierda a principios de año, pero todavía busca la
consistencia de otras temporadas
Caracas.- Luis Jiménez infundió temor a los lanzadores de la
LVBP entre 2008 y 2013, cuando encabezó el circuito con un OPS de .956, entre
los bateadores con al menos 900 turnos. Durante ese período, el slugger agregó
a sus estadísticas 51 jonrones y 213 impulsadas, más que ningún otro toletero
zurdo.
Pero luego de ser cambiado por el Cardenales de Lara a
Margarita, no ha sido ni la sombra de ese toletero debido a una lesión crónica.
“Siempre es difícil retomar el ritmo, cuando debes parar.
Decidí operarme, luego de cinco años con molestias en la rodilla (izquierda) y
no pude jugar. Cuando pasas uno o dos meses sin ver acción, es difícil volver a
las rutinas. En mi caso fueron nueve meses inactivo. Siempre es difícil”,
señaló Jiménez, el martes, antes del partido contra los Tiburones de La Guaira,
en el Estadio Universitario. “Cuando hablo de retomar el ritmo, me refiero no
solo al tiempo del swing, sino de los largos viajes, los hoteles, comer mal,
estar todos los días en un estadio. Ojalá sea eso lo que me está pasando
ahorita. Porque no he podido batear como he querido”.
Jiménez, de 33 años de edad, apenas apareció en 17
encuentros la campaña anterior con Bravos, el último de ellos el 17 de
diciembre de 2014. En marzo de este año, el jugador fue al quirófano para
corregir una lesión en el tendón rotuliano y de esa manera ponerle fin al dolor
que le impedía rendir al 100 por ciento.
Tras algunas semanas de rehabilitación entre Caracas y
Barquisimeto, el jugador acordó con los Diablos Rojos de la Liga de México. El
club azteca le ofreció un contrato que le permitió terminar su rehabilitación y
luego comenzar a jugar. Una vez recuperado, en 23 encuentros, ligó para .205
(78-15), con un vuelacerca y 13 remolcadas.
“En ocasiones es difícil empezar con un buen ritmo. Siempre
aparecen detalles y no puedes hacer un ajuste rápido. No es fácil”, abundó el
larense, que en lo que va de zafra apenas exhibe una línea de ofensiva de
.214/.290/.250, con un doble y dos empujadas, seis ponches y tres boletos, en
28 turnos. “Lo bueno, es que estamos empezando”.
Los problemas con el madero no son exclusivos de Jiménez. El
lineup de Margarita batea .234 (167-39) y apenas ha anotado nueve veces en sus
últimos 5 encuentros, todos derrotas. Durante la sequía, el pitcheo no ha
estado tan mal (19 CL en 44 INN, 3.88 PCL), pero es difícil ganar si no se
producen carreras.
“Creo que lo hemos hecho bien. Pero lamentablemente, cuando
el pitcheo ha soportado a los rivales no hemos ligado y en ocasiones ocurre al
revés. Es cuestión de ser más consistente”, señaló Jiménez, en un intento de
explicar el mal arranque del equipo, que marcha último.
“En mi caso, primero tengo que pegarle a la pelota”,
continuó el inicialista. “Después que haga contacto podré hablar. No creo que
sea el parque (Nueva Esparta). Dicen que no es favorable a los bateadores.
Pienso que es un estadio engañoso. Claro para sacar la bola tienes que darle
muy bien. Pero en todos lados es difícil”.
Con hombres de posición de anotar, el average de Margarita
es de apenas .212, con tres extra bases, uno de ellos jonrón.
“Claro. No hemos ligado batazos importantes. Tenemos que
superar eso y tratar de ejecutar como debe hacerse”.
Ningún equipo puede ufanarse de tener, uno detrás del otro,
a Eliézer Alfonzo, líder vitalicio en jonrones de la LVBP (130), y a Jiménez,
el zurdo con más vuelacercas en el circuito (73). Pero desde el año pasado,
cuando ambos se uniformaron por primera vez con los isleños, las cosas no han
salido como esperaba la gerencia.
Aunque la temporada es joven y todavía resta mucho camino
por recorrer.
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