sábado, 28 de noviembre de 2015

El bate de Yorvit Torrrealba cambió las pitas por aplausos

Fotos: AVS PHOTO REPORT 

Tras un lento inicio de temporada en el que fue abucheado en el Universitario, el receptor exhibe promedio por encima de .400 en noviembre




Valencia.- Yorvit Torrealba fue blanco de abucheos en el Estadio Universitario, cuando intentaba alcanzar el ritmo de su habitual juego en el primer mes de la temporada. Pero las silbatinas se han aplacado en días recientes. El experimentado receptor ha conectado algunos batazos clave para Leones y los exigentes aficionados caraquistas le han premiado con aplausos.

Hace un par de noches conectó un laberíntico cuadrangular por encima de la pared del jardín izquierdo, en medio de una paliza 13-3, contra Caribes de Anzoátegui. Era su segundo estacazo de vuelta completa en tres desafíos.

“Estoy tratando de ser consistente, me he sentido más cómodo. He tratado de llevar lo que hago en la práctica de bateo al juego y se están viendo los resultados. Me esfuerzo por ser más paciente en el plato”, señaló Torrealba, que antes del jonrón del jueves, protagonizó un gran turno contra Joe Testa, luego de estar abajo en la cuenta 0-2.

Cuando pisó el plato, tras su vuelacercas de dos carreras, los fanáticos de la derecha lo recibieron con una ovación.

“Me siento satisfecho porque estoy ayudando al equipo, respaldando el trabajo de mis compañeros, la fanaticada no me interesa para nada”, advirtió el careta, de 37 años de edad, que al final de la campaña colgará los spikes.

En ese partido, pese al amplio marcador, Daniel Mayora fue expulsado del juego por subir a la tribuna a reclamarle a un seguidor del Caracas algunos comentarios subidos de tono, que tenían como blanco a su familia.

“Fue otro inconveniente con los aficionados. Deberían respetar un poco más al pelotero, no vamos a sus trabajos o a sus oficinas a ofenderlos. Nosotros también tenemos familiares y es muy desagradable oír esas palabras. Mi madre, en un Caracas-Magallanes, escuchó muchas groserías hacia mi persona. No me interesa lo que ellos hagan, pero que lo tomen un poquito en consideración. Estamos aquí para ganar juegos. Punto final. Independientemente, si le gusta o no como lo hagamos”, enfatizó Torrealba, tras concluir el juego.

Luego de batear apenas .200 (25-5), con una impulsada en ocho desafíos durante el mes de octubre, el ex grandeliga iniciará la jornada de hoy con .421 (19 -8), con dos jonrones y tres remolcadas, en seis desafíos en noviembre.

“La virosis por la que atravesé ya está superada y me encuentro en un 100 por ciento saludable”, puntualizó el veterano mascara. “Obviamente es difícil rendir, luego de venir de un año sin jugar. Aunque quieras tomar el ritmo rápido, es prácticamente imposible. En la defensa pude aportar desde el principio, pero yo mismo me sorprendí por el lento inicio con el bate. Poco a poco me he ido adaptando al rol que me han dado (de no jugar todos los días)”.


Torrealba tuvo un inicio frío de campaña
El mes pasado, el piloto Alfredo Pedrique trató de quitarle presión. Torrealba estaba en el lineup por su aporte detrás del plato.

“Mi consejo fue decirle que disfrutara los partidos. Como manager, lo que busco de él es la defensiva. La misión principal, la razón por la que hizo el equipo, fue por su mascota, su experiencia al manejar el pitcheo, sobre todo el relevo intermedio donde tenemos muchos muchachos jóvenes”, explicó el mandamás capitalino. “Los fanáticos tienen que tener un poquito de paciencia. Yorvit no va a conectar hits todos los días. Está trabajando muy duro para mejorar su parte ofensiva. Solo tenía que relajarse un poquito”.

Antes de volver a uniformarse con Leones, el último juego de Torrealba se remontaba al 16 de diciembre del año pasado, cuando disputó el último encuentro de la 2014-2015, una campaña decepcionante para el catcher.

“Durante todos mis años como grandeliga me gustaba ponerme presión para tatar de mejorar todos los días”, explicó Torrealba “Trataba de echarme el equipo al hombro, aunque no fuera el caballo o la estrella del club. Esa es mi forma de empujarme, de motivarme. De verdad, que es una presión que me gusta”.

“Pero sentí un poco de ansiedad porque la campaña pasada no estuve contento con mis números (.250, 3 2B, 8 CI) y, siendo mi último año en el beisbol, anhelo estar en una final y alcanzar un campeonato, porque nunca he tenido la suerte de vivirlo en la LVBP”, abundó el careta. “Por eso, algunas veces me paro a batear y quiero hacerlo todo yo solo, pero dependemos del resto de los compañeros. Esa fue la presión que puse sobre mis hombros al principio de la temporada y las cosas no me salieron”.

Ahora, Torrealba solo espera tener un poco de tranquilidad en el parque de Los Chaguaramos.

“No me interesan las pitas de los fanáticos, siempre van a criticar”, reiteró. “Puedo dar dos jonrones seguidos y si en el tercer turno me poncho, van a abuchearme. Ellos sienten que por pagar una entrada pueden hacerlo, en lugar de disfrutar lo que están viendo. A mí no me interesa, pero a los muchachos jóvenes si les puede afectar y esa no es la idea. Lo ideal es sentirnos a gusto cuando estamos en casa”.

UN MENTOR EN EL DUGOUT


Con las ausencias de Ramón Cabrera y Carlos Pérez en el roster del Caracas, la figura de Torrealba era fundamental en la estructura del equipo. Sus conocimientos no solo eran estimados por lo que podía hacer en el terreno, sino para fungir como una suerte de mentor de los jóvenes Albert Cordero y Alfredo González.

“Siempre estuve de acuerdo con el manager Pedrique. Me gusta ayudar. Son muchos jóvenes con talento y estoy poniendo mi granito de arena con un consejo o una observación”, sonrió Torrealba. “Estoy sumamente contento con ellos. Quieren aprender, escuchan, son respetuosos, saben jugar duro al beisbol. Creo que tienen una gran unión. No se les puede pedir más”.

Cordero, de 25 años de edad, ha sido el que más encuentros ha recibido (22) y González, de 23 años, el que mejor promedio exhibe en la temporada (.319, de 47-15).

“Son dos peloteros que están listos para jugar a diario en esta liga. Mientras más oportunidades reciban, ganarán más confianza. Cordero está listo. Llama muy bien los juegos. Tiene una idea clara de lo que está haciendo. González, que es el más joven, se deja llevar un poco por la adrenalina. Por eso he conversado un poquito más con él durante los partidos. Pero estoy muy contento con el desarrollo de ambos. Están demostrándole a la fanaticada que están listos para jugar a diario”.



*Este texto contó con la colaboración de Henry Roldán

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