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El líder de abanicados en la LVBP está en medio de una de
las mejores temporadas en la historia para un pitcher de los Tiburones
Junior Guerra pocas veces celebra sus ponches con gestos
marcados o aspaviento, el líder de la LVBP en guillotinados sube al montículo a
hacer el trabajo necesario para darle a La Guaira la oportunidad de ganar.
Mientras logre dominar a los contrarios, se dará por satisfecho.
“Cuando te montas en el montículo no lo haces pensando en
abanicar a todo el mundo. Si eso ocurriera, sería un éxito. Solo trato de sacar
los outs y, en lo posible, economizar pitcheos. Puede ser que mis lanzamientos
han estado más efectivos que en años anteriores. No lo sé. Este año, cuando he
estado arriba en la cuenta (de bolas y strikes), mi splitter (recta de dedos
separados) ha sido muy importante para ponchar a tanta gente”.
Guerra ha pasado por las armas a 70 contrarios, un récord
para un criollo de los Tiburones, que dejó en el olvido la anterior marca de
60, establecida por el ex grandeliga Felipe Lira en la campaña 2001-2002. La
última vez que un pitcher de los escualos registró los abanicados con los
Guerra domina este año la LVBP, se remonta a la zafra 1985-1986, cuando lo hizo
el derecho Odell Jones.
Mientras que en las últimas tres décadas, apenas 13
serpentineros han combinado 5 triunfos y 70 K´s en una misma campaña como lo ha
hecho Guerra, de acuerdo con el motor de búsqueda de PuraPelota.com. Registros
que ponen en contexto la clase de temporada del ex relevista ahora convertido
en as de La Guaira.
“No sabía nada sobre esas estadísticas”, sonrió el
bolivarense, de 29 años de edad, después de su última apertura. “Lo importante
en este momento es encontrarnos en la clasificación”.
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Si el club que dirige Buddy Bailey, logra comprar el boleto
para la semifinal, Guerra tendrá que ser incluido entre los principales
responsables de esa empresa, que hace poco más de un mes lucía imposible. El
derecho está estableciendo un caso importante para su candidatura al premio
Carrao Bracho. Pocos abridores de La Guaira han sido tan consistentes en el
último lustro.
“Pienso que se debe a la confianza que me dio el equipo de
ser su abridor el Día Inaugural de la temporada. Fue algo que me dio mucha
tranquilidad”.
Guerra siempre estuvo allí, camuflado en el bullpen del
conjunto litoralense. A partir de la 2010-2011 comenzó a ser usado como
iniciador de emergencia, para tapar huecos en la rotación. En ese inestable rol
obtuvo resultados más que decentes. Su récord fue de 1-2, con 2.78 de
efectividad y WHIP de 1.183. En 32.1 innings, repartidos en ocho salidas,
abanicó a 20 y concedió 12 boletos.
Este año, Guerra se reportó a las prácticas de los Tiburones
con la firme intención de dar el salto definitivo a la rotación.
“Me preparé desde Italia para esto”, confesó. “Lancé muchos
innings, pero descansaba lo suficiente entre una y otra salida, porque allá
trabajas cada siete días, lo que me permitió llegar en forma y descansado”.
En la ronda regular de la Serie A italiana, con el San
Marino, Guerra exhibió balance de 8-1, con un promedio de 1.29 carreras
limpias. En 10 aperturas completó 62.2 entradas en las que consiguió 99 ponches
por apenas 32 pasaportes, mientras que sus oponentes le batearon un anémico
.141 de promedio.
“La preparación física es fundamental y convertirla en
rutina es muy importante para alcanzar el éxito. Allí ha estado la clave”,
destacó lanzador, que marcha con efectividad de 3.76, la octava mejor del
circuito.
Como resultado de sus buenas campañas en Italia y Venezuela,
Guerra volvió a llamar la atención del beisbol organizado y recientemente firmó
un contrato de ligas menores con los Medias Blancas de Chicago.
“Estoy emocionado. Es una recompensa por el trabajo que he
hecho. Ahora espero trasladar todo lo que he logrado en 2014 a Estados Unidos”.
Guerra, un catcher convertido en pitcher, comenzó su carrera
profesional en 2006 en las granjas de los Bravos de Atlanta. Dos años más
tarde, tras ser dejado libre, firmó con los Mets de Nueva York y alcanzó su
mejor año, tras guillotinar a 41 en 34 innings. Pero a principios de 2009, la
oficina del comisionado de grandes ligas lo suspendió por 50 encuentros, tras
violar la política contra el uso de sustancias prohibidas para mejorar el
rendimiento. Desde entonces jugó en la American Association, un circuito
independiente, la Liga Mexicana (AAA) y en la Italian Baseball League.
“Espero ganarme un puesto (con Chicago). La oportunidad está
ahí y todo queda de mi parte".
Mientras llega la primavera, Guerra tratará de seguir
haciendo su trabajo, sin pensar en los ponches, para sumar su esfuerzo y tratar
de seguir jugando en enero con La Guaira.
“El equipo está muy unido y eso nos ha ayudado a levantar
nuestro nivel de juego”.
Esta nota apareció publicada en LVBP.com el 21 de Diciembre
de 2014
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