domingo, 27 de mayo de 2012

El azul le sienta bien



Bob Abreu está tranquilo con los Dodgers y satisfecho de responder a las expectativas del manager Don Mattingly. Atrás quedó el trago amargo con los Ángeles
Bob Abreu no encontró la oportunidad de sumar turnos con los Ángeles, el equipo que lo despidió cuando marchaba con un mediocre récord de 6-14, y hasta el viernes había aparecido en 10 encuentros como tercer bate de los Dodgers, el mejor club de las grandes ligas.
Fue un cambio radical, que nunca imaginó el aragüeño cuando comenzó a entrenarse durante la primavera.
"El tercer bate de esta alineación es Matt Kemp, pero si me necesitan debo hacer las cosas de la manera correcta", aseguró el jardinero al otro lado del teléfono.
Hace dos noches, Abreu se embasó las cuatro veces en las que fue al plato, con tres boletos y un sencillo. Fue la vez número 48 en su carrera en la que negocia al menos tres pasaportes y elevó a .367 el promedio cuando el manager Don Mattingly escribe su nombre delante del cuarto bate Andre Ethier.
"Quiero aportar donde me necesiten", insistió el Comedulce, que ha estado jugando a diario por las lesiones que han marginado a Kemp y Juan Rivera del roster activo.
Pero ambos están muy cerca de regresar y el rol de Abreu sería otro.
Después de los problemas del novato Dee Gordon para embasarse, Mattingly ha ensayado con Tony Gwynn Jr y Elián Herrera, otro recluta, como abridores en el orden.
Abreu, por su disciplina en el plato, podría ser la alternativa ideal. Ese lugar no le ha sido extraño en sus 17 años en las mayores y ayer amaneció con un porcentaje de embasado de .435, el décimo más alto de la Liga Nacional durante el mes de mayo.
"No hay ningún tipo de problema con eso. Si es de primero, segundo, tercero, lo más importante es tener la participación en el terreno. Me siento tranquilo".
Rivera comenzaba a atornillarse en el leftfield, antes de romperse el tendón de la corva izquierda, y al regresar reclamará el lugar donde ha estado apareciendo Abreu.
"No hay ningún problema", reiteró con aplomo. "Juan es el titular, yo prácticamente tengo el rol de un cuarto outfielder. Nos podrían alternar. Siempre voy a tener mis oportunidades de jugar dos, tres y hasta cuatro veces por semana. No ha sido difícil compartir el tiempo de juego. Estaríamos ahí los dos, dependiendo de las situaciones que se presenten en los partidos. No creo que haya una competencia o un conflicto".
Tranquilidad, cero complicaciones. Así asume Abreu su pasantía por los Dodgers, luego del trago amargo con los Ángeles, que llegó a borrarle su afable sonrisa durante algún tiempo.
"Me sentí un poco raro cuando llegué aquí, por las circunstancias en las que salí de Anaheim. Era como decir: `guau, aquí estoy". Primera vez en mi carrera que me pasaba algo así, quedar libre al comienzo de temporada y después firmar con otro equipo. Pero cuando vi mi nombre en el locker sentí una emoción de segundos. Claro, después te activas y dices `hay que ponerle el mismo entusiasmo de siempre e intentar aprovechar cada oportunidad’. Es lo que he hecho".
Nadie podría contradecirle.

Un viejo conocido
La presencia del manager Don Mattingly le facilitó las cosas a Abreu.
El estratega fue coach de bateo y banca de los Yanquis, cuando el venezolano fue regular en la Gran Manzana (2006-2007).
"Nos llevamos muy bien. Tenemos una gran empatía y hasta el momento estoy cumpliendo con el trabajo que en encomendó. La relación es muy buena. Es una persona muy directa y clara al momento de transmitir lo que piensa. Eso siempre se respeta. Es la manera cómo me gusta trabajar. Me explicó de inmediato cómo era la situación y cuál era mi rol".

Hola, Dodger Stadium
Bob Abreu comenzó la temporada con una modesta línea de producción vitalicia en Dodger Stadium .227/.342/.340, en 44 partidos. Los espacios de ese parque siempre le resultaron hostiles hasta que se mudó al que ahora es su nuevo hogar a principios de mayo. Hasta el sábado ligaba .400/.526/.500, con un extraordinario OPS de 1.026, en 11 desafíos.
"Siempre había venido al Dodger Stadium de visita. Ahora estoy jugando como local.
Paso más tiempo aquí. Entonces uno puede empezar a ver cuáles son las partes buenas para batear. Pienso que es la constancia del día a día.
Empiezas a ubicar tus batazos mejor para que puedan pasar de hit", explicó.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 27 de mayo de 2012

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