domingo, 21 de agosto de 2011

Los Rays afianzan su crecimiento en las granjas


Por segunda vez en los últimos tres años, la filial de los Rays se alzó con el cetro de la VSL. Foto JAIRO ALTUVE
 
Tampa Bay basa el éxito de años recientes en cuidadosas escogencias durante el draft de MLB y en sus operaciones internacionales

Tampa Bay se ha convertido en un club competitivo en la división este de la Liga Americana, una de las más difíciles del beisbol, pese a su bajo presupuesto. El camino que decidió tomar la gerencia cuando el nuevo dueño Stuart Sternberg se hizo cargo de la organización en 2005, fue fortalecer las granjas a través de sólidas escogencias en el draft y el desarrollo de talento internacional, en especial en Latinoamérica.
Un movimiento lógico. Hoy día, entre el 25 y el 30 por ciento de los grandeligas son extranjeros, una tendencia que seguirá en aumento.
Los Rays, que antes de iniciarse la temporada habían asistido dos veces a los playoffs en tres años, incluida la Serie Mundial, abrieron 2011 con un presupuesto de poco más de 41 millones de dólares, la penúltima nómina entre los 30 equipos de Major League Baseball (MLB), después de establecer un récord particular de gastos en 2010 con $72,8 millones, cifra irrisoria para otros equipos.

Carlos Alfonso
La estrategia de los floridanos es no retener agentes libres cuyas firmas resulten en demasiado onerosas y sustituirlos con sus productos. Una tarea que comienza a brindar beneficios y que no ha descuidado Matthew Silverman, presidente, y Andrew Friedman, vicepresidente ejecutivo de operaciones de beisbol.
Para facilitar el proceso, Tampa Bay contrató en 2006 al cubano Carlos Alfonso, como su director de operaciones internacionales, y al venezolano Andrés Reiner, como asistente especial a la gerencia. Alfonso había estado ligado durante 19 años a los Gigantes de San Francisco, mientras que Reiner colocó su nombre entre marquesinas al desarrollar un exitoso programa de búsqueda y selección de talentos para los Astros de Houston. El visionario scout solicitó y obtuvo los recursos para crear la primera academia en el país, a principios de los años 90, que desarrolló a 130 peloteros profesionales, entre ellos Johan Santana, Bob Abreu, Freddy García, Carlos Guillén, Richard Hidalgo y Melvin Mora.
Bajo su égida, con la supervisión Gerry Hunsicker vicepresidente de operaciones de beisbol, que trabajó durante mucho tiempo con Reiner en Houston, Tampa Bay ahora cuenta dos cómodas instalaciones en Campo Las Palmas, en República Dominicana, y Guacara, estado Carabobo, sedes de los equipos que participan en las ligas de novatos veraniegas de ambos países. En un año debe estar operativa una academia similar en Brasil, la primera que abre un equipo de grandes ligas en esas latitudes, mientras que la presencia de los Rays en México, Colombia y Panamá cada vez se consolida más. Incluso en Europa, Asia y Oceanía. El año pasado Stepan Havlicek, un pitcher zurdo de República Checa, engrosó las filas de los Rays.
“Nosotros empezamos de cero”, aseguró Alfonso. “No teníamos operaciones internacionales porque entre 2002 y 2005 el señor (Vincent J.) Naimoli, el antiguo dueño, no le prestó mucha atención. Firmaban uno que otro jugador por ahí. En cambio se dedicaron a conseguir peloteros como Wade Boggs, Vinny Castilla, José Canseco, Greg Vaughn y Fred McGriff para intentar cambiar el aspecto del equipo. Se gastó mucho dinero y no había espacio para otras inversiones. No se tenía fe, ni respaldo para expandir las operaciones. Había que cambiar esa forma de hacer las cosas. Dependemos de firmar y desarrollas a nuestros peloteros. No podemos pensar en C. C. Sabathia y pagarle lo que vale. Porque no hay mercado para eso. El dinero debe ser bien invertido. Entonces tienes que abrir una academia, para desarrollar tus productos y si tienes a un Andrés Reiner de tu lado, no puedes fallar”.


