viernes, 28 de enero de 2011

José Cabrera tiene gratos recuerdos de Venezuela



El dominicano consiguió el título de la región con las Águilas Cibaeñas en la Serie del Caribe de 1998 y quiere volver a celebrar en Puerto La Cruz

José Cabrera llegó al país la semana pasada y de inmediato aportó a la causa de Caribes, huérfano de un cerrador durante toda la temporada.
Con pocas horas de descanso, después de un agotador viaje desde República Dominicana, el veterano relevista recibió la pelota para terminar el partido que compró el boleto de Anzoátegui a su segunda final en 20 años de historia como franquicia, el 21 de enero.
Cabrera relevó a Kendy Batista y abanicó a Hernán Iribarren, con la carrera del empate en circulación, en Maracay. El derecho celebró con el puño en alto y recibió un fuerte abrazo del receptor Gustavo Molina. Luego salvaría los dos encuentros que ganó la tribu en Puerto La Cruz y que antes del encuentro de ayer le mantenía con ventaja 2-1 en el Clásico de Enero.
“Fue un viaje largo y complicado. De Santo Domingo a Miami y desde allí a Venezuela. El vuelo tuvo un retraso de dos horas. Increíble. Un día de mucho cansancio, pero la chispa se prendió cuando vi a los muchachos en el dugout. El trainer me dio unos masajes y quedé listo para lanzar. Hasta ahora todo ha salido bien”, sonrió Cabrera, que entre 1997 y 2002 lanzó 271 innings en las grandes ligas.
Desde su primera presentación, el viernes pasado, hasta el lunes, Cabrera retiró a los ocho hombres que enfrentó, con un par de ponches y seis elevados. La recta, a pesar de sus 38 años de edad, sigue caminando.
“Creo que es aceptable”, volvió a sonreír el cibaeño. “Con esa recta sigo sacando outs. Pero tengo muchos años sin preocuparme por la velocidad, lo importante es la ubicación. Cuando tienes 22 o 23 años de edad, siempre estás pendientes de las millas por hora. Pero los veteranos que pasamos de 30, solamente nos concentramos en hacer buenos pitcheos y retirar al bateador lo más rápido que se pueda. Sin pensar en ponchar, porque si estás pendiente de eso, la cuenta (de strikes y bolas) se alarga. Si domino al bateador estoy satisfecho, puedo irme a mi casa tranquilo y estar listo para el otro día”.
Es justo lo que ha hecho Cabrera durante el invierno. En República Dominicana, con los Leones del Escogido, encabezó la liga con 11 rescates, mientras compilaba foja de 1-0. En 20 capítulos le ligaron .189, apenas encajó un jonrón y ponchó a 25 rivales. En la semifinal añadió otros cinco salvamentos (líder) y no permitió carreras cinco entradas, con cuatro guillotinados más.
“Cuando vienes de un año como este, no hay puertas cerradas. Por eso Caribes se interesó en mí. Espero que todo siga igual para escoger una buena opción en el verano. No estoy soñando con una invitación a los entrenamientos de primavera (de las mayores). Quiero regresar a Corea o ir a Japón. Es un dinero garantizado para un veterano”.
Cabrera perfeccionó la recta cortada en la liga coreana, donde actuó cuatro años (2006 -2009) y acumuló 56 salvamentos en 60 oportunidades.
Pero antes de conseguir un nuevo contrato en Asia, desea volver a celebrar un título en Venezuela.
“Casualmente, en 1998, en el estadio Alfonso Chico Carrasquel, me metí entre los líderes de salvados en una Serie del Caribe, con tres. Vine con las Águilas Cibaeñas. Así que me entusiasma estar aquí de nuevo”.
En esa edición de la Serie, los rapaces defendieron su centro de campeones, ganando invictos (6-0), de la mano del manager Tony Peña.
“Este es un equipo con mucha camaradería, que me trae a la memoria aquel de las Águilas. La fanaticada está muy ansiosa de ver al equipo conseguir su primera corona. Eso me llena de satisfacción, porque cuando pase todo esto y podamos decir que somos campeones, sé que en algún ladito va a parecer el nombre de José Cabrera. En mi historia de pelotero aparecerá registrado así”.

Origen liceísta
José Cabrera creció en su país admirando, como tantos otros niños, a los Tigres del Licey, el club azul que ha ganado 22 torneos en República Dominica y 10 Series del Caribe. “Pero cuando eres un profesional, te olvidas de eso”, aseguró el relevista. “Tuve la dicha de que Winston ‘Chilote’ Llenas me firmara para los Indios de Cleveland y, como era gerente de las Águilas, me llevó para allá. Desde entonces lancé de corazón para ese equipo, que es el gran rival del Licey”. Este año jugó por primera vez con los Leones del Escogido, que le ayudaron a regresar, luego de ser dejado libre hace un año.

Compañeros y rivales
A José Cabrera le interesó venir a Venezuela por la oportunidad de sumar un nuevo título en su historial y para reencontrarse con Julio Franco, su compañero en Atlanta, en 2001. “Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Estuvimos juntos con los Bravos hace 10 años y éramos rivales en República Dominicana. Franco pertenecía a las Estrellas Orientales y yo a las Águilas Cibaeñas. Ahora nuestra relación es de mucho respeto, porque siempre me ha gustado ocupar mi lugar. Yo soy el pelotero él es el manager. Hemos hablado sobre algunos detalles del juego y el equipo. Tanto él como todos mis compañeros me han hecho sentir a gusto”.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 28 de enero de 2011

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