sábado, 29 de enero de 2011

Ramón Ramírez inspiró a la tribu



La sólida labor del aragüeño le permitió a Caribes mantenerse en el partido y esperar la reacción de la ofensiva

Caribes de Anzoátegui pudo levantarse de una derrota humillante en la víspera y mostró su mejor rostro para ganar uno de los partidos más importantes en su historia de 20 años como franquicia.
Ramón Ramírez se repuso de su peor apertura en la campaña y tiró poco más de cinco sólidos innings y el apagado Alexi Amarista inició la sublevación de la tribu en el octavo inning, que llevó a los orientales a ponerse en ventaja en la final 3-2, tras un triunfo 8-7 en el quinto desafío de la serie.
El segunda base, que exhibía un anémico promedio de .176 al comenzar la jornada, al fin pudo ser paciente en el plato y negoció un boleto, con un out en el octavo. Luego se metió hasta la segunda almohadilla en una jugada de pisa y corre, después de un largo elevado de César Suárez al jardín izquierdo. Y más tarde anotó con un hit de Josh Kroeger que igualó el encuentro 1-1 y abrió el grifo a un torrente de cuatro anotaciones, que le dieron a la tribu una ventaja que nunca perdió.
“(Lastings) Milledge se durmió y Amarista llegó a segunda. Esa fue la clave del juego. Luego la ofensiva sacó la cara y logramos hacer las carreras necesarias para respaldar el gran trabajo del pitcheo”, dijo el manager Julio Franco.
Ramírez había logrado mantener a raya a un equipo que un día antes anotó 16 veces con 14 imparables.
“Estaba lanzando la bola en la zona baja. Todos mis pitcheos (recta, sinker, slider y cambio) los pude colocar donde quise y sacar a los bateadores de paso”, dijo el derecho aragüeño. “Desde que tuve la primera salida de la temporada hasta ahora, he estado preparado para un juego como este”.
Ramírez aisló cinco inatrapables y una carrera en su trabajo, pero golpeó a Alex Romero en el inicio del sexto y luego de sacar el primer out, Franco le quitó la pelota.
“Quería seguir”, confesó el dominicano. “Es un competidor y lo entiendo, pero tenía 90 pitcheos. Era el momento de sacarlo”.
Ramírez no deseaba irse. “Estar en una final es lo mejor que me ha pasado en la vida. Le dije que podía tirar hasta 120 pitcheos, que debía confiar en mi capacidad para terminar la entrada. No quiso y, bueno, lo importante es que al final las cosas salieron bien”.
“Ese es el espíritu de estos muchachos. Creo que por eso derrotamos hoy al Aragua, un club aguerrido, difícil en su casa. Ganar en Maracay ha sido tremendo, cuando nadie creía que íbamos a llegar hasta aquí”, señaló Franco.
Antes del encuentro, la ofensiva de los orientales apenas ligaba .141 (64-9) en los dos primeros desafíos en el José Pérez Colmenares. La jugada agresiva de Amarista ayudó a sacudirse ese letargo y un jonrón de Luis Jiménez coronó el racimo de cuatro.
“No es cuestión de suerte. Hoy esperamos que los pitchers de Aragua fallaran la localización de sus envíos. Eso fue lo que hice contra (Yohan) Pino. Esperé una recta en 3-2, y pude sacarlo. Esta vez su bullpen no pudo”, explicó Jiménez.
Suárez, otro de los bates fríos de Caribes, sacó la pelota en el noveno, en una entrada de otras cuatro anotaciones y le dio la suficiente ventaja al bullpen indígena para aguantar la arremetida de Aragua, que fabricó cinco rayitas en el cierre del capítulo.
“Fue un inning loco”, confesó Jiménez, que suma ocho empujadas en la final. “Pero nunca decaímos y logramos asegurar el partido”.
Desde esta noche, Caribes intentará conseguir su primer título.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 29 de enero de 2011

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