El derecho se convirtió en el primer relevista en la historia de Caribes que combina en una misma campaña 5 triunfos y 7 rescates
A simple vista, el récord de Caribes durante la eliminatoria describe a un conjunto que no lidió con los problemas que agobiaron al resto de la liga. Aunque una mirada un poco más minuciosa revela algunos matices.
Los orientales tuvieron que apoyarse en los brazos de su bullpen para poder sobrevivir a la inconsistencia de sus abridores y en un intento por buscar soluciones, el manager Alfredo Pedrique apeló a lo que se convertiría en una de sus mayores fortalezas.
Los apagafuegos Jean Toledo, Carlos Rojas y Pedro Rodríguez fueron llamados para preservar ventajas o mantener los marcadores en la línea y así otorgarle la oportunidad de reaccionar a la productiva ofensiva del club. De esa manera, cada uno alcanzó 5 triunfos, para sumar 15 y ser responsables del 38% de los 39 lauros de Anzoátegui, que igualaron la marca de la franquicia en una temporada.
“Gracias al coraje y la entrega de ellos por el equipo, así como del resto de nuestros relevistas, obtuvimos buenos resultados”, afirma Pedrique.
Rodríguez se erigió en el más importante del grupo. El derecho dio un paso al frente cuando Jon Hunton no pudo ejecutar con eficiencia las labores de cerrador y luego fue ratificado como taponero tras la lesión de Jon Meloan, que le obligó a marcharse del país.
El anzoatiguense se ganó la confianza del cuerpo técnico y terminó con 7 rescates, cifra apenas superada en la LVBP por los 12 que alcanzó Hassan Pena.
“La temporada anterior atravesé por muchos altibajos, como consecuencia de lesiones en el codo y las secuelas de operaciones. Este año, lo más importante fue llegar saludable a los entrenamientos y mantenerme alejado de los inconvenientes físicos”, señala el barcelonés, de 26 años de edad, que en la zafra anterior tuvo récord de 1-1 y 6.89 de efectividad, en 17 presentaciones.
Una carrera accidentada. Rodríguez fue firmado originalmente por los Medias Rojas durante el proceso del 2 de julio de 2004, por lo que en algún momento fue visto como un lanzador con futuro en la organización. Pero luego de dos campañas en las ligas de novatos de República Dominicana y Venezuela, pasó 2007 y 2008 en lista de incapacitados. Boston lo dejó libre y a finales de 2009 firmó con los Cardenales de San Luis, solo que nunca logró ponerse el uniforme disminuido por las lesiones.
De allí en adelante se ha convertido en un trotamundos. Estuvo en la Liga Mexicana, de clasificación triple A, en 2012. El año pasado lanzó en la Liga del Norte de México, un circuito independiente, y terminó en la Bolivariana.
“Mantenerme activo me ayudó a recoger los frutos”, destaca Rodríguez, que hace un par de años dejó balance de 4-1 y 2.43 de efectividad con la tribu, mientras que el año de su debut (2009-2010) exhibió récor de 5-3 y 2.31, en 28 juegos. Marcas personales en apariciones y triunfos, que igualó en la 2013-2014.
El espaldarazo. “Estaba teniendo un buen año cuando se presentaron problemas al final de los partidos y Pedrique me dio la confianza para cerrar”, recuerda el taponero. “Después tuve una racha negativa y pensé que iba a perder mi puesto. No fue así. Alfredo me dio una palmada en la espalda y siguió dándome la bola. Eso fue lo que me motivó a seguir luchando”.
Rodríguez fue castigado con 9 carreras limpias en 1.2 innings, repartidos en tres salidas consecutivas. Un lapso en el que su promedio de anotaciones saltó de 2.25 a 5.82.
Su siguiente aparición fue contra La Guaira en el Universitario, el 15 de diciembre, para medirse a Alex Cabrera, con dos outs. Rodríguez dominó al poderoso Samurái y preservó el triunfo portocruzano 7-5.
“Al momento de darme la pelota, Pedrique me dijo: ‘Tú eres el hombre de cerrar los juegos, no quiero a más nadie. Tienes mi confianza’. De manera que no podía defraudarlo”.
Incluido ese desafío, Rodríguez cerró la campaña con tres salvados en tres oportunidades y no permitió que le pisaran el plato en sus últimos 4.2 capítulos, al tiempo que se convertía en el primer taponero en la historia del club que lograba combinar 5 triunfos y 7 rescates en un mismo año.
Por eso, el alto mando del equipo no se preocupó en buscar un cerrador durante la ronda de sustituciones.
“Teníamos que conseguir un taponero que estuviera muy por encima de Rodríguez y no había nadie disponible con esas características”, explica Pedrique.
Ahora, Rodríguez aparece entre los candidatos al premio Regreso del Año junto con su compañero de equipo Oscar Salazar, aunque el único galardón al que aspira es ayudar en los triunfos de Caribes.
“Me siento cómodo en el rol de cerrador. Me gustan las situaciones de presión. Es algo que me impulsa a dar un extra para terminar los partidos”.
No importa la situación
Pedro Rodríguez no encuentra diferencia entre relevar en el quinto o sexto inning y entrar al final de los encuentros.
“He tenido la virtud de mantener la concentración, sin importar en qué momento me llaman. La mentalidad es sacar los tres outs. Siempre he tenido esa disposición. Salgo con la misma intensidad”.
Sin embargo, en el noveno inning se apuesta todo al cerrador. Una mala actuación puede costar el juego.
“Ciertamente, la responsabilidad es más grande porque te pueden voltear el marcador”.
Tony Arnold, el experimentado coach de pitcheo de Anzoátegui, ha logrado que el derecho tenga clara su función.
“Siempre trabaja con nosotros. Nos ha ayudado a mantenernos enfocados, a no desmotivarnos”.
ElDatoPedro Rodríguez solo permitió que 2 de los 20 corredores que heredó en sus 28 relevos, anotaran. Apenas el 10%, un registro notable.
Esta nota apareció
publicada en el diario El Nacional el 6 de Enero de 2014
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