El yaracuyano regresó ayer a Baltimore, luego de pasar una semana en el país sin entenderse con el alto mando del conjunto
Melvin Mora tomó ayer un avión para regresar a Baltimore y estar al lado de su familia. El grandeliga no jugará con el Magallanes, como se venía anunciando desde mediados de año.
“Desde el viernes (29 de octubre) estoy esperando una respuesta. Se suponía que iba a comenzar a practicar el lunes o el martes (de la semana pasada), pero no hubo un acuerdo. Es lo mismo de siempre. Cuando el equipo está en aprietos siempre llaman, pero si está atravesando por un buen momento retrasan el contacto para ahorrarse unos reales”, soltó Mora molesto, a través del hilo telefónico, mientras esperaba el vuelo, con escala en Panamá, que lo llevaría de vuelta a Estados Unidos.
"(El gerente deportivo Luis) Blasini es como un mensajero. Sólo dice lo que piensan algunos miembros de la directiva. Le pedí que los reuniera a todos para hablar en una conferencia telefónica y eso nunca ocurrió. Mi paciencia tiene un límite. Interrumpí mis vacaciones con mi familia para estar aquí con el Magallanes como lo prometí. Pero no puedo estar cambiando de planes a cada momento. Quería cumplirle a la afición, pero no se podrá. Me voy para mi casa".
Blasini y varios miembros de la directiva de los Navegantes se entrevistaron con Mora entre el 5 y el 8 de agosto, durante la serie que jugaron los Rockies contra los Piratas en Pittsburgh. Allí ambas partes acordaron que el versátil yaracuyano se uniría al Magallanes en noviembre, en una fecha que sería anunciada en su debido momento.
“En aquella oportunidad hablamos y estuvo presente Carlos García. Yo mantuve mi palabra y espero que los magallaneros lo entiendan. Hace poco hablé con el manager que tienen ahora, un tipo joven (Frank Kremblas) y con (el coach de bateo Dan) Radison para comenzar a practicar, pero no hubo un acuerdo”, insistió Mora, que descartó regresar al país.
Blasini admitió que fue imposible llegar a un acuerdo económico con Mora. “Sus aspiraciones, astronómicas, excedían por mucho el sueldo de cualquier jugador de la liga”.
“No es cuestión de si vamos bien o mal”, continuó el ejecutivo, “desde hace 15 días estoy hablando con él. Simplemente, no pudimos satisfacer todas y cada una de sus aspiraciones”.
La última vez que el infielder jugó en Venezuela se remonta a la campaña 2007-2008, cuando en dos partidos consumió ocho turnos y conectó dos imparables.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 8 de noviembre de 2010
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