Desde diciembre del año pasado suma cinco victorias como relevista intermedio de los Navegantes. El derecho aspira a conseguir un contrato en el verano
VALENCIA
Lino Urdaneta se ha convertido en uno de los taponeros más confiables de Magallanes desde la campaña anterior, aunque en ocasiones su nombre pasa desapercibido.
Urdaneta lanzó este año en la Liga Bolivariana |
El derecho apareció como una opción para darle profundidad al relevo intermedio, luego de ser dejado libre por Caribes de Anzoátegui, y su labor terminó siendo indispensable para los Navegantes. Esta campaña ha retomado las cosas justo donde las dejó.
“Cada vez que me llaman al montículo salgo enfocado en hacer el trabajo para retribuir a la gerencia la confianza que depositó en mí”, dijo, el experimentado lanzador, de 31 años de edad.
La zafra anterior encabezó a los apagafuegos de la nave en apariciones (28) y entradas (30.2), mientras que apenas permitió que le anotaran 9 de los 32 corredores que heredó en las almohadillas y los oponentes le batearon .250. El sábado amaneció con efectividad de 0.79 en 11.1 innings y foja de 3-0.
“En ocasiones alcanzar un triunfo es cuestión de suerte, porque no depende de lo que hagas”, destacó Urdaneta, que desde diciembre de 2010 exhibe registro de 5-0. “Pero si haces un buen trabajo en el medio de los partidos, te pones en una buena situación para mejorar el récord. Siempre llego en situaciones apremiantes, arriba o perdiendo por pocas carreras. Así que trato de mantener el juego en la línea. Siempre agresivo, con todo lo que tengo. El relevista mata o lo matan. Ese es mi lema”.
Hasta ahora lo ha logrado. Solo 3 de los 14 hombres que ha conseguido en circulación le han pisado el plato. Ha limitado a los zurdos a un promedio de .222 (9-2), en tanto que los derechos le ligan .267 (30-8). Apenas ha conseguido 3 abanicados, por igual cantidad de boletos, pero no le han conectado extrabases.
“Cuando era más joven, tenía una recta dura a la que siempre apelaba para ponchar. Ahora no dependo tanto de ella, aunque todavía puedo tirarla a 94 mph. Con el paso de los años adquieres más experiencia y aprendes a usar mejor tu repertorio. La recta la combino con el sinker, el cambio de velocidad y el slider. Vivo de las esquinas. Ya tengo 13 años en la liga y todos me conocen. No puedo depender de un pitcheo, así que intento conseguir el envío adecuado para resolver las situaciones que se me presentan”.
El rol de Urdaneta cada vez cobra más importancia en un circuito en la que los abridores no van muy lejos en sus aperturas. Hasta el viernes, solo en 11 de 31 partidos, los iniciadores del Magallanes han alcanzado completar la quinta entrada.
“Nuestro relevo ha estado muy bien y la labor de los pitchers que conocen la liga, como Urdaneta, ha sido muy importante para nosotros”, destacó Euclides Rojas, coach de pitcheo de los filibusteros.
“(Rojas) siempre está pendiente de ayudarnos, de trabajar en los ajustes. Ha sido muy útil para todos, dentro y fuera del terreno. Te empuja a seguir mejorando”, señaló Urdaneta, que tiene un objetivo personal que lo motiva a no desmayar.
“Estoy concentrado en ayudar al equipo. Quiero demostrar que hay Lino para rato y conseguir trabajo durante el verano. No importa dónde. Estados Unidos, México o Asia. Espero interesar algún equipo”.
Urdaneta, que lanzón en las mayores a mediados de la década anterior, se mantuvo activo en la Liga Bolivariana, antes de reportarse a los entrenamientos de los valencianos, en septiembre.
“Sé que estoy en capacidad de dar mucho más. Espero una nueva oportunidad y demostrar con trabajo mi nivel de competencia”.
Un brazo que prometía
Lino Urdaneta firmó como agente libre con los Dodgers en 1996, pero luego de seis campañas no pudo cumplir su sueño de estrenarse en las grandes ligas. Pactó como agente libre de ligas menores con los Indios en 2003, pero no fue protegido y lo tomaron los Tigres en el draft de la Regla 5, en diciembre de ese año. “Podría ser un relevista intermedio en las mayores si mejora su comando”, aseguró un reporte de scouts de la época, publicado por ESPN.com. Pero 2004, durante su primera presentación con Detroit no pudo sacar un out y se lesionó el codo. Tuvo que ser sometido a una operación Tommy John y una limpieza para retirar astillas de hueso.
Lanzó por última vez en la gran carpa con los Mets, en 2007.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 21 de noviembre de 2011
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