Fotos RAÚL ROMERO
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El
zurdo se convirtió en la firma más importante del país durante el pasado
proceso del 2 de julio y actualmente se entrena en la academia de los Rays en Guacara
GUACARA
El
nombre de José Castillo apareció en varios reportes de scouts en noviembre de
2011, durante un showcase organizado por Major League Baseball en el estado
Carabobo. El zurdo llamó la atención por su presencia en el montículo y soltura
del brazo. Pero era uno más entre potenciales firmas de peloteros elegibles en
2012.
En los
siguientes siete meses su estatus creció de manera exponencial y se convirtió
en uno de los prospectos más cotizados de Latinoamérica y, eventualmente, en la
firma más importante de Venezuela en el proceso de captación de agentes libres
internacionales del 2 de julio, tras conseguir un pacto por 1,55 millones de
dólares con los Rays.
Su
vertiginoso ascenso todavía no deja de sorprender a los entendidos, pero no al
lanzador que nació en Valencia y creció en Guárico.
“Siempre
esperé por algo como esto desde que comencé en el beisbol”, asegura el
adolescente, que pese a sus cortos 16 años intimida con una estatura de 1,93 metros .
Enfundado
en el uniforme de home club de los floridanos, luce radiante, como la luminosa
mañana que acompaña la cadencia de la práctica en la academia de Tampa Bay en
Guacara.
“Era
una de las metas que nos habíamos planteado y la cumplimos. El próximo objetivo
es llegar a las grandes ligas”.
Hace
algunos años esa posibilidad ni siquiera aparecía en el horizonte. En la Escuela de Desarrollo de Talento
Deportivo de Camaguán, una localidad de poco más de 18.000 habitantes en el
suroeste de Guárico, la disciplina de mayor difusión es el voleibol y, como sus
padres José Castillo y Yuraima Tovar lo hicieron en su juventud, el espigado
José Jr. comenzó rematando balones en la net alta.
“Él y
su hermano mayor (Manuel) jugaron voleibol y llegaron a representar al estado
en Campeonatos Nacionales”, recuerda su padre, que llegó a vestir el uniforme
de la selección nacional de menores entre los años 1985 y 1989. “En el pueblo
no teníamos suficientes niños para armar un equipo de beisbol”.
Fue su
tío José Tovar, un aficionado a la pelota, que inculcó en Ángel, el menor de
los vástagos, José y Manuel el interés por los diamantes.
“Teníamos
que llevarlos a Calabozo (a una hora por carretera) o San Fernando (de Apure,
un trayecto mucho más corto) para que jugaran con Los Criollitos. José tenía
ocho años. Hacíamos un gran sacrificio, porque era muy costoso comprar los
guantes, los uniformes y los zapatos con los sueldos que ganábamos de mi esposa
(docente de la escuela Josefina Moreno de Olivares) y yo”, cuenta el señor
Castillo, que a sus 39 años trabaja como obrero en la Escuela Bolivariana
Brisas de Camaguán.
José
pronto comenzó a destacarse. “Era pitcher, pero cuando llegaba al límite de
pitcheos me ponían en primera y también lo hacía bien”, sonríe, mientras
rememora sus días con el equipo Bravos, y luego baja la voz en tono de
complicidad. “No quiero que mis compañeros (de los Rays) digan que soy un
agrandado, porque me entrevista la prensa”.
“Es un
gran muchacho. Callado. Con una gran ética de trabajo. Cuando lo reclutamos y
empezamos a trabajar con él en nuestro programa, pasaba hasta tres y cuatro
meses sin ver a su familia. Nunca se quejó. Estaba muy consciente de la
importancia de lo que estaba haciendo y la empresa que tenía delante”, destaca
su agente Félix Olivo, director de la academia OL Baseball Group. “Mi hermano
(Carlos Olivo) lo vio por primera vez en un Campeonato Nacional (en el estado
Sucre), representando a Guárico en 2010. Hablamos con sus padres y comenzamos a
trabajar con José desde marzo. No tenía mucho beisbol. Su brazo era limpio,
pero el movimiento demasiado largo. Así que fue un esfuerzo minucioso, de lunes
a sábado, para meterlo en la rutina de los tryouts”.