La sede de los Rays en Guacara abrió sus puertas en 2007, en honor a la trayectoria de Reiner. Las instalaciones, con capacidad para albergar cómodamente unos 50 peloteros, cuentan con dos estadios de beisbol, en terrenos cedidos por la empresa Pirelli, muy cerca de Venoco, donde durante 17 años funcionó la academia de Houston, que cerró operaciones hace tres años. Tampa Bay participó por primera vez en la Venezuelan Summer League (VSL) en 2008, en una cooperativa con Cincinnati.
En 2009 logró armar un roster propio y desde entonces han conquistado un par de campeonatos, incluido el de 2011.
“Durante todo este tiempo, 24 de nuestros peloteros han viajado a EE.UU. (El derecho) Albert Suárez se convirtió en 2010 en el primer roster de 40 de la academia y a finales de año tal vez sumemos un par más”, señaló Ronnie Blanco, director de operaciones en Venezuela. "Cuando comenzamos, necesitábamos firmar peloteros para completar el roster, pero el proceso de selección ha sido mucho más exigente y el grupo que fue promovido ha tenido un buen desarrollo”.
El receptor Oscar Hernández, el primer triple coronado en los anales de la VSL, será uno de los próximos ascendidos, luego de su segunda campaña con el quipo de verano. El falconiano, de apenas 18 años, se colocó en el mapa de los prospectos de Tampa Bay, con una campaña histórica en 2011.
“El ser humano y la pasión son importantes. Si usted hace su trabajo con pasión tendrá recompensa. Hernández es ese tipo de persona, con un talento especial”, destacó el ejecutivo Tampa Bay también ha probado con éxito reclutar a peloteros dejados libres por otras organizaciones. El derecho Luis Cabrera, de 21 años de edad, hizo la transición de jardinero a lanzador, luego de ser despedido por Texas, y se convirtió en un confiable abridor, que fue electo Jugador Más Valioso de la final de la VSL.
“Algunas organizaciones no le dan el chance a los jóvenes de desarrollarse porque no pueden esperar mucho, a diferencia de nosotros. Si tienen talento, lo reclutamos. No podemos invertir como los Yanquis y Medias Rojas, que firman muchachos por millones y millones de dólares”.
Sin embargo, hace un par de años, Tampa Bay decidió ser agresivo el 2 de julio, fecha en la que se abre el mercado de agentes libres internacionales, y estableció marcas en el país al entregar un bono un millón de dólares al tercera base César Pérez y $ 600 mil al campocorto Juniel Querecuto.
“El dinero no es lo único, pero muchas veces hemos tenido que hacer ajustes para competir en el mercado y otorgamos bonificaciones aceptables, para seguir mejorando nuestras granjas. Pero no podemos firmar a todos los peloteros de 200 mil dólares para arriba. Tenemos que hacer una búsqueda exhaustiva y atraer a la gente correcta”, enfatizó Alfonso.
En menos de tres años, los Rays están muy cerca de concluir una importante ampliación de la academia en Guacara, signo inequívoco de la confianza en el talento del país y del staff que tiene a cargo el desarrollo de los novatos de uno y dos años de firmados.
“Si alcanzamos la mitad del éxito que tuvo Andrés (Reiner) con Houston, entonces nos irá muy bien”, sonrió Alfonso.
Antes de 2008, en su primera década de existencia, los Rays nunca consiguieron terminar una campaña por encima de .500 en la Americana y en tres oportunidades perdieron al menos 100 juegos. Los resultados recientes hablan por sí solos. Alfonso y Reiner pueden sentirse satisfechos.

La inversión justa
Al concluir la temporada anterior, los Rays no retuvieron a varios de sus potenciales agentes libres, incluidos Carl Crawford, cuatro veces All Star, Carlos Peña, el líder de jonrones de la franquicia, y Rafael Soriano, que encabezó la liga americana en salvados en 2010. Ahora es el momento de que jugadores como el derecho Jeremy Hellickson y el outfielder Desmond Jennings, ambos seleccionados del draft como Evan Longoria, comiencen a rendir dividendos.
Otro mecanismo importante de la oficina para fortalecer al equipo ha tenido que ver con cambios puntuales.
Dioner Navarro, por ejemplo, llegó de los Dodgers y fue clave en 2008, cuando los floridanos asistieron a la Serie Mundial. Recientemente llegaron en canjes los prospectos Robinson Chirinos, proveniente de los Cachorros, y Alex Torres, de los Ángeles. Ambos debutaron este año.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 21 de agosto de 2011

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