Foto AP
Deolis Guerra es el prospecto número 15 de
Minnesota, según Baseball America
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El otrora abridor, último sobreviviente del
cambio que envió a Johan Santana de Minnesota a Nueva York, deslumbra desde el bullpen
Deolis Guerra nunca se ha dado por vencido y esa perseverancia le ha llevado a encontrar nuevos senderos para avanzar en su carrera de ligas menores.
Luego de casi seis campañas atascado entre
clase A y doble A, parece despegar en su hasta ahora lento desarrollo y se ha
colocado en posición de estrenarse este año arriba con los Mellizos de
Minnesota. Una buena noticia para la organización, pues el derecho es el último
sobreviviente del cambio que envió a Johan Santana a los Mets de Nueva York en
2008.
“El factor más importante para que me tomen en
cuenta es continuar siendo consistente”, evalúa el lanzador al otro lado del
teléfono.
Antes de comenzar la temporada, Guerra exhibía
una poco atractiva efectividad de 5.55 como mellizo. El 1° de junio de 2011 tocó
fondo cuando su promedio de carreras limpias se elevó a 9.00, tras su décima y
última apertura con el New Britain (AA). Después de esa fecha fue enviado al
bullpen y hasta el viernes su actuación no puede ser descrita con un vocablo
diferente a “consistencia”.
En 78.2 innings ha espaciado 49 hits y 19
anotaciones merecidas (2.18 EFE), mientras que su proporción de ponches-boletos
es 92-18 y sus oponentes apenas le ligan .208 de promedio.
“Anda muy bien”, asegura Iván Arteaga, coach
de pitcheo del Elizabethton, filial de Minnesota en la Liga de los Apalaches,
que ha seguido de cerca los progresos de Guerra desde el año pasado. “Tiene una
muy buena recta y como relevista la curva y el cambio en este momento son
average de grandes ligas”.
La recta del venezolano saltó de 90-92 millas
por hora a 92-94 mph desde que es relevista y, de acuerdo, con los reportes de
los scouts, ataca a los bateadores desde el primer pitcheo, una agresividad que
no mostraba como iniciador. Enseña su envío rápido para luego tirar el cambio,
que se hunde al llegar al plato. La curva, alguna vez una de sus debilidades,
llega al plato con mucha rotación y frecuentemente hace abanicar a los
contrarios.
“Al principio me costó adaptarme”, admite
Guerra. “Como abridor te preparas durante la semana antes de volver al
montículo, como relevista debes estar listo rápido y en ocasiones sales a
lanzar y tus pitcheos no funcionan. Pero la ventaja es que puedes usar en un
inning todo su arsenal, sin dosificarte”.
Este año, hilvanó una cadena de 16.1 innings
sin permitir que le anotaran entre el 12 de abril y el 8 de mayo. Hace tres
semanas, cuando fue ascendido desde el New Britain al Rochester (AAA), exhibía
una minúscula efectividad de 0.71 en 12.2 entradas.
“El principal ajuste que he hecho es mantener
la bola baja en la zona y mezclar los pitcheos, de acuerdo con la situación de
juego”, explica Guerra, que en triple A marcha con 1-1 y 1.29 EFE. “La clave es
estar encima de los bateadores, ser agresivo y tratar de colocar mi primer
envío en strike. Como relevista no tienes muchas alternativas para recuperarte
de una mala entrada. Debes terminar tu labor rápido, sin complicaciones”.
Su principal aliado para terminar de pulir sus
armas como relevista es el reputado instructor Bobby Cuéllar, responsable de
ayudar a perfeccionar el cambio a Johan Santana en 2004, cuando ganó el primero
de sus premios Cy Young.
“Estoy trabajando con Bobby la mecánica, en
cómo retener un poco más la bola antes de lanzarla. Ha servido para controlar
mejor mis envíos”, abunda Guerra, que tiene claro cuáles son sus metas en el
futuro inmediato. “No descarto la posibilidad de volver abrir partidos, pero en
este momento no tengo razones para cambiar algo que está funcionando. Aspiro a
mantenerme sano y consistente para acumular la mayor cantidad de entradas
posible”.
“Deolis es una alternativa para el equipo
grande”, opina Arteaga, “pero más allá de eso debe demostrar que está listo
para competir y contribuir en las mayores”.
Guerra encuentra alimenta su motivación en ese
reto. “Soy el último del cambio de Santana y quiero demostrar que valió la
pena”.
La
última esperanza
A los 18 años, Guerra asistió al Juego de
Estrellas del Futuro y era el prospecto número 35 de todo el sistema de ligas
menores, de acuerdo con Baseball America.
Así que fue incluido en el paquete de prospectos que los Mets cedieron para
obtener a Johan Santana, junto con los también pitchers Philip Humber y Kevin
Mulvey, además del jardinero Carlos Gómez.
Ninguno de ellos sigue con Minnesota. Guerra
es el último en pie.
Esta
nota apareció publicada en el diario El Nacional el 20 de mayo de 2012
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