Pérez comenzó la temporada como el segundo prospecto de Texas y 31 de todas las grandes ligas |
El zurdo, que este año debutó en las grandes ligas, trabaja en los pitcheos quebrados para consolidar su repertorio. Aspira a ganarse un lugar en la rotación de Texas en 2013
VALENCIA
Martín Pérez pasó inadvertido en la zona VIP del José Bernardo Pérez, a mediados de semana. Magallanes enfrentaba a los Tigres de Aragua y el recién estrenado grandeliga se acercó a ver al equipo que ocupó buena parte de sus sueños infantiles.
Lucía un jean gris y camisa manga larga oscura. Nada que delatara su nuevo estatus. A Pérez tampoco le gusta alardear. Desde que firmó con los Rangers de Texas en 2007 por un importante incentivo de 580.000 dólares trabajó hasta convertirse en uno de los principales prospectos del pitcheo de las mayores, sin dejarse obnubilar.
“El bono no hace al pelotero”, afirma sin aspaviento. “No me dejo llevar por los comentarios que salen en la prensa. Claro que motivan, pero no debes dejar que te encandilen o pensar que eres el mejor porque digan algo positivo de ti. Esa mentalidad ha hecho que no sea un pelotero del montón. Cuando estás en este negocio, sabes cuál es tu objetivo y trabajas para lograrlo, con humildad y sencillez, mientras escuchas a las personas con experiencia que están a tu alrededor, aprendes a manejar el talento y todo lo que viene con él. Porque no sólo se trata de las habilidades que tienes”.
Pérez, de 21 años de edad, fue uno de los peloteros más jóvenes en la Liga de la Costa del Pacífico el año pasado, una situación que se ha repetido la mayoría de las veces a lo largo de su carrera en el sistema de granjas de los Rangers. Así que tuvo que hacer ajustes, atravesar por la inconsistencia de tener que adaptarse a nuevos niveles de juego y responder a la exigencia de demostrar por qué era considerado una promesa.
“Bueno, eso es parte del aprendizaje. Este año me dieron la oportunidad porque confiaron en mí cuando el equipo estaba urgido de brazos. Me atacaron los nervios, pero supe manejar algunas cosas. Lo importante es que nunca dejaron de confiar en mí. Hice lo que pude, fue una buena experiencia y creo que me ayudará el año que viene”.
El novato ayudó a los Rangers entre junio y julio, cuando el cuerpo monticular estuvo plagado de lesiones. En 3 aperturas y 3 relevos, dejó récord de 1-1 con efectividad de 4.05. Luego, en septiembre volvió a ser llamado a las mayores y, eventualmente, tomó el lugar en la rotación de Scott Feldman. Encajó tres derrotas durante ese lapso y terminó la zafra con un balance general de 1-4, más promedio de 5.45 carreras limpias. Pero dejó una buena impresión.
“Demostró que puede lanzar aquí arriba”, dijo el mánager Ron Washington a MLB.com en ese momento. “Tiene la capacidad, sólo necesita experiencia”.
Pérez tiene consciencia del lugar donde está parado, jamás la ha perdido.
“Probé el sabor de las grandes ligas. Es un ambiente muy diferente a las menores y no quiero regresar allá. Sé que puedo hacer el trabajo, por eso me enfocó en mantenerme arriba. Es un mundo muy bonito y quiero estar allí por el resto de mi carrera. Así que el camino es seguir trabajando”.
Con Alexi Ogando de vuelta a la rotación en 2013, los Rangers iniciaron el receso de temporada con cuatro abridores, incluidos Yu Darvish, Matt Harrison y Derek Holland. El gerente general, Jon Daniels, mencionó la posibilidad de añadir a la rotación al zurdo Pérez o al derecho Justin Grimm, pero de acuerdo con medios en Texas, el club está interesado en el agente libre Zack Greinke, que podría estar buscando un contrato por 5 años y $ 100 millones. Así que nada está escrito en piedra con relación al futuro inmediato del venezolano.
“Llegaré a los entrenamientos de primavera enfocado en ganarme un puesto”, enfatiza Pérez, originario de Guanare. “Comenzaré a intensificar mi preparación en diciembre. Luego pararé alrededor de 10 días y seguiré en enero hasta que deba viajar (a Surprise, Arizona) a finales de febrero”.
Pérez comenzó a soltar el brazo en la Academia OL Baseball Group, en San Joaquín, que dirige Félix Olivo, su representante.
“Félix es una persona muy detallista y siempre me ayuda. Ha sido mi padre a lo largo de mi carrera. Así que siempre regreso a trabajar con él”.
Pérez, dueño de una entrega y acción de brazo que evoca a Johan Santana, tira una recta viva que se hunde y oscila entre las 90 y 96 millas por horas. El cambio de 80-82 mph es otro pitcheo plus y la curva (73-77 mph) con buen radio de acción, le otorgan el material suficiente para consolidarse como abridor. Pero el novato no está satisfecho. Sabe que debe mostrar otras cosas para convencer la próxima primavera y habla de sí mismo como si leyera un detallado reporte.
“Necesito establecer la recta temprano en la cuenta, luego mejorar la localización de los pitcheos quebrados. El cambio está bueno, pero lo estoy tirando mucho en strike, tengo que aprender a sacarlo de la zona, quiero ponerlo donde quiera para engañar al bateador. Se trata de que el contrario piense. Es un envío que lleva la misma rotación de la recta y controlarlo de esa manera lo hará más efectivo. El slider (de reciente incorporación a su repertorio) y la curva están allí, pero tengo que continuar mejorándolos. De esa manera luciré mejor”.
Pérez siempre ha visto bien, aunque lo mejor de su arsenal es su capacidad para entender los procesos y ubicarse justo donde necesita estar.
“Hasta cuando lo haces bien, debes corregir detalles. De eso se trata esto. Sólo me visualizo en las grandes ligas”.
Los Rangers lo saben y confían en sus posibilidades.
Extraña al Magallanes“Me provoca cambiarme y salir a lanzar”, dice Pérez, mientras observa jugar al Magallanes. “Pero la gente de Texas decidió que descansara y respeto su posición, aunque lamento no estar aquí”.Hace dos campañas, con apenas 19 años, Pérez debutó con los Navegantes. Sus estadísticas no fueron atractivas en 7 encuentros (1-3, 6.50), pero fue una gran experiencia. “Todo tiene su tiempo. Nunca descarto la posibilidad de volver. Es mi equipo desde que era niño”.
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