El slugger de los Tiburones de La Guaira no estaba
buscando el jonrón 100 de su carrera, pero atesorará la pelota que le ayudó a
conseguir la marca
VALENCIA
Alex Cabrera no salió a buscar el estacazo que lo
metió en los libros de historia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. El
slugger aseguró que cuando fue a batear sólo intentaba ayudar a su equipo a
ganar.
“No estaba pendiente de dar el jonrón 100, solo
quería conectar la pelota duro y para abajo. Sólo trato de empujar carreras”,
señaló el forzudo bateador derecho, que el viernes por la noche pescó una recta
cortada del zurdo Gustavo Chacín y la envió a mitad de las gradas del jardín
izquierdo del Estadio José Bernardo Pérez. “Le estaba dando bien a la pelota,
pero los jonrones no salían, esto es una muestra de que queda Alex Cabrera para
rato. Tal vez, si estuviese buscando esos cuadrangulares, no los conseguiría”.
El estacazo, su cuarto en seis desafíos, coronó un
racimo de cuatro carreras en el quinto inning que guió a los Tiburones a una
paliza 14-7 contra el Magallanes, mientras ayudaba a Cabrera a comprar la
membrecía de un exclusivo club al que ya pertenecían Eliézer Alfonzo, con 113
cuadrangulares, y Robert Pérez, con 123.
INFOGRAFÍA EL NACIONAL |
Cabrera necesitó 2.005 turnos para alcanzar la marca,
1.690 menos que Robert Pérez, y casi la misma cantidad de Alfonzo, que lo hizo
en 2.007. La diferencia entre el Samurai y los otros dos miembros del selecto
grupo, es que nunca tuvo la regularidad de uniformarse todos los años a lo
largo de su carrera.
“Eliézer es más joven (34 años) y no puedo competir
contra él. Si no me hubiese ausentado tanto (por jugar en la liga japonesa),
habría dado 200 jonrones”, afirmó, el veterano de 41 años de edad.
Cabrera fue prospecto de los Cachorros de Chicago a
principios de la década de los 90, pero nunca pudo consolidarse con los
oseznos. Después de experiencias en México y Taiwán, firmó como agente libre
con los Diamantes de Arizona y en 2000 conectó un vuelacercas en su primer
turno en las mayores. El misil colocó su nombre en una lista de apenas 114
peloteros en los anales de las grandes ligas. Luego emigró a la pelota nipona,
alcanzó el estatus de estrella e impuso varias marcas.
Antes de la jornada de ayer, sus cuatro
cuadrangulares en la LVBP elevan a 548 su total vitalicio, tomando en cuenta
todos los circuitos en los que se tiene registro de su participación.
“Toda la vida he sido un hombre de fuerza. Esa es mi
habilidad”, sonrió Cabrera.
La esférica que salió disparada del madero de
Cabrera y aterrizó en las gradas del parque valenciano fue recuperada por un
asistente técnico de la televisora que transmitió el partido.
“Pagué 700 BsF por ella. Un precio que no significa
nada frente a la importancia de esa pelota. Se la llevaré a mi mamá, que guarda
todos mis trofeos”.
Se lugar adecuado para tan importante objeto.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 10 de Noviembre de 2013
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