miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ildemaro Vargas consiguió la oportunidad que siempre deseó

Fotos: AVS PHOTO REPORT

 
El segunda base inició la temporada en el banco y terminó convirtiéndose en una pieza clave de Cardenales de Lara




Caracas.- A Ildemaro Vargas le preocupaba no aparecer en la alineación de Cardenales, con la frecuencia a la que aspiraba. Deseaba demostrar que podía jugar a diario con su nuevo equipo, luego de llegar proveniente de Caribes de Anzoátegui, un cambio durante el receso de temporada.

Así que decidió hablar con el manager Luis Dorante, después de una práctica.

“Debo confesar me metí como cuatro veces en su la oficina. No jugaba y tenía muchas ganas de estar en el terreno. Puedo ser muy fastidioso”, sonrió Vargas, al recordar el episodio de principios de octubre. “Le dije: ‘Méteme a jugar que te voy a resolver. Te voy a hacer el trabajo’”.

Vargas, de 24 años de edad, había llegado para darle profundidad a la reserva del equipo por su versatilidad y condición de ambidiestro. Dorante y la gerencia de Lara confiaban en que el ex grandeliga César Izturis se encargada de la segunda base.

“Me pidió que lo pusiera a jugar”, admitió Dorante. “Estaba preocupado por su situación y me preguntó si existía la posibilidad de ponerlo a jugar, pues Caribes nunca le brindó la oportunidad. No tenía una respuesta para en ese momento. Pero a medida que lo fui colocando, supo aprovechar cada partido”.

El recién llegado debutó el 10 de octubre y ligó de 3-2, con dos boletos y dos anotadas, contra Bravos de Margarita, en Barquisimeto. Un buen presagio de lo que vendría.

Vargas terminó octubre con .323 de promedio y un porcentaje de embasado de .447. Izturis penas ligó ocho hits en 37 turnos (.216). El recambio generacional llegó antes de lo esperado.

El monaguense se convirtió en el camarero y abridor habitual de los crepusculares; en el punto de ignición de la ofensiva de Lara. Cada vez con más frecuencia apareció involucrado en los rallys del equipo.



Vargas ha sido un pelotero clave en el juego
agresivo del manager Luis Dorante
“Ahora es el ‘Caripito’ que juega todos los días y ayuda al equipo a ganar”, puntualizó Dorante.

Antes de la jornada de hoy, exhibe el séptimo mejor promedio del circuito (.333) y el noveno OBP (.403), mientras que sus 37 anotadas son el tope de la campaña y la mayor cantidad para un criollo de Lara en su primer año con el club.

“Quería jugar a diario para poder demostrar mi talento porque uno se desarrolla en el terreno. Estoy disfrutando el momento”, acotó Vargas. “No podía imaginar tener esos números, pero he trabajado mucho con (los coaches) Selwyn Langaigne y Robert Pérez, a quienes les agradezco de corazón todos sus consejos. Siempre me ha gustado escuchar y aprender, todavía más si se trata de leyendas como ellos”.

Pareciera que “Caripito” siempre encuentra la manera de estar en circulación y a medida que avanza el partido, su aporte se incremente. Del séptimo inning en adelante su línea de producción es de .404/.475/.519, en 52 turnos.

“No me había puesto a revisar esos números. Solo trato de hacer contacto y mantenerme en circulación. Me preocupo por llegar a base para que mis compañeros del medio del orden puedan producir”, destacó. “Cuando el partido llega a los innings finales, es el momento de poner a ganar al equipo. Entonces me esfuerzo más. Siempre estoy concentrado durante todo el juego, pero en especial en esos instantes. Trato de encontrar el pitcheo para poner la bola en juego, de buscar el hueco con un batazo”.

Dorante es un estratega agresivo, tal vez sea el manager que más le gusta correr en la liga, ensayar jugadas y respaldar a su pitcheo con una sólida defensa. Vargas es clave para ejecutar ese beisbol pequeño.

“Es perfecto. Cae como anillo al dedo. Es confiable para realizar un bateo y corrido, robar bases, un squeeze play, un toque de sacrificio. Quisiera tener a cuatro como él, para gozar un poco más haciendo ese juego de detalles. Me ha ayudado muchísimo en ese particular”, señaló el piloto.

Vargas es el mejor segunda base defensivo de la temporada
Vargas también le dio estabilidad a la línea central. Su porcentaje de fildeo es el mejor entre los segunda bases (.992) en la ronda regular, mientras que ningún otro de sus pares hizo más asistencias (147) o completó más doble matanzas (35).

“Cuando César (Izturis) se estaba despidiendo, le dije que lo mejor que me había pasado en la temporada había sido conocerlo. Porque supe aprovechar al máximo todos esos conocimientos que adquirió en 20 años de carrera. Siempre estuvo encima de mí, me jalaba las orejas cuando era necesario, cuando hacía algo mal con el guante”.

Pero el aporte de Vargas va más allá de sus sólidos números con el madero y al campo. Es uno de los peloteros más apreciados en el clubhouse de Cardenales. Es el principal animador de sus compañeros.

“El que me conoce sabe que soy un pelotero alegre, al que no le gusta perder. Siempre quiero dar lo mejor de mí para ayudar al equipo. Somos bastante unidos”, refirió.

Dorante no puede dejar de entusiasmarse cuando habla de su intermedista.

“Los muchachos lo aprecian mucho por la chispa que tiene”, puntualizó el mandamás. “Es un chamo al que nunca se le suben los humos a la cabeza. Siempre está metido en el juego, enfocado en hacer las cosas bien, en poner al equipo a ganar. Eso se ve a diario, no es cuestión de dos o tres juegos. En la chiquita, se crece. A tan poca edad, es grandioso ver a ese tipo de peloteros. Ha aprendido muchísimo. Va a crecer mucho como pelotero. Creo que vamos a tener un próximo grandeliga”.

Vargas trata de mantenerse de bajo perfil. Hace su trabajo, mientras que los nombres de Carlos Rivero, Paulo Orlando, Rangel Ravelo, Rubi Silva y Juniel Querecuto aparecen entre marquesinas.


“Solo trato de mejorar mi juego. En esta liga aprendes cada día. Enfrentas a pitchers de mucha experiencia, entre Triple A y Grandes Ligas. Es algo que me ayudará mucho”.

Vargas se expresa con determinación. La misma que le llevó a conseguir un contrato de Ligas Menores con los Diamantes de Arizona, luego de comenzar la temporada de 2015 en la Liga del Atlántico (independiente), y terminar como campeón bate de la Liga del Medio Oeste (A). Una actuación que le valió renovar su pacto para 2016 y recibir una invitación a los entrenamientos de primavera.

“Solo necesito una oportunidad de jugar. El resto se logra en el terreno de juego”, volvió a sonreír.



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