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El prospecto de
los Rangers de Texas es una de las figuras emergentes del Magallanes en el
inicio de la campaña y ha respondido al reto de jugar a diario
VALENCIA
Rougned Odor puede pasar
inadvertido antes del inicio de los encuentros. Durante las prácticas del
Magallanes pareciera desaparecer. Pero una vez que se encienden las torres de
luz y el umpire da la orden de comenzar a jugar, cuando cada acción en el
terreno de juego cuenta, el segunda base se hace notar y atrae miradas.
“Siempre estoy preparado
mentalmente para dar lo mejor de mí y ayudar al equipo a ganar”, suelta Odor,
que con 19 años de edad, fue el pelotero más joven en la alineación inaugural
de los Navegantes.
Antes del inicio de la
temporada, su nombre aparecía como la primera opción del equipo para la
intermedia, por encima de jugadores más experimentados como Reegie Corona,
Darwin Pérez o Jesús Merchán.
“No lo había visto agarrar un
rolling”, confiesa el manager Luis Sojo. “Sólo sabía que era buen bateador por
sus estadísticas en Estados Unidos y las referencias que me había dado (el
gerente deportivo) Luis (Blasini), pero me impresionó en la pretemporada. No
sólo se trata del talento o la habilidad que tiene para jugar, sino la
disposición. No me caracterizo por elogiar a mis dirigidos, pero es el tipo de
pelotero que me llama mucho la atención”.
Odor respondió en su estreno en
LVBP con un hit, una base robada, inició dos dobles matanzas y participó en
otra.
“Tiene hambre de juego y un
talento que se pierde de vista. Por eso está ahí”, destaca Blasini.
A mediados del año pasado,
Carlos García, piloto de los bucaneros para ese entonces, adelantó que quería
echarle un vistazo al marabino en las prácticas, antes del inicio de la campaña
2012-2013. Sólo que los Rangers de Texas, consideraron que era muy pronto para
el infielder, que apenas había disputado dos campañas como profesional.
Ahora, es el momento adecuado.
Odor inició 2013 como el prospecto número 11 de los texanos, según Baseball America. En el ránking de MBL.com aparece tercero de la organización y
95 de todo el sistema de granjas de las mayores; mientras que fue seleccionado
como el mejor camarero de las ligas de Carolina y Texas, donde dividió su
actuación en el verano.
“Sé lo que dicen de mí, pero no
es algo que me ponga presión”, enfatiza el bateador zurdo. “Sigo jugando mi
beisbol como si no fuera nadie, todavía falta para llegar a las mayores. Me
dijeron que viniera aquí para trabajar y aprender de esta liga y es lo que
estoy haciendo”.
Odor ha demostrado ser un
alumno adelantado en el inicio de la ronda regular. Hasta el domingo ligaba .333/.395/.487
en 39 turnos, repartidos en 15 juegos, con 2 jonrones y 8 remolcadas.
“La competencia es tan fuerte
como esperaba. Estoy muy contento de que Magallanes me haya tomado en cuenta”,
abunda Odor, que luce como un jugador experimentado. Su intensidad y deseos de
superar al rival están a la par de cualquiera.
“Soy agresivo. Me gusta jugar
duro el beisbol. Es la manera como salgo al terreno”, enfatiza y es difícil
contrariarlo, una vez que el pitcher hace el primer lanzamiento del partido.
De pocas palabras. Odor no destaca durante las prácticas. Es difícil de ubicar, a
diferencia de otros peloteros como Carlos Maldonado, que siempre está bromeando
con sus compañeros, o David Bromberg, que no para de hablar.
“Soy de pocas palabras. Creo
que por eso me llevo tan bien con (el campocorto) Argenis Díaz. No hablamos
mucho pero hacemos el trabajo”, sonríe Odor.
“Tenemos una buena relación y
siempre nos comunicamos en el terreno. Me siento muy cómodo con él en las
jugadas”, enfatiza Díaz, que ha aparecido en cuatro de las últimas cinco
campañas en el juego inaugural de la nave, incluidos los últimos tres.
Ambos toman roletazos juntos y
están en el mismo turno de la práctica de bateo.
“Argenis me ha ayudado mucho,
como todos los que tienen más experiencia. Eso me facilita estar aquí”, agrega
Odor, que cuando comenzó a entrenarse sólo identificó un rostro entre sus
compañeros.
“Somos casi como hermanos”,
dice Tomás Telis, que como Odor está en su primer año con Magallanes, tras
llegar proveniente del Caracas a cambio del lanzador Albert Suárez. “Somos
compañeros de equipo (con el Frisco) y vivimos juntos en Estados Unidos.
Nuestras familias se conocen y aquí también somos roomies. Nos apoyamos
y compartimos consejos, si vemos que el otro está haciendo algo malo en el
terreno. Eso ayudó a que nos integráramos más rápido”.
El mejor de la familia. Magallanes barrió una serie de tres partidos en Maracaibo contra
las Águilas y Odor volvió a reencontrarse con sus raíces.
“Muy feliz de poder llevarle la
pelota de mi primer hit a mi mamá en esa visita a Maracaibo”, refiere.
El habilidoso infielder es hijo
de Carolina Zambrano y Rougned Odor. Sus tíos maternos son José Luis, Eduardo y
Roberto Zambrano, mientras que su tío paterno es Rouglas Odor.
Todos jugaron en ligas menores
y en Venezuela. Del grupo sólo Eduardo llegó a las mayores a principios de la
década de los 90 con los Cachorros y Roberto se erigió en uno de los grandes
jonroneros en la historia del circuito local. Al menos tres veces puso en
peligro el récord de 20 cuadrangulares de Baudilio Díaz y su total de 71
vuelacercas de por vida, es la octava cifra más alta en los anales del
circuito.
“Desde pequeño el beisbol es
parte de mi. No recuerdo nada en mi vida que no haya sido beisbol”, destaca
Odor. “Ellos siempre me han dado consejos de cómo hacer las pequeñas cosas. A
pesar de la distancia y que ahora tienen actividades diferentes, nos mantenemos
en contacto”.
Roberto dirige una academia de
beisbol en Maracaibo, Eduardo es cantante de música llanera y José Luis está
dedicado a la ganadería.
“Estamos muy contentos con su
desarrollo”, asegura Rouglas, que durante 26 años ha sido miembro de la
organización de los Indios de Cleveland y es el actual instructor de bateadores
de los Caribes de Anzoátegui. “No tengo dudas que será el mejor pelotero de la
familia”.
Rápido ascenso
Hace apenas cuatro años, Odor
jugaba en el shortstop, aunque no tenía el brazo para la posición y no era un
gran corredor en las 60
yardas . Pero su bate siempre sobresalió en los torneos
internacionales en los que participó con la selección de Venezuela. Frases como
“dulce swing” y “avanzado dominio del bateo para su edad” aparecieron en los
reportes de los scouts y le convirtieron en una de las atracciones del 2 de
julio de 2010, aunque no fue hasta cerca del Año Nuevo de 2011, cuando firmó
por un bono de 425.000 dólares con Texas.
Una cifra que ahora luce como
una “ganga” por lo rápido que ha ascendido en el sistema de granjas y su
proyección.
Comenzó en la Liga de Carolina (A+) este año
y terminó en la Liga
de Texas (AA), sin que sus números sufrieran por el drástico cambio de nivel, generalmente
difícil para los peloteros.
Terminó la campaña con la mejor
línea de producción de su incipiente carrera (.305/.365/.474) y estableció marcas
en hits (156), dobles (42), triples (6), jonrones (11), empujadas (72),
anotadas (85) y robos (32).
“Tiene un poco de arrogancia”,
dijo Jason Wood, manager de Odor en el Myrtle Beach (A+), a MiLB.com. “Pero no
está tratando de mostrarle nada a nadie. Sólo que tiene un chip que le dice que
es mejor que el resto. Fue el chico más agradable de ver en esta liga”.
Buen guante, mejor bateador
Rougned Odor fue electo el
mejor segunda base defensivo de la
Liga de Carolina. El infielder mostró buenas manos, un
potente brazo para la posición y grandes movimientos hacia ambos lados del
terreno, incluido un eficiente pívot en las jugadas de dobleplay. Aunque su
mejor herramienta sigue siendo su bate.
“Tuve la oportunidad de
compartir bastante con él este año porque trabajé en esa misma liga (como coach
de bateo de los MudCats)”, señala su tío Rouglas Odor. “A pesar de saber su
estilo y de conocerlo muy bien, me impresionó mucho su capacidad de juego. Sale
al terreno y busca la manera de ayudar al equipo a ganar. Para la edad que
tiene está bastante avanzado. Debe mejorar algunas áreas como todo muchacho
joven, pero tiene un gran talento”.
A pesar de su talla, Odor
destaca por conectar la bola con reciedumbre.
“En este momento tiene fuerza
oportuna, pero creo que en el futuro cercano desarrollará ese aspecto y
conectará unos cuantos jonrones”, enfatiza Rouglas.
ElDato
El nombre Rougned está enmarcado en una tradición de los Odor. “Es la combinación entre Neda y Douglas, los nombres de mis padres. Son varias las variaciones en la familia”, revela Rouglas Odor.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 28 de Octubre de 2013
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