El campocorto ha sido el pelotero clave de los Indios, que luchan por el banderín del centro de la Liga Americana. La figura de Cleveland quiere mantener la consistencia en la segunda mitad
PHOENIX
Asdrúbal Cabrera habla en el tono justo para ser escuchado. Sin estridencias. Conciso y aplomado.
No piensa en números, pero fue uno de los mejores bateadores de la Liga Americana en la primera mitad. Se ve a sí mismo como uno más de los Indios de Cleveland, pero fue el jugador más valioso de su equipo. Declina hablar sobre sus metas a corto plazo, aunque se encamina a romper el récord de más jonrones para un campocorto venezolano.
Ya habrá tiempo de eso, cuando caiga el último out de la temporada y llegue el momento de poner sobre una balanza lo ocurrido en 2011.
En este instante, lo prioritario es trabajar y mantenerse en las grandes ligas, un estatus que se ganó a pulso porque, enfatiza, nunca se da por vencido.
“Pienso que la clave es mantener la consistencia y terminar en forma. Lo importante es cómo terminas”.
Luego de confrontar problemas físicos durante los últimos dos años, que acortaron sus temporadas, el torpedero de la tribu está en medio de la mejor campaña de su carrera. En esta zafra sólo se ha perdido uno de los 89 partidos de Cleveland porque debía viajar a Phoenix. Batea .296, con 14 cuadrangulares –una marca personal–, 51 producidas y un OPS de .836, el mejor de su carera. Números que le ganaron su presencia en el Juego de Estrellas.
“Me he mantenido saludable, alejado de lesiones. El año pasado me rompí el antebrazo y antes sufrí una operación en el codo. El resto ha sido mantener el enfoque”.
Todo luce muy sencillo y hasta cotidiano, en sus palabras. Pero sigue apareciendo en los titulares de la prensa de Cleveland y su nombre suele colocarse junto al de su compatriota Omar Vizquel, el último shortstop de los Indios que apareció en un clásico de mitad de zafra (2002).
“Es una responsabilidad”, admitió. “Es uno de los mejores campocortos de la historia y todavía está jugando. Que me comparen con él algo realmente grande”.
La defensa de Cabrera ha sido uno de las mejores del joven circuito. Su mentor, Orlando Cabrera, que lo llama “sobrino” desde sus días de novato, ha sido fundamental.
“Sus consejos como Guante de Oro me han ayudado mucho. No tengo el mejor alcance pero la ubicación en el campo y el conocimiento de los bateadores de la liga, además de estar pendiente de cada situación de juego. Han hecho la diferencia”.
Cabrera también agradece al colombiano su sorprendente poder que amenaza con dejar en el olvido la marca de 23 vuelacercas de Alex González, impuesta en 2004.
“Me dijo que usara mi fuerza, que me tomara un turno por juego y probara. Es lo que he hecho dependiendo de lo que esté ocurriendo y el pitcher contrario”.
Son sólo dos de sus secretos en lo que va de temporada. Cleveland espera que tenga más guardados y que los revele en la segunda mitad del calendario. Antes, Cabrera dejará su huella en Phoenix, junto a las del resto de las estrellas de 2011.
Líder en el terreno
El manager de los Indios, Manny Acta, no anda con rodeos cuando habla de Cabrera. “Ha sido nuestro jugador más valioso. El bateador más consistente en la campaña. Muchas veces ha cargado nuestro lineup sobre sus hombros. De su defensa, ni hablar. Ha alcanzado una mayor madurez y desde el año pasado ha asumido el liderazgo del club, pese a su corta edad (25 años)”.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 12 de julio de 2011
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