Tampa Bay ingresó a la Venezuelan Summer League hace cinco temporadas Foto JAIRO ALTUVE |
Por segunda vez en los últimos tres años, el exitoso programa de Tampa Bay en el país alcanza el título. Luis Cabrera fue seleccionado Jugador Más Valioso
GUACARA
Apenas cayó el tercer out del cierre del noveno inning, toda la banca de Tampa Bay saltó al centro del terreno para celebrar, su segundo campeonato de la Venezuelan Summer League en las últimas tres temporadas, tras derrotar, 7-2, a Pittsburgh, en el tercer y decisivo partido de la final.
Titulares y suplente se fundieron en un abrazo, el mejor de todos, el que celebró el esfuerzo del grupo. En el medio del diamante sólo los colores azul y gris de los Rays prevalecieron y los cortes de pelo al estilo mohawk.
“Les dije que si jugábamos nuestro beisbol, el trofeo sería nuestro. Es un premio al sacrificio de todos estos muchachos. Todos son valiosos”, dijo con lágrimas en los ojos el manager Esteban González, que guió a la filial de los floridanos a un récord de 38-33 en la ronda eliminatoria, el segundo mejor torneo y se impuso en la final 2-1, en el estadio Lorenzo Mendoza, de Tronconero.
Tampa Bay se fue al frente con dos anotaciones en la parte alta de la tercera entrada amparado en dos errores de los Piratas y un roletazo impulsor de José Bellorín. La ventaja sirvió para darle tranquilidad al derecho Luis Cabrera, que recibió la pelota para abrir el importante encuentro luego de ser infiltrado en la pierna izquierda, un par de días antes.
“No pensé en eso. Cuando me dijeron que iba a abrir este partido, no pude negarme. Deseaba hacer un buen trabajo. Usé todos mis pitcheos, la curva y el cambio funcionaron muy bien con la recta. Esa fue la clave”, soltó Cabrera, que en cinco capítulos aisló dos hits y una carrera, actuación que le valió el premio de Jugador Más Valioso de la final.
“Lo que hizo, resume el carácter de estos jóvenes”, destacó Ronnie Blanco, director de operaciones de Tampa Bay en el país.
En el séptimo, los Rays ya dominaban 5-2 el marcador y un racimo de dos anotaciones, producidas por hit de José Páez, sentenció el desafío.
“Es una emoción indescriptible. No tengo palabras”, agregó Oscar Hernández, la estrella del equipo, triple coronado y JMV del torneo. “No pude batear en la final (3 hits en 11 turnos), pero el resto de mis compañeros demostró que no se trata de una sola persona”.
Los Piratas –uno de los tres equipos con dos coronas en la historia del circuito veraniego para novatos– asistieron a su sexta final seguida y perdieron por segunda vez el título contra los Rays. Antes habían caído en 2009, también en tres juegos.
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El mejor de los regalos
Esteban González se sintió recompensado por el esfuerzo de sus dirigidos y observó con beneplácito lo que el destino le negó, cuando era un jugador activo.
“Andrés Reiner (asistente de la gerencia de Tampa Bay) me llamó cuando me dejó libre Houston en 2005 y me ofreció un trabajo como técnico. Fue duro aceptarlo. Tenía 21 años. Este éxito se lo debo a él”, dijo González, que encabeza el cuerpo técnico de los Rays, que promedia apenas 30 años de edad.
El año pasado se quedó a un juego de pasar a la final y en esta ocasión logró el título. En 2009, el año del primer campeonato de Tampa Bay, era el coach de tercera del piloto Wuarnner Rincones.
“Esto paga aquel mal momento, cuando tuve que retirarme tan joven. Ahora espero que alguno de estos muchachos llegue a grandes ligas”.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 11 de agosto de 2011
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