Foto CORTESÍA PRENSA MAGALLANES |
El receptor maneja el mascotín con solvencia y aprovecha
las prácticas para tomar roletazos en todas las posiciones del infield
Ramón Hernández apenas ha aparecido en 45 partidos
en la inicial en 14 años de carrera en las mayores. Pero cada vez que se
uniforma en Venezuela, cambia la mascota de receptor por el mascotín de un
solvente inicialista.
No sólo se trata de una alternativa para darle
descanso detrás del plato. Su presencia en el terreno aporta a la defensa.
Gracias a movimientos fluidos, no es extraño verle levantar
difíciles piconazos, iniciar una jugada de dobleplay o cortar un toque para
evitar el avance del corredor.
Esta temporada, con Magallanes, ha participado en
varios lances en los que ha evitado anotaciones de los rivales.
"No es complicado", aseguró Hernández.
"El juego te va diciendo qué hacer. Cuándo puedes ser agresivo y las
ocasiones en las que debes ser más conservador. Lo importante es estar metido
en el juego. No perder detalles, como cuando estás en la receptoría. Entonces,
estoy preparado para cuando el corredor se descuida o si tengo chance de
completar una jugada".
Un utility más. Hace un par de semanas, el manager
Luis Sojo confesó que Hernández era su única opción para desempeñarse en la
segunda base en caso de una emergencia.
"Estábamos en medio de un extrainning. Si algo
le pasaba a (José) Altuve, mi alternativa era Ramón porque Darwin Pérez y
Andrés Eloy Blanco, que se encontraban en la reserva, tenían molestias físicas.
No dudaría en ponerlo. Lo he visto en las prácticas.
No sólo puede cubrir primera", señaló el estratega.
Hernández sonrió al escuchar el relato. "Nunca
he jugado en la intermedia, pero antes de los partidos siempre agarro rollings
allí, en el short, tercera y primera. Eso ayuda a tener buenas manos como catcher.
Me acostumbré a esas rutinas en las grandes ligas".
Esa versatilidad no le fue extraña en las menores.
Mientras crecía como prospecto en las granjas de Oakland, Hernández
eventualmente apareció en la antesala y el primer cojín.
"En realidad, fue aquí donde aprendí a jugar en
la inicial", confesó el veterano careta, de 36 años de edad. "En mis
años con Pastora (a finales de 1990 y principios de la década anterior) comencé
a preguntarle a mi compañero Alex Cabrera".
El ahora slugger de La Guaira recuerda bien aquella
época.
"Ramón es uno de esos muchachos aventajados que
todo hacen bien", destacó Cabrera. "Le explicaba algunos detalles de
cómo cubrir la base, pero más que enseñarle fue una iniciativa de él. Veía mis
movimientos y practicaba conmigo. Me enorgullece que me dé crédito, pero todo
lo hizo él".
"Bueno, poco a poco he ido mejorando",
sonrió Hernández.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 27 de diciembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario