El receptor fue enviado de vuelta a las menores. Asegura que los casi dos meses que jugó en las grandes ligas significaron un "gran aprendizaje"
Robinson Chirinos sabía que no le había ido bien en los últimos partidos de los Rays, pero le sorprendió que el manager Joe Maddon le llamara para informarle que sería enviado de vuelta a las menores para abrirle un cupo en el roster activo al receptor John Jaso, que superó una lesión en los músculos oblicuos.
"No esperas algo como eso, pero forma parte del beisbol. Siempre tienes altos y bajos. Pero me siento contento porque cumplí mi meta de llegar a las grandes ligas este año. Me dieron las oportunidades de jugar bastante y todo este tiempo arriba fue un gran aprendizaje", dijo Chirinos, a través del hilo telefónico.
El receptor debía reportarse ayer al Durham, la filial triple A de Tampa Bay, equipo con el que comenzó la temporada, antes de ser promovido a las mayores el 16 de julio.
"Tuve la oportunidad de ayudar al equipo con batazos importantes. Pienso que le demostré a la organización que puedo estar arriba y tal vez en un futuro cercano pueda ayudar a ganar un anillo (de Serie Mundial), que es lo que tanto desean en la oficina".
Chirinos se despidió con un promedio de .218, tras fallar en 15 turnos seguidos.
"El manager (Maddon) me dijo que le había gustado mi trabajo y que vio que me importa ganar, que compito. No me dio seguridad de que pueda subir el 1° de septiembre (cuando se expanden los roster de 25 a 40), porque esa no es su área, pero dijo que estaba casi seguro que me llamarán. Vamos a ver".
El falconiano, de 27 años de edad, fue incluido por los Cachorros entre un grupo de cinco prospectos en el canje que envió al lanzador Matt Garza de Tampa a Chicago, en enero.
Durante los entrenamientos de primavera, a los que asistió por primera vez protegido, Chirinos despertó el interés del cuerpo técnico de los floridanos por sus buenas manos, gran presencia e instintos detrás del plato.
"Fue una gran experiencia. Por más que te imagines como puede ser jugar en las mayores, no lo sabes hasta que está allí. La responsabilidad en cada partido, la obligación de hacer las cosas bien cuando estás en el terreno. Es algo que te hace crecer. Por eso no tengo sino razones para estar satisfecho".
Sin embargo, Chirinos siente que quedó en deuda con su bate. Desde 2008, cuando hizo la transición del infield a la receptoría, no sólo se convirtió en el mejor catcher defensivo en las granjas de Chicago, su ofensiva se disparó. En 2010 fue seleccionado al Juego de Estrellas de la Liga del Sur y, entre las categorías doble A y triple A, terminó con average de .326, 18 jonrones y 74 empujadas, en 92 desafíos. Su OPS fue de .999, el mejor entre los caretas y octavo más alto en todo el sistema de granjas de las mayores.
"De verdad que ha sido un año de luchas. Todos los días. No me he sentido cómodo en el plato. Desde el principio de la temporada, he intentando conseguir el ritmo de mi mecánica y volver a ser consistente (en triple A ligó .265 en sus primeras 249 veces al bate). Pienso que la lesión que sufrí en la muñeca (derecha), que impidió que no viera acción en casi cinco meses, me pudo afectar. Realmente ha sido difícil".
Al Durham le restan 16 juegos en la ronda regular, 12 de ellos en agosto. Durante ese lapso, Chirinos aspira a realizar ajustes para "terminar fuerte" y esperar un posible llamado en septiembre.
"Voy a seguir jugando duro, es lo que sé hacer".
Magallanes en la mira
Robinson Chirinos piensa que su limitada actuación con Magallanes, durante la temporada anterior del beisbol profesional, forzada por la lesión que sufrió en la muñeca derecha, mientras todavía jugaba en las filiales de Chicago, tuvo que ver con su bajón ofensivo en 2011.
"Creo me hizo falta jugar más allá (apenas consumió 64 turnos). Este año pienso regresar para recuperar el tiempo perdido. No tengo todavía una fecha para incorporarme al Magallanes. Pero me uniformaré".
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 19 de agosto de 2011
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