Miguel Cabrera |
Tres nuevas estrellas nacieron en el firmamento de las mayores y otras dos volvieron a vivir la emoción del clásico de mitad de temporada. El Chase Field celebró por tres días la fiesta del beisbol
PHOENIX
“Miguel, Miguel”, gritaba una joven, ataviada con una camisa de los Cascabeles, sobre el dugout de home club del Chase Field.
Miguel Montero sólo pudo sonreírle. Un reportero de la cadena Fox 10 Arizona comenzaba a hacerle pregunta, mientras esperaban otras dos televisoras locales.
“No creo que haya hablado tanto con la prensa en apenas dos días”, dijo el receptor de los desérticos, que apenas tres días antes se había enterado que formaría parte del roster de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas, como sustituto del lesionado Plácico Polanco.
Los gritos de los aficionados, durante la práctica de bateo del martes, y las entrevistas continuaron hasta que los peloteros de ambas ligas, regresaron a los clubhouses para colocarse los uniformes, poco antes de la edición 82 del clásico de mitad de temporada.
Miguel Montero (derecha) junto a Yadier Molina |
“Hoy sentí que me trataron como una celebridad, como una estrella de Hollywood, cuando estaba en el desfile de la alfombra roja, antes del partido. Fue bonito. Estaba muy emocionado, al lado de mi familia”.
Montero no tuvo turnos esa noche, pero recibió los envíos de Joel Hanrahan y Brian Wilson, que salvó el encuentro para la Nacional, en el noveno inning.
“Hubiese querido batear, pero lo más importante es que no hicieron carreras (el equipo de la Americana). Fue emocionante recibir a dos de los líderes en salvados de la liga Nacional. Muy especial”
Durante la presentación de la escuadra del viejo circuito, Montero fue uno de los peloteros más aplaudidos.
“Fue la ovación más ruidosa que he recibido aquí, porque es la mayor cantidad de fanáticos que hemos tenido en este estadio (47.994 personas). Voy a recordar esto por el resto de mi vida y espero que vengan otras convocatorias al Juego de Estrellas”.
Pablo Sandoval, que se estrenó en el partido de luminarias como sustituto del lastimado José Reyes, conectó un doble y empujó una de las cinco carreras de la Nacional.
“No podía estar quieto mientras esperaba entrar al juego (la oportunidad se dio en el sexto inning por Scott Rolen), corría, me estiraba, hasta que me llamaron. Luego vino el batazo y cuando llegué a segunda no sabía si reír o llorar”, dijo el Panda, que se convirtió en el primer venezolano que debuta en la cita estelar con un extrabase.
Pablo Sandoval comparte con Lance Berkman |
“Lo más divertido fue la carrera que pegó (Heath) Bell en el octavo inning, desde el bullpen, para luego deslizarse al llegar al montículo. De eso se trata, de disfrutar”.
El carabobeño llegó al receso de temporada con una racha de 21 encuentros conectando imparables –a cuatro desafíos de igualar la marca para un venezolano que posee Víctor Martínez desde 2009– después de perderse alrededor de seis semanas por una lesión en la mano derecha.
“Estoy disfrutando al máximo este momento porque uno no sabe cuándo puede volver a pasar”, señaló.
Asdrúbal Cabrera, otro debutante, se fue de 2-0, pero se desempeñó impecablemente en el campocorto de la Americana. Su nombre ahora aparece como el cuarto shortstop de Venezuela que inicia un Juego de Estrellas, desde que Alfonso “Chico” Carrasquel se convirtió en el primer latino en el choque hace 60 años. Los otros dos son Luis Aparicio, miembro del Salón de la Fama, y David Concepción, el último que lo había hecho en 1982.
Asdrúbal Cabrera |
“Estaba muy emocionado cuando recibí el primer pitcheo. Fue algo grande”, dijo el portocruzano, que ocupó el lugar de Derek Jeter. “Realmente no es importante si abres o no, porque el solo hecho de estar aquí es un honor”.
Miguel Cabrera, que acudió a su sexto Juego de Estrellas, la tercera cifra más alta entre los criollos, aseguró que siempre es especial porque “conoces a varios peloteros, que no tienes la oportunidad de ver a menudo”.
El inicialista solo consumió un turno, en lugar del mexicano Adrián González.
Félix Hernández |
Félix Hernández, el as de Seattle, vivió el partido con menos intensidad, pero no paró de aupar a sus compañeros. El derecho había lanzado el domingo anterior y eso lo inhabilitaba para estar disponible en el roster de la Americana.
“Estos dos días los pasé súper bien. De verdad lo disfrutamos porque asistieron varios latinos (20) y el ambiente era excelente. Claro, lo que más recordaré es que no pude lanzar”, sonrió el Rey.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 14 de julio de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario