domingo, 4 de marzo de 2012

Franklin Barreto, el número uno

Foto HENRY DELGADO

El campocorto encabeza a la promoción del 2 de julio y se  ha convertido en la figura de los showcases, previos a la apertura del mercado internacional de firmas

TURMERO

Franklin Barreto observa a la distancia al grupo que se dispone a correr las 60 yardas frente a dos docenas de scouts, que alistan sus hojas de anotación y cronómetros.
Está de pie en el dugout de la izquierda del Estadio Municipal José Pérez Ramos. Sonríe y se ajusta la gorra que luce con el logo de los Yanquis de Nueva York.


“¿Dónde está Barreto, Ciro? Sabes por qué estamos aquí, ¿no?”, pregunta, con cierta sorna, un busca talentos internacional.
“Todos saben cuál es el tiempo de Barreto, viene de una larga gira por República Dominicana… Después lo verán batear y fildear, y después en el juego”, contesta Ciro Barrios, el reputado agente que ha preparado al prospecto durante los últimos dos años en la academia CiroSport.
Barreto, que cumplió 16 años de edad el 27 de febrero, ha hecho tres viajes a Quisqueya desde finales de 2011para ser observado por los 30 equipos de las mayores que tienen complejos en la isla. La última visita se extendió por 20 días y fue extenuante. Perdió cuatro kilogramos de peso.
“Por eso tengo que llevarlo con calma de aquí adelante”, explica Barrios. “Vienen meses muy importantes”.
El nombre de Barreto ya no es un secreto, pero todos quieren volver a verlo. Será elegible para convertirse en profesional el próximo 2 de julio, fecha en la que se abre el mercado internacional de agentes libres, y ninguna organización quiere perder la oportunidad de reclutarlo.
Hasta ahora ha mostrado habilidad para batear promedio gracias a sus rápidas manos y swing parejo. Puede colocar sus conexiones en los pasillos, aunque el poder está allí puede proyectarse un poco más allá de “ocasional”. Su velocidad (promedio de 6,4 segundos en las 60 yardas) e inteligencia corriendo las bases hablan de un consistente robador de bases. Tiene habilidades en el campocorto y su brazo es promedio (50 en la escala de los scouts). Mide 1,76 metros, pero es atlético y su cuerpo compacto.
“En este momento no sólo es el número uno de Venezuela, sino de Latinoamérica. Lo que hace con el bate es impresionante”, se anima un escucha de la Liga Nacional cuando habla del prospecto. “Todavía debe hacer ajustes. Cuando viene la pelota al plato, se va hacia adelante y deja las manos atrás. Con todo, tiene la capacidad para sacar las manos rápido y darle a la bola contundentemente. Una vez que le tome el tiempo exacto al pitcher, eliminará ese detalle. Posee las cinco herramientas”.
Una recta, convertida en proyectil, pasa por encima de la barda entre el jardín izquierdo y central del José Pérez Ramos. El derecho Lewis Alezones, de la promoción de 2012 de CiroSport, hace un gesto y pide una nueva pelota. Barreto corre las bases, mientras su víctima le echa un vistazo por encima del hombro. Apenas es el primer inning del juego de exhibición.
“Por ahí son 400 pies. Es un fuera de serie.”, acota uno de los caza talentos que asiste al showcase. “Y si se descuidan con un roletazo al hueco, se embasa y luego se roba la segunda, como si nada”.
Barreto vuelve a sonreír. Dos hits, dos remolcadas y un boleto, en cuatro visitas al home plate. La selecta asistencia al parque de Turmero está complacida. Los reportes coinciden en el potencial del adolescente.
“Es mi trabajo. Debo verlo así porque quiero jugar beisbol profesional. No busqué el jonrón. Esos salen. Sólo le di bien a la bola. Trato de hacer todo lo posible por convencer a los equipos”, señala el petareño. “En el último año he mejorado mucho mi velocidad (logró bajar a 6,2 en Dominicana), el bateo y mi brazo”.
Barreto ya no presta atención a los scouts, al menos intenta no hacerlo. Tampoco a los elogios. Algunos miembros de la industria aseguran que recibirá un bono en dólares de siete cifras.
“No quiero pensar mucho en eso. Trato de calmar los nervios y concentrarme en el terreno, en hacer lo que se espera de mí. Es la única forma de que las cosas salgan bien”.
Para que todo marche “bien”, Barreto todavía debe cumplir con una tarea: Mejorar su defensiva.
“Todavía no está claro dónde puede jugar. Si es shortstop, la ofensiva eleva su valor en el mercado. Sólo que necesita un brazo 60 para desempeñarse en esa posición. Tiene que mejorar el movimiento de pies, aunque puede llegarle a batazos por su rapidez. Jugó mejor en segunda base, cuando lo vimos en Boca Chica. Todos sabemos que era un center field y en esos casos su conversión al infield es un poco más difícil”, glosa un caza talentos.
“Me siento más cómodo en el jardín central”, admite Barreto. “Pero desde pequeño juego en el campocorto. Siempre logro lo que me propongo. Por eso espero llegar a las grandes ligas en tres o cuatro años, con el favor de Dios”.
Pocos analistas contradicen ese vaticinio.

