domingo, 25 de octubre de 2015

Los hermanos Marrero encontraron su pasión en la pelota


Fotos: AVS PHOTO REPORT

Chris y Christian visten el uniforme de los Bravos de Margarita y esperan aprovechar la experiencia de jugar juntos y competir en la LVBP




Caracas.- Chris y Christian Marrero no recuerdan juguetes distintos a un guante, una pelota y un bate. Hijos de inmigrantes cubanos, crecieron en Miami jugando beisbol y mientras desarrollaban sus habilidades, se volvieron inseparables.

En 2015 ambos se reunieron durante un mes en Birmingham, la filial de los Medias Blancas de Chicago en la Liga del Sur (AA). Era la segunda vez que vestían el mismo uniforme. Antes, en 2011, defendieron al Licey, en República Dominicana.

Estando con el Birmingham, el manager Julio Viñas, otro floridano de ascendencia antillana, les habló de Bravos de Margarita, el club para el que iba a trabajar como coach de banca del piloto Henry Blanco.

“Julio me preguntó si estaba interesado, hablamos con la gerencia y firmamos un contrato. Mi hermano también aceptó”, cuenta Christian, de 29 años de edad y bateador zurdo.

“Después de tanto tiempo, logramos reunirnos durante algunos encuentros (en junio) en ligas menores de los Medias Blancas y ahora estamos aquí, en Venezuela, con los Bravos”, sonríe Chris, de 27 años de edad. “Estoy tratando de ayudar a Margarita a ganar partidos y no hay una mejor manera que estando al lado de mi hermano, que conoce mi swing desde pequeños y me puede ayudar en cualquier momento”.

Ambos fueron tomados en el draft universitario de las Grandes Ligas y llegaron a ser considerados prospectos. Pero sus caminos tomaron direcciones opuestas. Christian interesó a los Bravos de Atlanta en 2004, aunque su selección llegó en la vuelta 20. Chris se convirtió en la primera escogencia de Washington en 2006 y firmó por un bono de 1.625.000 dólares.

El bateador derecho era considerado el inicialista del futuro de los Nacionales y su nombre apareció entre los 20 primeros prospectos de la organización hasta 2012, pero el menor de los Marrero, en ocasiones limitado por los problemas físicos, nunca desarrolló el potencial que vieron en él los scouts de las mayores. Apenas apareció en 39 desafíos con los Nats, entre 2011 y 2013, antes de declararse agente libre en noviembre de 2014.
 
En agosto fue dejado libre por Chicago y luego firmó con los Medias Rojas, que lo asignaron al Pawtucket (AAA), donde se reencontró con su primo Deven Marrero. La nueva esperanza de la familia, luego de ser la primera selección de Boston en 2012 y recibir un incentivo de $2.050.000 por su rúbrica. En julio debutó en las mayores.

“Ojalá y lo dejen jugar durante el invierno para que sienta un poco la emoción de este beisbol”, señala Chris. “Desde pequeños hemos compartido juntos. Así que fue tan emocionante estar juntos como profesionales, igual que ahora con Christian”.

Chris siempre trata de conseguir un trabajo en El Caribe, luego de concluir el calendario de ligas menores.

“Me encanta jugar aquí porque, si lo haces bien, siempre se abren puertas en Estados Unidos, incluso en Japón. Así que no es un secreto que esta pelota te puede ayudar en tu carrera. Esta es una liga difícil, de una gran calidad por sus jugadores. Puedes darte cuenta cada vez que observas a los equipos rivales. Muchos peloteros juegan en las Grandes Ligas o Triple A”.

CRISTO EN LOS NOMBRES 
Los Marrero tienen una hermana menor, Cristina. “Es abogado, la inteligente de la familia”, dice orgulloso Christian. “Mi madre nos puso a todos nombres similares para tener a Cristo en cada uno de nosotros”.

El inicialista posee amplia experiencia en circuitos de la Confederación del Caribe. Antes de reportarse a Bravos, reforzó a Ponce (2010-2011), Licey (2011-2012 y 2013-2014) y Navojoa (2014-2105). Sus números globales, en 85 partidos, muestran una línea ofensiva de .244 AVE/.308 OBP/.370 SLG, con 13 dobles, nueve jonrones y 48 remolcadas.

Christian actuó con los Gigantes (2010-2011) y Licey (2011-2012 y 2012-2013), en Lidom.

“Las dos ligas son muy competitivas. La fanaticada siempre está metida en el juego, sabe mucho de pelota. Eso te anima a dar lo mejor de ti”, destaca Christian.

Chris asegura que no lo pensaría dos veces si le plantean regresar al país.

“Este ambiente latino es inigualable y la fanaticada vive cada partido de una manera intensa. Provoca ir todos los días al estadio y competir. La isla de Margarita es muy bella y las arepas, guao las arepas, creo que me como una al día. La parrilla del estadio también es buena. Espero no subir de peso (risas). Todo me encanta”.

La gerencia de Margarita espera que ambos puedan ayudar al equipo. El domingo el club isleño amaneció con ocho derrotas seguidas, le peor racha de la temporada 2015-2016. Los Marrero se combinan para apenas .250 de promedio (92-23), con un jonrón y tres remolcadas.

“Estarán bien”, puntualiza Viñas, manager interino hasta la llegada de Blanco. “Antes jugaron en República Dominicana, pero no es lo mismo. Deben hacer los ajustes. Allá tiran muchas más rectas que en Venezuela. Le hemos dado algunos consejos de cómo enfrentarse al pitcheo de la LVBP. Aquí en muchos conteos de recta no te dan ese envío rápido. Ellos están haciendo los ajustes y no tengo dudas de que van a batear”.

HERMANO Y MENTOR 
Chris asegura que todo lo que sabe de beisbol se lo enseñó Christian.“Todos los días hablamos. Conocemos muy bien como juega pelota cada uno y, si notamos algo, sea bueno o malo, de inmediato hablamos con el otro. Cuando éramos pequeños no paraba de preguntarle a Christian”.“Es algo que hemos hecho desde niños. Estar de nuevo compartiendo con él es algo muy especial. Nos divertimos”, acota Christian, el mayor de los hermanos Marrero. “Si veo algo, le advierto. Siempre trato de ayudarlo. Creo que es algo mutuo”.“Mientras crecíamos practicábamos juntos, después se incorporó Deven (de 25 años de edad), siempre como familia. Eso nos ha ayudado a estar aquí hoy como profesionales. Nuestros padres nos apoyaron de manera incondicional”, recuerda Christian.


TRES POR TRES En la historia de la LVBP han jugado varias parejas de hermanos extranjeros, entre ellas Matt y Ben Gamel con los Leones del Caracas, por nombrar una de las más recientes. Pero en 70 años, apenas ha ocurrido tres veces que dos hermanos han coincido con el mismo equipo en la misma temporada.Antes que los Marrero, lo hicieron Mickey y Rick Mahler, con Cardenales de Lara, en la 78-79, y Greg y Mike Maddux, con las Águilas del Zulia, en la 87-88, de acuerdo con Quality Sports.

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