domingo, 15 de mayo de 2011

Mario Lisson golpea al pitcheo de la Liga de Texas


El antesalista es figura de los Naturales de Arkansas. El recio toletero se recuperó de una operación en el hombro derecho, que le impidió jugar en 2010


A Mario Lisson le basta con estar de regreso en el terreno saludable, luego de perder toda la temporada de 2010 por una operación en el hombro derecho. Pero no puede ocultar su satisfacción de ser el bate más caliente de los Naturales de Arkansas, la filial doble A de los Reales de Kansas City.
“El brazo ha respondido muy bien luego del proceso de rehabilitación”, aseguró el caraqueño, vía telefónica. “En este momento estoy conectando la bola con contundencia, me siento muy bien en el plato”.
La recuperación fue tan exitosa que el caraqueño amaneció ayer bateando .309/.420/.721, con ocho cuadrangulares, todas cifras topes en Arkansas, y un impresionante OPS de 1.140, el más alto en la Liga de Texas.
“A mediados de los entrenamientos de primavera comencé a conseguir el tiempo exacto de mi swing”, recordó. “Al principio sentía algo de temor cuando intentaba extender los brazos, por la lesión que sufrí, pero cada vez el swing estaba más fuerte y compacto. Comencé a sentirme cómodo y así inicié la temporada”.
Como hombre de fuerza, a diferencia de anteriores temporadas, no está tratando de halar los lanzamientos.
“Cuatro de mis jonrones se han ido en línea del centro a la derecha”, puntualizó. “Estoy siendo más paciente en plato. Sólo bateo pitcheos que estén en la zona. También utilizo más los pasillos entre los jardines. Siento que estoy menos vulnerable”.
Lisson señaló que su éxito en buena medida se debe a los consejos que recibió temprano en la primavera, mientras se encontraba en el complejo de los Reales en Surprise, Arizona, de Tommy Gregg (coach de bateo del Omaha, triple A), Terry Bradshaw (tutor de bateadores del Arkansas), Nelson Liriano (manager del Burlington), Jack Maloof (asistente especial del departamento de desarrollo de peloteros de los Reales) y Andre David (coach del equipo de novatos de la organización).
“Todos dedicaron parte de su tiempo desde comienzo de febrero para trabajar conmigo en diferentes etapas de los entrenamientos. El producto de ese trabajo se está notando”.
Lisson sumó 166 encuentros de experiencia en el circuito tejano, antes de su primera incursión en triple A, en 1999. Algo que también le ha ayudado en el inicio de campaña.
“Tal vez pueda ser una ventaja, pero el pitcheo de la liga ha ido mejorando según avanza el calendario y el clima se calienta. Aquí hay muchos más prospectos que en triple A.
Hace poco enfrentamos a un pitcher de Colorado (Juan Nicasio) que tiraba 97 millas por hora. Pero en general pienso que los turnos que he tomado en Venezuela ayudan a que te defiendas aquí”.

Un largo camino

Lisson se lastimó en la tercera semana de prácticas de 2010, cuando asistía por tercera vez –primera como invitado–  al campamento del equipo grande de los Reales. El infielder se desgarró el cartílago conocido como labrum, que une la articulación del hombro, y sufrió daños en el manguito rotador. El 4 de mayo fue sometido a una intervención quirúrgica realizada por el reconocido especialista Lewis Yochim, en Los Ángeles. Por primera vez en su carrera, Lisson no jugó en una temporada.
“Fue muy difícil”, admitió. “Superar lo ocurrido no es fácil. Mentalmente siempre tienes temor. Sobre todo durante los primeros dos meses, después de la operación, cuando ni siquiera te dejan caminar rápido. No puedes mover el brazo. Ya tenía una experiencia previa. En 2005 me operaron el hombro izquierdo, pero nada como esto”.
El proceso fue avanzando poco a poco, siguiendo los pasos de la rehabilitación y mejorando. Los progresos siguieron en Arizona, a principios de año, cuando los Reales abrieron su búnker para los jugadores que estaban atravesando por situaciones similares a la de Lisson, hasta que recibió la luz verde para jugar.
“En esta ciudad (Springdale, al noroeste de Arkansas), donde jugamos como locales, hace mucho frío en abril y creo que ese clima impedía que sintiera el hombro suelto, pero en la medida en que sube la temperatura esa sensación ha ido desapareciendo. Hay días en los que ni siquiera pienso en que me operaron. Otras veces, cada vez menos, es como si tuviera algo allí. Pero estoy saludable y aspiro a seguir así”.

