lunes, 27 de agosto de 2012

Ernesto Mejía no pierde las esperanzas



El inicialista atraviesa por su mejor año en ligas menores, tras establecer marcas personales en jonrones e impulsadas en 2011, pero sus posibilidades de subir a las mayores son reducidas


Ernesto Mejía es un trabajador incansable. Las exigencias consigo mismo siempre lo llevan al límite. No entiende su paso por un terreno de juego de otra manera y esa actitud le ha granjeado varias recompensas, pero ninguna como la que está disfrutando en este instante.
El fornido inicialista atraviesa por la mejor temporada de sus ocho años en ligas menores, el primero en triple A.
"Siempre mantengo las mismas rutinas, me esfuerzo por mejorar y, lo más importante, lo hago de corazón", aseguró el slugger de los Bravos de Gwinnett, filial de Atlanta, que ayer amaneció quinto en promedio (.304), segundo en cuadrangulares (24) y primero en remolcadas (91) en la Liga Internacional. Cifras que le han convertido en el primer bateador del circuito en mucho tiempo con la posibilidad de ganar la Triple Corona.
El venezolano, de 26 años de edad, está muy cerca de Dan Johnson (Charlotte), que lidera al circuito con 27 jonrones, y de Leslie Anderson (Durham), el mejor bateador con .313 de promedio. Estadísticas todavía al alcance de sus manos, tomando en cuenta que la ronda regular concluye el 3 de septiembre.
"No me he planteado esa meta", atajó Mejía al otro lado del teléfono. "Trato de hacer lo mejor posible para ganarme la oportunidad de subir a las grandes ligas, mi gran sueño.
No tengo en mente ganar lideratos, sino colocarme en posición de ser tomado en cuenta, logrando números sólidos".

La tarea no es sencilla
Mejía no forma parte del roster de 40 de los Bravos, circunstancia desfavorable pues alguien de esa lista tendría que cederle su puesto en septiembre, cuando los equipos pueden subir a cualquiera de sus jugadores protegidos. La reciente contratación del veterano Lyle Overbay, con un pacto de ligas menores, también atenúa sus posibilidades. El gerente general de Atlanta, Frank Wren, dijo que le gustaría contar en la banca con un bate zurdo experimentado al final de la temporada, como respaldo para el inicialista Freddie Freeman.
"No sabría qué decir en ese sentido, porque no conozco lo que pueda estar planeando la gerencia. Lo único que está en mis manos es rendir, batear y seguir trabajando fuerte".
Dave Brundage, manager Gwinnett, siempre que puede habla en favor del guanareño.
"Dio solidez a nuestro lineup y sus habilidades son mucho mejor de lo que se hablaba de él (antes de unirse al equipo). Siempre está dispuesto a trabajar en su defensa y sus manos en la posición han mejorado. No quiere ser conocido como un tipo que solo puede rendir con el madero", dijo el estratega al Journal-Constitution.
Mejía entiende que debe ser visto como un pelotero integral para lograr el objetivo de subir y eso incluye ser un defensor eficiente. En la Liga Nacional no aplica la regla del bateador designado. "Todos los días tomo roletazos. La repetición te hace mejorar en las jugadas de rutina, lo más importante del juego. En las prácticas se encuentra la base de todo. Siento que he mejorado la calidad de tu guante", coincidió Mejía con su piloto.

Paciente en el plato
Como todo hombre de poder, Mejía tiene la tendencia de abanicar con mucha frecuencia, pero este año su porcentaje de abanicados es de 24,3 % el más bajo de su carrera en un lustro.
Está siendo más paciente en plato y selectivo, de hecho su porcentaje de embasado (.355) está por encima de la media en su carrera (.345).
"He podido hacer los ajustes contra los pitcheos rompientes", enfatizó Mejía, que fue titular en el Juego de Estrellas de triple A. "Claro, siempre te van a hacer daño, porque los lanzadores atacan tu debilidad. De eso se trata de este juego. Pero este año he mejorado mucho ese aspecto. He tenido la capacidad de llevar la bola a todos los sectores del parque, en especial hacia la banda contraria (como bateador derecho), que es muy importante. Espero seguir mejorando".
Sólo resta esperar. A la vuelta de la esquina puede estar premio mayor. El que espera cualquier jugador que firma con un equipo profesional.
"Entiendo que debo tener un poco paciencia y esperar la oportunidad de estar arriba".

Reducido grupo
A poco más de una semana para que concluya la ronda eliminatoria de la Liga Internacional (LI), Ernesto Mejía continúa en carrera por la Triple Corona. Durante la década anterior ningún bateador del circuito logró colocarse en esa privilegiada posición. En ese período, el único venezolano que ganó un liderato de la difícil trilogía fue Endy Chávez, campeón bate (.343) con el Otawa. Hay que remontarse a los años noventa para encontrar a criollos con actuaciones que los metieron en la lucha por la complicada marca. Se trata de dos inicialistas: Luis Raven y Roberto Petagine.Raven (Charlotte) encabezó el departamento de jonrones (33) y terminó segundo en empujadas (125) en 1999. Petagine, miembro del Salón de la Fama de la LI, que se llevó el premio Jugador Más Valioso en las zafras de 1997 (Norfolk) y 1998 (Indianápolis), concluyó entre los 10 mejores de varias categorías ofensivas dos contiendas seguidas, incluido el segundo lugar en bateo en 1998 (.331).Jim Rice, exaltado al templo de los inmortales de las grandes ligas en 2009, fue el último pelotero de la LI que ganó la Triple Corona.En 1974, el jardinero fue el mejor en average (.337), cuadrangulares (25) e impulsadas (93).

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 27 de agosto de 2012 

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