Foto CORTESÍA PRENSA MAGALLANES
El prospecto de Texas impresiona con su recta de 100 mph |
El importado más joven de la liga valora la
oportunidad que recibe y se involucra más allá del terreno
VALENCIA
Keone Kela inició en la primavera un largo recorrido
que está cerca de finalizar. Una travesía que le ha hecho crecer como jugador y
persona.
“Honestamente, es una gran experiencia para mí”,
dice el lanzador del Magallanes, que impresiona cada vez que sube al montículo
y exhibe su explosiva recta de 100 millas por hora. “Es la primera vez que
visito Venezuela y es un placer tener a este grupo de peloteros a mí alrededor
en una atmósfera que no encuentras en Estados Unidos. Es una bendición estar
aquí, en especial porque tengo 20 años de edad, y es invalorable observar lo que han estado haciendo estos tipos durante
10 o 15 temporadas en el beisbol”.
Kela hizo maletas luego de concluir su actuación en
la Liga de Arizona, un circuito otoñal para prospectos, en noviembre, luego de
pasar el verano en tres categorías del sistema de granjas de los Rangers de
Texas.
“Es sorprendente encontrarme aquí con Carlos
Zambrano o Ramón Hernández”, destaca Kela con una sonrisa honesta, que deja en
evidencia su rostro juvenil. “En realidad es una locura porque crecí viendo a
estos tipos en el top ten de ESPN o viéndoles jugar. Es indescriptible. Ahora
tengo la oportunidad de regresar a casa y contarle a mi familia la experiencia
que he vivido”.
El derecho fue ubicado como el prospecto número 28
de los texanos en 2012, por Baseball
America, antes de su primera temporada como profesional, luego de ser
tomado en la vuelta 12 del draft universitario y recibir un bono de 100.000
dólares. Actualmente es uno de los brazos más estimados en la organización.
“No es usual ver a un joven de su edad como
importado en esta liga, pero tenemos muy buenas relaciones con los Rangers y
nos pidieron que lo trajéramos para que sumara algunos innings. No tuvimos
inconvenientes porque tampoco es común que vengan prospectos con su estatus al
país”, explica Juan José Ávila, vicepresidente del consejo directivo del
Magallanes.
El promedio de edad de los importados en la liga es
de 28 y en los Navegantes de 30 años. Así que después que Rougned Odor, otra
promesa de Texas, terminó su actuación con la nave, Kela se convirtió en el
pelotero más joven en el roster valenciano.
Foto CORTESÍA PRENSA MAGALLANES
Kela se quedará con el Magallanes
hasta el final de la eliminatoria
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“Ha sido un año bastante largo, pero pienso que
Texas me puso aquí para ver si era capaz de competir a este nivel, para ver qué
clase de producto tiene. Es como lanzarme al agua y averiguar si me hundo o
puedo nadar”, cuenta.
Hasta ahora no ha desentonado. Apenas ha trabajado
en cuatro entradas desde su debut el 30 de noviembre, repartidos en cuatro
salidas, pero suma 5 ponches, sin boletos y sólo ha encajado tres hits, para
una efectividad de 0.00 y un WHIP de 0.75.
“No lo usamos en encuentros seguidos por su
juventud, lo llevamos con calma, pero cada vez que sale al montículo lo hace
con mucha intensidad. Algo que me encanta”, señala Roberto Espinoza, coach de
lanzadores. “Se convertirá en un setup
o un cerrador en las mayores. Tiene una gran actitud y está disfrutando su
incursión en la liga. Se ha compenetrado muy bien”.
El miércoles de la semana pasada, Kela dio una pequeña
muestra de su carácter y de la intensidad a la que hace referencia Espinoza.
Con el partido 4-0, a favor de La Guaira, el manager Luis Sojo decidió usarlo
en el inicio del noveno inning. Lo recibió Alex Cabrera, que en el primer
capítulo había sacado el jonrón 19 de la temporada y buscaba igualar la mítica
marca de Baudilio Díaz.
