VALENCIA
El promedio de Jesús Flores solo se ha ubicado por debajo de la línea de .400 en seis de los 25 encuentros en los que ha participado, durante la primera mitad de la temporada, y encabeza ese departamento en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Una notable actuación, si se toma en cuenta la exigencia física y mental de un receptor, cuya principal herramienta debe ser la defensa.
Es imposible prever qué ocurrirá en las casi siete semanas que restan de eliminatoria, pero no deja de llamar la atención que en 55 años de historia de la LVBP , ningún catcher haya tenido la posibilidad de conquistar el título de bateo.
Sam Hairston, que durante 11 años en ligas menores y uno más la gran carpa solo actuó como careta, se alzó con la corona en la zafra 1950-1951, tras golpear para .375 con el uniforme del Vargas. Pero no está claro, si lo logró usando a diario una mascota.
“En esa temporada existen muchos vacíos históricos, así que no tengo elementos para asegurar que Hairston haya jugado más de la mitad de sus encuentros (39) en la posición”, advirtió Emil Bracho, de la firma Line Score Estadísticas, recopilador oficial de la liga. “De acuerdo con los registros a los cuales tengo acceso, Frank Mancuso fue el catcher regular de los Sabios ese año”.
Otro receptor, Ramón Hernández, se tituló campeón bate, con .376, en la 2001-2002, pero apenas se puso los aperos en seis de los 44 desafíos en los que alineó con Pastora. En el resto de los encuentros fue usado como primera base o designado, cediéndole la responsabilidad de catcher titular a Yorvit Torrealba.
Así que el terreno que está pisando Flores es totalmente desconocido.
“No estoy pensando en eso. Estoy relajado, manteniendo mis rutinas. Lo que más me importa es la defensiva y batallar para ayudar a ganar al equipo”, destacó el carupanero. “Ya he atravesado antes por buenas rachas. No voy a decir que es suerte. No creo en eso. He trabajo arduamente para ser consistente”.
Hasta ahora lo ha conseguido. Flores es el mejor toletero del equipo que encabeza el campeonato en ofensiva (.293/. 363/.439), mientras que lidera la LVBP en average (.411), slugging (.600), promedio contra derechos (.449), corredores en base (.512) y en posición de anotar (.483), estadísticas que le han ayudado a producir 20 carreras, cifra tope para los turcos. Entretanto, ha dirigido al cuerpo de lanzadores con menor efectividad del circuito (3.10). Una senda que apunta al Jugador Más Valioso –al menos hasta el meridiano del calendario– un galardón que nunca antes ganó un magallanero.
Pero Flores no se distrae pensando en tales detalles. Desde hace poco más de una semana trata de sobreponerse a una molestia en el músculo abductor de la pierna derecha.
“Me ha tocado un poco duro. Cuando juegas todos los días te expones a una lesión. Pero he pasado por momentos peores y no voy a dejarme caer por algo mínimo. No voy a defraudar al equipo. Estoy muy motivado”.
Esa actitud comienza a generar ascendencia sobre sus compañeros, que empiezan a verlo como un líder en el terreno.
“Es algo que todavía estoy aprendiendo. Espero ganarme ese respeto, con trabajo y humildad. En este instante me siento orgulloso por todo lo que está pasando”.
Rival en casa
José Altuve, un bateador de contacto, sigue muy de cerca a Flores con .400 de average y se ha convertido, al menos por ahora, en su principal rival en la lucha por el título de bateo.
“Hemos estado bromeando con relación a eso, sobre los hits, el promedio. En realidad estoy muy contento por él. Ambos estamos aportando a la misma causa”.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 16 de noviembre de 2011
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