El primer movimiento del ex grandeliga cuando asumió la presidencia de los Tigres de Aragua fue incorporar a su ídolo de la infancia al grupo de personas que le ayudaría desde la oficina
Santo Domingo, República Dominicana.- Hace un año Carlos
Guillén asistió como invitado a la Serie del Caribe que tuvo como escenario al
Hiram Bithorn de San Juan. El ex campocorto formaba parte de la delegación de
la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, que acompañó a Puerto Rico al
monarca Caribes de Anzoátegui.
Esta vez viajó como presidente del equipo campeón, Tigres de
Aragua. Apenas en su segundo año en la directiva del club maracayero. Su
ascenso ha sido vertiginoso.
“Es toda una gran experiencia, como cerrar, finalmente, un
círculo personal”, sonríe, mientras saluda a varios peloteros, detrás del plato
del Estadio Quisqueya Juan Marichal, donde se desarrolla la más reciente
edición del Clásico Caribeño.
“Cuando apenas era un niño de 11 o 12 años, me escapaba de
la escuela La Democracia, que quedada al frente del José Pérez Colmenares, para
ver a David Concepción en la práctica de los Tigres. Brincaba la pared de los
bleachers para irme a ver el juego”, recordó Guillén. “En ocasiones me ponía a
vender tequeños. Era la única manera de moverme por la tribuna central y los
laterales para ver a los peloteros y ver el juego desde otro lado, que no fueran
las gradas, sin que me sacaran (risas)”.
Guillén vivía con sus padres en Caña de Azúcar, “ahí
cerquita”. Cruzaba la avenida hoy conocida como David Concepción y llegaba al
parque de pelota.
“Ahora soy el jefe de David Concepción (risas). Es algo increíble.
Que ni siquiera imaginé hasta antes de asumir el cargo. Creo que si llegas a
plantearte algo como eso, no lo logras. Llegó sin buscarlo. Crecí admirando al
‘Rey’. Mi carrera de 14 años en las Mayores, con todo y lo accidentada que fue
por las lesiones, se inspiró en David”.
Una vez que se hizo cargo de la oficina de Aragua, de
inmediato se comunicó con su ídolo de la infancia, por el que trepaba bardas
para “colearse” y verlo a la distancia.
“Disfruto estar en su compañía. El primer nombre que se me
vino en mente cuando asumí la presidencia de los Tigres, fue David Concepción”.
Al tren directivo de Guillén también se sumaron Jesús
“Chalao” Méndez, Illich Salazar y Jorge Urribarrí. Todos con amplia experiencia
como scouts y en operaciones de beisbol. Pero la incorporación de la venerada
figura de Concepción, no fue un capricho decorativo.
“David ha sido una pieza importante, porque no solo es una
figura dentro de la organización, sino del beisbol. Su presencia fue y es
importante a la hora de tomar decisiones. Siempre escucho su opinión. Él tiene
la sabiduría que le han dado tantos años en este negocio. Necesitamos su punto
de vista, comparar ideas. Poner todo sobre la mesa y tomar las decisiones que
ayuden al equipo”.
Los consejos de Concepción han sido fundamentales en la
adaptación de Guillén a su nuevo rol.
“Es un nueva etapa que hay que asumirla con la mayor
madurez. La mayor humildad y sencillez para enfrentar cualquier tipo de
situaciones que se presenten al momento de manejar el equipo. Tienes que
escuchar, estar abierto a otras opiniones”.
Guillén comparte con Concepción la idea de mantener el
clubhouse en armonía, respondiendo a las demandas de los peloteros, en la
medida de las posibilidades.
“Lo importante es solucionar los detalles. No ver los puntos
negativos, sino enfocarse en lo bueno. Siempre positivo para lograr la meta,
que no es otra que un campeonato. Para ello necesitas muchos ingredientes,
lidiar con lesiones, prohibiciones de MLB, peloteros que van y vienen.
Caracteres muy diferentes”.
“Queríamos la menor cantidad de distracciones posibles en el
terreno”, abundó el ejecutivo. “Es difícil complacer a todos. Pero mientras se
pueda hay que hacerlo. Discutir un contrato con un pelotero no es fácil. En
ocasiones se involucran los agentes, que no cuáles son las verdaderas
necesidades de los jugadores. Por experiencia propia lo digo. Cuando tienes ese
conocimiento, adquieres una ventaja. El agente discute por su beneficio
económico. Por eso los peloteros cambian de representantes con frecuencia”.
Los resultados no se pueden ocultar. Aragua ganó el título
2015-2016 y el año pasado se quedó muy cerca de acceder a la Serie Final.
“Todos los días aprendes algo dentro y fuera del terreno.
Esos conocimientos debes ponerlos en práctica. Hay que tomar decisiones que son
cuestionadas por muchos, pero que buscan obtener resultados y cuando los
consigues, nadie te puede cuestionar. Ganaste, el resto está en el pasado. El
fanático olvida rápido. Porque es apasionado. En Venezuela se sabe mucho de
pelota, pero los aficionados, son sentimentales, ansiosos. Cuando buscas un
cambio, no puedes hacerlo con sentimientos, lo haces para mejorar al equipo en
función de obtener un campeonato. Ese fue el espíritu que usamos para armar el
equipo que trajimos a Dominicana”.
Si Tigres gana la Serie del Caribe, Guillén y Concepción
volverán a confundirse en un abrazo, como lo hicieron tras el out 27 en el
sexto juego de la Serie por el Campeonato, que terminó en Valencia hace una
semana.
“Es increíble. Las vueltas que da la vida. El mundo es muy
pequeño, ¿no?”, volvió a sonreír Guillén.
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