“Cuando voy a enfrentar a alguien del calibre de
Cabrera, que está tratando de romper el récord de jonrones de la liga, lo haré
con la recta, que es mi mejor pitcheo. Si me va a enviar a casa derrotado, no
será contra mi segundo mejor pitcheo o el tercero de mi repertorio. De ninguna
manera. Lo hará contra mi recta”, enfatiza Kela.
Cabrera recibió cinco envíos entre 97 y 100 millas
por hora. Con el último apenas pudo rodar la bola en dirección al campocorto
para un fácil out. La pizarra del José Bernardo Pérez marcó 90 mph.
“Tal vez el radar no funcionó bien. No le quité a
ese pitcheo”, volvió a sonreír.
“Estamos trabajando para que estabilice la recta”,
abunda Espinoza. “Ha entendido que la utilidad de la recta no es sólo tirarla
con fuerza bruta. Sino cómo utilizarla en la parte interna, localizarla. Fue lo
que hizo en ese turno. Es muy joven y es bueno refrescarle ese tipo de ideas. Además
está trabajando en el cambio y el split, que no lo había tirado hasta ahora”.
El atlético relevista es dueño de un slider con
potencial para transformarse en un envío por encima del promedio y de alguna
manera le ha dado resultados. Este año abanicó a 52 en 39 entradas en ligas
menores. Pero agregar un par de envíos más a su repertorio potenciaría sus
posibilidades.
“El Kid Rodríguez tardó en agregar otro envío,
después de establecerse en las mayores, y siguió teniendo éxito cuando su recta
no fue la misma. Kela podría evitar depender de sólo dos envíos”, insiste
Espinoza.
El joven californiano, hijo de hawaianos, está
dispuesto a ser una esponja para absorber la mayor cantidad de conocimientos
posibles.
“Tengo que mejorar algunos aspectos de mi juego,
sobretodo mi repertorio, y cómo abordar mentalmente algunas situaciones, con
hombres en base o qué debo hacer en ciertos conteos con un bateador específico.
Se trata de abrir mis ojos”.
Kela se marchará a finales de mes. Al menos ese es
el plan. Pero todavía no quiere terminar su viaje. Desea seguir.
“Este equipo tiene el potencial para ser campeón y
creo que un anillo luciría bien en mi mano”.
Comprometido con la comunidad
Kela no pierde la oportunidad de compartir, de mezclarse. “Mi nombre de pila se pronuncia Ki-o-ni”, enfatiza, aunque entiende que para algunos es mejor llamarlo Ke-laa. Lo importante es tratar de comunicarse como pueda y de ayudar fuera del terreno, cuando se lo pidan“Esta cultura me ha abierto los ojos. Me ha hecho más humilde y agradecido por la oportunidad que tengo. He visto los barrios en Caracas y es una sensación increíble poder ayudar”.Hace un par de semanas, Carlos Feo, voz oficial del circuito del Magallanes, organizó un evento para recolectar juguetes destinados a niños de comunidades necesitadas. Kela fue el primer jugador de los Navegantes que apuntó su nombre.“Se quedó dos horas firmando autógrafos, jugando con los niños que asistieron al acto. Nos dijo que sus orígenes eran muy humildes, en una zona suburbana de Los Ángeles”, refiere Feo.“Esa es mi misión. Es lo que quiero hacer a través del beisbol. Pienso que estamos en la tierra para proveer y darle a las personas más necesitadas. Así que acepto cualquier oportunidad para hacerlo. Porque entiendo lo importante que son los sueños de los niños. Porque mañana siempre es una promesa. Porque puedo romperme el brazo o un ligamento y todo terminar. De manera que trato de aprovechar la bendición que he recibido y, de corazón, trato de ayudar, para que cada mañana cuando me mire al espejo sepa que he dado lo mejor de mí”.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 16 de diciembre de 2013
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