El manager Kirk Gibson fue uno de los que más disfrutó en Chase Field ver a Miguel Montero en el dugout de la Liga Nacional, durante el Juego de Estrellas.
“Es una gran oportunidad para ‘Miggy’ de mostrarle a toda la nación lo buen pelotero que es”, dijo el estratega de los Cascabeles, que formó parte de los coaches que acompañaron a Bruce Bochy en la dirección del equipo del viejo circuito.
Gibson sólo tiene comentarios positivos sobre el receptor venezolano, que durante el receso, se convirtió en uno de sus temas favoritos de conversación.
“Nuestra relación es muy buena. (Gibson) sabe que salgo a jugar duro y dar el 100 por ciento. Imagino que esa es la razón de sus palabras. No tengo otra manera de jugar beisbol”.
Montero llegó a la mitad del calendario como el receptor con mejor ofensiva, detrás de Brian McCann, figura de los Bravos, en la Liga Nacional y está camino a eclipsar su récord personal de cuadrangulares (16), en tanto que se encuentra a sólo 14 producidas de su tope (59). Apareció en los primeros 81 encuentros de los Cascabeles y su presencia en la alineación de Gibson cada vez se hace más dependiente de sus oportunos batazos (liga .331/.403/.573 en las victorias del club).
Aunque tal vez lo más importante para caraqueño sea algo que no miden las estadísticas: El liderazgo.
“He madurado bastante. Me siento mejor pelotero que antes. No hablo de condiciones, sino de conocimiento del juego. Saber cuándo hacer las cosas y cómo lograr ventajas. El resto es la confianza, la actitud, el deseo de ganar, de hacer las cosas bien. Tal vez eso se refleje en los otros jugadores y genere respeto. Podemos llamarlo liderazgo, que se refleja a través de mi deseo de ganar, competir. Eso se lo dejo saber a todos mis compañeros. No voy a jugar para perder”.
Ese empuje, en buena medida tiene al modesto Arizona muy cerca de San Francisco, el líder del Oeste.
“Si queremos ganar un juego, entonces en la alineación debe estar Montero”, enfatizó Luis González, asistente especial a la presidencia del equipo.
“Es una satisfacción saber que te estiman y estar aquí (Juego de Estrellas). He trabajado duro para conseguirlo. Pienso que este va a ser el comienzo de muchas cosas buenas”.
Montero, de 28 años de edad, es el tipo de persona que nunca puede quedarse quieta, que siempre empuja al resto.
“Ustedes me conocen es lo que hago. No entiendo este trabajo de otra manera”.
Blanco, el maestro
Antes de la jornada de ayer, Montero sumaba 10 errores en la temporada, una marca negativa en su carrera. La estadística (“siempre veo los números por encimita”) no le preocupa en exceso, pero asegura estar “ocupándose” del tema.
“Siempre hablo con Henry Blanco (catcher suplente, de excelsa defensiva) y me ha ayudado bastante. De verdad que ha sido fundamental en los ajustes que he estado haciendo. Henry siempre ha estado allí para decirme que no pierda mi agresividad, que no todos los errores son por mi culpa. Por mi parte creo que debo ser menos agresivo. Debo dosificarme. No tirar a las bases a lo loco. Es difícil porque soy eléctrico, pero estoy identificando el momento exacto cuando voy lanzar. Eso ayudará”.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 16 de julio de 2011
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