Foto NOTITARDE
Gabriel Alfaro (centro)regresa al beisbol organizado después de siete años |
Gabriel Alfaro consiguió la oportunidad de regresar al beisbol organizado y asistir a un campo de entrenamientos en las mayores después de varios años de esfuerzo
Gabriel Alfaro llegó a pensar que nunca tendría la oportunidad de competir por un puesto para llegar a las grandes ligas. Arrancaba las páginas de los calendarios y se preguntaba “por qué ellos está allí y yo no”.
El inicio de su carrera estuvo signado por los altibajos y problemas físicos que le obligaron a ir al quirófano para corregir una lesión en el hombro derecho. Así que temió que su sueño se le escurriera de las manos. Pero el mes pasado recibió una buena noticia. Alguien había notado su presencia.
“Cuando estás en un terreno de juego siempre tienes aspiraciones, aunque nunca pensé que fuera a llegar de esa manera. No lo estaba esperando”, señala el relevista del Magallanes.
El sábado 16 de noviembre, antes del inicio de una serie de dos partidos contra los Bravos en Margarita, Alfaro fue abordado por el veterano scout Ron Rizzi, un asiduo observador de la LVBP y responsable de la firma de Ronald Belisario con los Dodgers, hace unos años. Ahora Rizzi trabaja para los Nacionales y es asistente especial del gerente general Mike Rizzo.
“Hablamos durante un rato y preguntó si me interesaría volver a Estados Unidos, entrar de nuevo al beisbol organizado. Asentí y me dijo que me llamaría. Al lunes siguiente (en un hotel de Valencia) firmamos el contrato”, refiere el lanzador.
El pacto fue de ligas menores con una invitación al campo de entrenamientos.
“Era lo que deseaba. Independientemente de lo que pase más adelante, tendré la oportunidad de mostrarme ante cientos de ojos, en la mejor vitrina. Es lo único que aspiro”.
Alfaro no puede ocultar su satisfacción, aunque no tenga nada garantizado. Comenzó a lanzar como profesional a los 22 años de edad en 2005 y luego de dos zafras con el Auburn, filial A- de Toronto, debió someterse a una cirugía en 2007. La recuperación y posterior rehabilitación fue larga. Cuando pudo lanzar desde un montículo había sido dejado libre y comenzó su peregrinar. Pasó por las ligas del Atlántico (2010) y del Norte de Sonora (2011), dos circuitos independientes, sin buenos resultados.
En Venezuela Cardenales, su equipo original, lo dejó libre y fue reclutado por los Navegantes en la 2009-2010. Luego de dos campañas volvió a quedarse sin trabajo. Pero el manager Luis Sojo se lo llevó a la selección nacional como cerrador en el Panamericano de 2010 y luego en el Mundial de la IBAF, un año después.
“Ese ir y venir me ayudó a madurar. Estaba sano y pude comenzar a usar el brazo como debía. La recta comenzó a tener vida y llamé la atención de Oaxaca en la Liga de México. Luego Sojo me recomendó de nuevo a la gerencia de Magallanes y logré hacer el trabajo”.
Alfaro se convirtió en un taponero consistente en tierras aztecas, tras salvar 52 encuentros en par de temporadas, y en un confiable taponero intermedio de la nave, gracias a una recta entre 95 y 97 mph, que combina con un slider cortante. Ese fue el pitcher que contrató Rizzi.
Ganarse un puesto en la primavera no será fácil. Las necesidades de Washington en el bullpen apuntan hacia uno o dos zurdos, pues cuenta con varios derechos, entre ellos Rafael Soriano, Tyler Clippard y Drew Storen. Incluso volvieron a hacerse de los servicios del experimentado Chris Young.
Alfaro tendrá otro factor en contra. Cuenta 30 años y apenas un puñado de venezolanos (Clemente Álvarez, Ubaldo Heredia, Edgar Cáceres, Alejandro Freire, Dámaso Blanco, José Escobar y Luis Jiménez), de los 303 que han jugado en las mayores, ha debutado con al menos 3 décadas de existencia.
Pero Belisario tampoco tenía muchas posibilidades con Los Ángeles en 2009.
“Seguiré haciendo lo mismo. Tal vez se le salga una rueda a la carreta”, dice esperanzado.
A fin de cuentas, la vida es una continúa sucesión de oportunidades.
Esta columna apareció
publicada en el diario El Nacional el 9 de Diciembre de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario