lunes, 26 de noviembre de 2012

Bruce Rondón aprendió a controlar la recta



El prospecto es candidato a cerrar partidos para Detroit y ha estado exhibiendo con Magallanes el talento que llevó a los bengalíes a protegerlo en el roster de 40


VALENCIA

Bruce Rondón no parece tener prisa. En las prácticas del Magallanes lleva las cosas con calma y cuando habla ahorra las palabras. Pero cuando las torres de luz están encendidas y lo llaman para preservar una victoria de su club, es otra persona. Se levanta intimidante sobre el montículo y su recta de 100 millas por hora estalla en la mascota del receptor. El inning termina en pocos minutos.
“Podemos ser amigos fuera del terreno, pero cuando estoy ahí es otra cosa. Es el bateador o yo. Trato de sacarlo out como sea. Ese es mi trabajo”, dice el meteórico relevista, mientras esboza una sonrisa.
Hace pocos días los Tigres de Detroit lo protegieron en el roster de 40 y durante la primavera aspiran a darle la oportunidad de ganarse el puesto que dejó vacante José Valverde, que se declaró agente libre después de la Serie Mundial.
“Fue una gran noticia. Ahora estoy más cerca de lograr lo que siempre he querido. Pienso que ha sido gracias a mi trabajo y la salud que me ha acompañado a lo largo de mi carrera”, señala Rondón.
Hace apenas un año, costaba imaginarse al prospecto en las mayores tan pronto o al menos pasearse por tal posibilidad. El valenciano era uno de los pitchers más incómodos de enfrentar en ligas menores no sólo por la potencia de la recta, sino por la lotería de saber en qué lugar del plato iba a caer.
Terminó la campaña de 2011 con 34 boletos, 5 golpeados y 11 wild pitches en 40 innings, repartidos en 41 encuentros con el Michigan (A). Pero logró sobrevivir a ese descontrol gracias a que apenas encajó 22 hits y abanicó a 61 rivales.
Este año sus progresos fueron notables en dos de los tres niveles en los que actuó en el sistema de granjas bengalí. Con el Lakeland (A+) en 23.1 entradas, regaló 10 bases, una intencional, mientras ponchaba a 34 y recibía 12 imparables. En el Erie (AA) caminó a 9 por 23 guillotinados en 21.2 tramos, más 15 incogibles. Luego, cuando fue promovido al Toledo (AAA), tuvo algunos problemas, tras ceder 7 pasaportes no intencionales en 8 capítulos, con 9 ponches y 5 hits. Algo que no impidió que el promedio de boletos por cada 9 entradas bajara a 4.4, por debajo de la media en su carrera (5.1).
“Su recta marcó de manera consistente 99-100 mph y llegó a tocar 103 mph”, declaró al Detroit News, Ray Burris, coach de pitcheo del Erie. “Luego pudo colocarla en 95 o 96. El slider lo tiró en 91 y el cambio en 88-89. Si observamos las discrepancias en las velocidades, podemos concluir que sabe lo que está haciendo. Sabe cuando quitarle a sus pitcheos y cuando buscar el ponche. A su edad, está demostrando una gran disposición para lanzar”. 
Rondón, que dejó una relación de boletos por ponches de 4-13 en sus primeras 11 entradas con Magallanes, también siente que algunas cosas cambiaron.
“En este momento todo me está saliendo bien. No quiero modificar nada. Estoy cómodo con la mecánica y tirando strikes, que era mi gran problema. Encontré el control”, enfatizó. “Al principio, en Estados Unidos, me costó un poco, porque los jefes estaban siempre detrás de mí diciéndome que ajustara la mecánica. Me aconsejaban que le quitara un poco a la recta, para que cuando sintiera el perfil de ese envío pudiera tirarla más duro. Me costó un poco, pero supe asimilarlo y logré controlarla”.
Por eso Dave Dombrowski, presidente y gerente general de Detroit, está dispuesto a jugarse esa carta en los entrenamientos, pese a que la experiencia de Rondón se limita a un lustro en el sistema de granjas, lapso en el que apenas ha aparecido en 9 encuentros en triple A.
“Tiene un talento raro”, dijo a principios de mes el ejecutivo. “No creerían la cantidad de llamadas que he recibido preguntándome si deseo cambiarlo. Es un potencial cerrador. Normalmente, no confías un trabajo como ese a un joven. No es algo automático, pero no me sorprendería que se lo ganara”.
Rondón tampoco da por sentada tal posibilidad, aunque asegura que se esforzará para merecerlo.
“Mentalmente estoy preparado, aunque no me ha dicho nada todavía. Sólo que trabaje aquí con Magallanes”.
Mientras llega ese momento, seguirá incinerando los bates contrarios cuando el mánager Luis Sojo le entregue la pelota, hasta agotar los 20 innings de labor que le permitió la gerencia bengalí en Venezuela.
“Es el bateador o yo. Y siempre espero ganar”, reitera Rondón.

La llamada que no llegó
Bruce Rondón admite que se decepcionó cuando Detroit no lo subió en septiembre al momento de expandirse los rosters a 40. Había asistido al Juego de Estrellas del Futuro y estaba en medio de su mejor campaña (1.53 de efectividad, 1.09 de WHIP y 29 salvados)
“Pensé que me tomarían en cuenta. Mi familia y yo estábamos esperando esa llamada. Pero fue Avisail (García) el que subió. Es una decisión que no estaba en mis manos”.
Sin embargo, estuvo muy cerca de subir, pese a que no estaba protegido.
“Pensamos seriamente en traerlo y dejarlo para la postemporada y, probablemente, lo hubiéramos hecho de haber imaginado los problemas que confrontaría (José) Valverde”, reveló Dave Dombrowski al Detroit News.

La guía adecuada
Bruce Rondón se formó en la productiva academia de Detroit en el país, de donde también salieron Avisail García, Hernán Pérez, José Ortega, Dixon Machado, Brayan Villarreal y Danry Vásquez, por nombrar algunos prospectos de los Tigres, y el derecho no olvida esas raíces.
“Gracias a la academia y al trabajo con el coach Luis Rodríguez, mi papá en el terreno, he llegado hasta aquí. Cuando decía que no, el me ayudaba a entender por qué debía hacer las cosas de la manera correcta. Siempre estuvo allí para aconsejarme”. 

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 26 de noviembre de 2012

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