Hasta el sábado, Pérez sólo había dejado de embasarse en 2 de 33 partidos |
El primer bate del Magallanes lidera el circuito en
bases por bolas y porcentaje de embasado
VALENCIA
Darwin Pérez tiene una idea muy clara de cuál es su
rol. Cada vez que llega al plato para consumir un turno lo hace con el
propósito de embasarse y, salvo contadas excepciones, logra tener éxito. Es lo
que aspira a conseguir todo mánager cuando elabora la alineación y decide quién
será el primero del orden.
“Es mi característica”, dice Pérez. “Como primer
bate trato de sacarle la mayor cantidad de envíos al lanzador para que los
compañeros, que vienen detrás de mí, tengan una idea de cuál es el repertorio
del pitcher”.
Pérez no sólo cumple con esa labor, exprime al rival
y logra colocarse en circulación. El sábado amaneció líder de la LVBP con 34
boletos -8 más que Carlos Maldonado, su escolta en el departamento- y un OBP de
.454, mientras que sus 25 anotadas lo ubicaban a sólo 5 del tope del circuito
en manos del caraquista Henry Wrigley.
“Darwin es muy paciente. Cuando llegué aquí y
comencé a hablar con los coaches sobre el equipo, me hablaron de su
aproximación en el plato y lo que había hecho el año pasado. Así que tengo que
darle crédito por mantener esa consistencia y el enfoque como abridor del
orden. Algo que le da la oportunidad al centro de la alineación de siempre
conseguir corredores en las bases”, destaca Jack Voigt, coach de bateo.
Una
revelación
Pérez fue todo un descubrimiento para el
piloto Carlos García en la 2011-2012. Como abridor durante la mayor parte de la
campaña se ubicó entre los mejores del circuito en OBP (.407) y pasaportes
(36).
“En ligas menores he estado en ese puesto del lineup,
pero no todos los días, más bien he sido segundo bate. Aquí es donde tengo esa
responsabilidad a diario y no es fácil porque llegas al plato, en el primer
turno, sin saber cómo viene el pitcher o qué lanzará. Pero me he adaptado y las
cosas han funcionado”, explica Pérez.
Apenas dos veces en la campaña ha regresado al
dugout con las manos vacías. Ha estado en circulación en 31 de 33 partidos y en
noviembre, pese al bajón que sufrió su average, siempre logró sacar el cuarto
pitcheo malo para llegar a la inicial. Entre el 19 y el 23 de noviembre ligó de
16-2, pero en ese lapso sumó 6 boletos.
“Siempre vas a tener altibajos con el promedio. Me
han estado trabajando diferente, con más pitcheos quebrados, pero trato de
dejarlos pasar cuando no están en la zona de strike”, razona el maracayero, al
que siempre le ha perseguido el estigma de los ponches.
Ajustes
necesarios
Sus 35 abanicados son la cuarta cifra
más alta en el circuito. Una tendencia que no le es extraña.
En ligas menores, su índice de contacto, que se deduce
en base a los ponches, es de 76% mientras que el de boletos es 12%, de acuerdo
con las fórmulas que utiliza la publicación Baseball
Analyst. Algo que define a Pérez como un bateador paciente, pero con
problemas para poner la bola en juego, tomando en cuenta que los valores base
del cálculo son 75% y 10%, respectivamente. Con Magallanes, su capacidad chocadora
cae a 72%, pero su vista le otorga un 22% en el índice de bases por bolas en
257 turnos, desde que debutó en la campaña 2010-2011. Para tener una idea de lo
superlativo de esa cifra, bastaría decir que Bob Abreu, uno de los bateadores
que más pitcheos ve en las mayores, con 8 temporadas de 100 o más pasaportes,
exhibe un porcentaje de 14,8 a lo largo de sus 17 años de carrera.
“Pienso que la diferencia está en que en Estados
Unidos los pitchers lanzan más rectas. Aquí tratan de trabajarte, sobre todo
cuando estás ligando para promedio por encima de .300. Comienzan a tirarte
difícil y, por mi capacidad de tomar pitcheos, me embaso más por boletos”.
Richard Hidalgo, asistente de Voigt, no le preocupa
en exceso los abanicados. “Hace ajustes rápidos. Es muy inteligente”.
Voigt sólo espera que el campocorto continué con el
mismo enfoque. Sólo trabaja en mejorar su contacto a la derecha, como toletero
ambidiestro. “Me gustaría que conectara más líneas”, señala el instructor.
Mientras las cosas sean más sencillas, mejor para Pérez.
“No lo complico. Dejo pasar pitcheos y me embaso. Es lo que hago”.
Cuando
llegue Elvis
Dentro de poco, Darwin Pérez tendrá que apelar a su
paciencia, pero desde otra perspectiva. El lunes será inscrito en el roster
Elvis Andrus, la estrella del shortstop de Texas, y el próximo fin de semana
está previsto su debut.
“Hace algunos días estuve hablando con Erold (hermano
mayor de Elvis) y me dijo que lo tomara con calma. Sé que Elvis es el que
jugará. Todos sabemos cómo es este negocio. Por mi parte, seguiré trabajando
igual. No cambiaré mis rutinas durante las prácticas o en el gimnasio. Nadie
sabe lo que pueda pasar. Tal vez no juegue todos los días o no siga en enero.
Lo importante es estar preparado para otra oportunidad, cuando te necesiten”.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 3 de diciembre de 2012
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