Una decisión difícil

 Franklin Barreto comenzó a jugar con el equipo Indios, afiliado a Criollitos de Venezuela, en Filas de Mariche. Tenía 7 años y era considerado un “buen peloterito”, recuerda su padre José.
“Cuando cumplió los 11 comenzó a sobresalir. Yo prefería que estudiara, es lo que aspira cualquier padre. Así que no fue fácil cuando un día me dijo ‘dame la oportunidad de ser pelotero’. Ahora me llena de orgullo ver a tantos scouts siguiéndolo. Es emocionante”.
Entonces, José habló con Jean Carlos García, el agente original de Franklin, para llevarlo con Ciro Barrios hace un par de años. “Se están viendo los frutos de ese trabajo”, acota.
Su hijo se levanta todos los días a las 6:00 am. Llega al estadio una hora después y se entrena hasta la 1:00 pm. En ocasiones hace práctica de bateo extra. El resto de la tarde acondiciona su cuerpo.
“El abuelo (Joel Matute) le heredó ese talento. A los 60 años todavía juega beisbol y asiste a nacionales de categoría máster. Nunca dudó de las condiciones de Franklin”.
“El abuelo me dice que trabaje duro, que nunca afloje. Ha venido al estadio a apoyarme y es mi principal crítico. Dice, con todo y su edad, que es mejor que yo (risas). Tenemos tiempo sin vernos porque vive en oriente, pero siempre hablamos por teléfono”.

Sin sospechas

 El jardinero dominicano Jairo Beras, que estaba a la cabeza del talento Latinoamericano del 2 de julio, fue firmado esta semana por los Rangers de Texas, que le entregaron 4,5 millones de dólares de bonificación, alegando que cumplió 17 años de edad en diciembre y ya no tenía que esperar hasta mediados de años para estampar su firma en un contrato.
Major League Baseball iniciará un proceso para investigar si el pacto es legal. El nuevo contrato colectivo entre MLB y el sindicato de peloteros restringe el gasto en firmas de talentos internacionales a $ 2.9 millones, a partir de 2012. Pero si la “nueva” edad de Beras es cierta, entonces Texas podrá alegar que estuvo disponible desde 2011.
“Nunca me gustó Beras. No me daba feeling. Ahora se hizo público el tema de la edad. Con (Franklin) Barreto no hay sospechas. Ahora es el número uno”, dijo un scout de la Liga Americana.

ElDato
Franklin Barreto es ficha de los Tigres de Aragua y asegura que su sueño es jugar algún día al lado de Miguel Cabrera, su ídolo. “Todavía no lo conozco, pero espero hacerlo pronto”.


Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 4 de marzo de 2012

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