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"No sabía si correr o saltar, parecía un gato erizado", dijo Alex Cabrera a El Nacional, tras el partido en el que sacudió el jonrón 21 de la temporada para romper el récord que Baudilio Díaz estableció en la campaña 1979-1980
Los samurái son héroes de la cultura japonesa. Alex Cabrera nació en Caripito, estado Monagas, a 14.169 kilómetros de Tokio, pero ayer en el Estadio Universitario se convirtió en un hombre tan legendario como aquellos guerreros militares del antiguo Japón.
Su sable estaba preparado para otra batalla. Sus manos y mente no podían aguardar más.
Habían pasado 7 juegos, 29 turnos y 8 días desde que conectó el jonrón 20 contra Caribes, con el que empató el célebre récord de Baudilio Díaz, de la campaña 1979- 1980.
Con gallardía, con la fiel costumbre de pararse en el home a esperar un pitcheo para ofrecer una muestra de fuerza, se presentó el toletero de La Guaira en el primer acto, en el encuentro dominical contra Anzoátegui.
Bases llenas, sin outs ¿Qué mejor escenario podía esperar el Samurái para su encuentro con la inmortalidad? "Cuando caminé hacia el plato me pregunté: ‘¿Será que el 21 va a ser un grand slam’", dijo Cabrera, luego de la victoria de Tiburones 4 a 3 sobre la tribu.
El destino le tenía preparado un cuadrangular con las bases llenas frente al derecho Daryl Thompson, en cuenta de una bola y dos strikes, y con una pelota que cayó por lo más lejano de las gradas del jardín izquierdo.
"Me tiró un slider", explicó Cabrera. "Siempre dije que rompería el récord, pero nunca imaginé un grand slam".
Cabrera soltó el bate y alzó las manos mientras los compañeros salieron disparados del dugout para recibirlo. Las camisetas conmemorativas del histórico cuadrangular ya estaban preparadas.
Todo estaba listo para el momento, su momento.
"No sabía si correr o saltar, parecía un gato erizado. Salió el batazo y encontré la dicha. Debo confesar que es el estacazo más importante de mi carrera", aseguró Cabrera.
Y vaya que el slugger tiene batazos importantes, como el jonrón 55 que dio en 2002 en Japón para imponer el hasta entonces récord de bambinazos en ese circuito.
La satisfacción de Cabrera era tal que confesó haber estado presionado en las últimas semanas.
"Los equipos me estaban lanzando difícil. Estaba ansioso pero antes del juego pensé en no buscar el jonrón sino sólo darle a la bola con fuerza", refirió el slugger de 42 años de edad.
"A mi edad hice lo que nadie había podido hacer", destacó Cabrera, aunque también tuvo palabras para Díaz, fallecido el 23 de noviembre de 1990.
"Me hubiera gustado felicitarlo. Creo que lo hubiera abrazado. Desde aquí lo felicito por esas grandes temporadas y le digo lo que siempre acostumbro decir: Los récords están para romperlos".
Cabrera ahora busca otro hecho histórico en la LVBP: la triple corona, hazaña que ningún otro pelotero ha conseguido.
"Decían que el récord de Baudilio era un mito. Pues ahora es el mito de Alex Cabrera", sentenció el Samurái, antes de irse a casa a celebrar con su familia.
Esta nota, de Pedro Moreira, apareció
publicada en el diario El Nacional el 23 de Diciembre de 2013
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