Altibajos en el rendimiento

Hace tres años, Lisson empató la marca de cuadrangulares, vigente en ese entonces, para un novato en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, con siete estacazos de vuelta completa, vistiendo el uniforme de los Leones del Caracas. El recio bateador derecho venía de disparar 14 jonrones y remolcar 65 carreras en doble A y su carrera parecía en ascenso, tras ser protegido por primera vez en el roster de 40 por los Reales.
Sólo que su average comenzó a caer y su OBP no superó los .284 puntos entre 2008 y 2009. El fantasma de los ponches apareció y promedió más 100 por zafra en ese lapso.
Esos problemas para hacer contacto coincidieron con su mudanza de la antesala al campocorto, la posición de donde lo habían movido al inicio de su carrera. Aunque nunca perdió su condición de mejor infielder defensivo de la organización, estatus con el que inició 2010, antes de lesionarse.
Ahora, a los 26 años de edad, parece tener un inicio fresco.
“Estoy más cómodo jugando en la tercera base. Creo que puedo hacer el trabajo allí. Me apasiona jugar en el shortstop, es mi posición original, disfruto jugar allí, pero pienso que puedo rendir en la antesala”.
Por su físico, luce como un jugador de las esquinas. “Se mueve muy bien para ser un tipo alto (1,88 metros)”, aseguró un scout de la Liga Americana, en un reporte de Baseball America. “Lee muy bien los batazos en tercera. Lo he visto fildear pelotas difíciles en el fondo y atacar con mucha solvencia rodados lentos y lanzar a primera en la carrera”.
Con la transición de Alex Gordon a los jardines, el camino para llegar a las mayores no luce tan complicado tomando en cuenta que Wilson Betemit y Mike Avilés comenzaron esta temporada alternándose en la antesala. En una organización como Kansas City, de mercado pequeño, que siempre recurre a sus granjas para compensar su desventaja en la puja por los principales agentes libres, siempre se abren las puertas de la oportunidad. Pero en este momento Mike Moustakas, uno de los mejores prospectos de los Reales, parece destinado a corto plazo a ocupar esa posición. Sin descartar a John Whittleman, que comienza a abrirse paso desde clase A.
“Lo importante es mantenerme sano. Si lo consigo entonces podré seguir moviéndome en ligas menores, ascendiendo, o tal vez se vean obligados a cambiarme. Mi trabajo es seguir rindiendo como hasta ahora”, sostuvo Lisson.

Ajustes en el plato
Lisson comenzó la jornada de ayer ligando .309, alrededor de 54 puntos por encima de su promedio vitalicio en ocho campañas de ligas menores. La razón es muy sencilla, de acuerdo con el recio bateador derecho.
“Son pequeñas diferencias, con relación a los años anteriores, pero que han dado resultados. Estoy comenzando a hacer el movimiento de mi swing temprano para tener mayor oportunidad de reacción y de reconocer los envíos. Subí un poco más las manos, a la altura de las orejas, y ahora estoy levando un poquito la pierna izquierda. El resto es ir con un plan al plato. Ser paciente. Reconocer que está haciendo el lanzador durante el juego”.
Esa disciplina le ha permitido tomar turnos de calidad y darle con mayor contundencia a la pelota. Ayer amaneció con cuatro dobles y ocho cuadrangulares, que le han ayudado a alcanzar 49 bases para un porcentaje de slugging de .721, el quinto más alto de todo el sistema de granjas de las mayores.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 15  de mayo de 2011

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