En
febrero de este año viajó a República Dominicana como parte del equipo de
prospectos venezolanos que se enfrentaron durante tres fechas a sus pares quisqueyanos.
La recta de Castillo fue medida en el rango de las 84-85 millas por hora, con un
pitcheo quebrado comparable a una slurve.
Su
desempeño le ayudó a ser colocado en el puesto 19 de los 20 mejores peloteros
elegibles para firmar en 2012 por MLB.com. A partir de ese momento sus
progresos fueron notables. Aumentó 9 mph la velocidad de la recta y mejoró la
curva. Antes del 2 de julio apareció sexto en el ránking de la prestigiosa
publicación Baseball America.
“Después
de ese showcase en febrero, el trabajo físico fue agotador, pero rindió sus
frutos”, relata Castillo. “Perdí la cuenta de cuántos scouts me vieron. Trabajaba
en el bullpen con la regularidad de un abridor, lanzaba siempre al quinto día.
Mi agente no permitía que alterara esa rutina. Así que muchos me vieron sólo
entrenándome, soltando el brazo”.
Se
trasladó cuatro veces más a Santo Domingo donde fue observado en presentaciones
privadas por varias organizaciones.
Cerca
de la fecha tope, Reales, Dodgers y Rays se enfrascaron en una cerrada disputa
por sus derechos. Al final Tampa Bay se llevó el premio y Castillo se convirtió
en el zurdo venezolano con el bono más jugoso en la historia del proceso de 2
de julio, superando a Yohander Méndez, que el año pasado firmó con los Rangers
por $ 1,5 millones. Mientras que en la región, de acuerdo con reportes
oficiales, su incentivo sólo se situó por debajo del campocorto dominicano Amed
Rosario, que estampó su firma con los Mets por $ 1,75 millones.
En un
mercado sin las nuevas restricciones del nuevo contrato colectivo entre el
sindicato de peloteros y MLB, que establece un límite de $ 2,9 millones entre
el 2 de julio de 2012 y 15 de junio de 2013, en la inversión para captar
talento fuera de Estados Unidos, Castillo se hubiese cotizado muy por encima de
los $ 3,0 millones.
“Su
talento, invita a soñar”, enfatiza Olivo.
Zurdo valioso
Carlos Alfonso, director
de operaciones internacionales de Tampa Bay, confiesa que en principio el
derecho José Mujica —a quien entregaron
un millón de dólares para firmarlo— impresionó a los scouts de la organización
por su capacidad para lanzar.
“Sabe lo que está haciendo en el montículo. Posee
una idea clara de lo que es la zona de strike y un feeling que muchos no logran tenerlo ni a los 21 años. Tira un
tremendo cambio, una recta pesada (93-94 mph ) y un slider en
proceso de mejorar. Comando extraordinario. Era el número uno del país, sin
dudas, y de Latinoamérica. Pero a los zurdos nunca los puedes descartar y aunque
Castillo no hubiese tenido el aumento de millas que logró, uno podía pensar que
por su estatura y soltura de brazo podría lanzar más duro. Habíamos hecho un
seguimiento exhaustivo, dirigido por nuestro coordinador de scouts Marlon
Roche, y terminamos sorprendidos con lo que hizo”.
El
equipo de busca talentos de los Rays observó a Castillo durante año y medio.
Así que Andrew Friedman y Gerry Hunsicker, los hombres que encabezan el
departamento de operaciones de béisbol del equipo, no tardaron en aprobar la
firma.
“Castillo
tiene un techo que se pierde de vista”, sustenta Alfonso. “Claro no va a tirar 144 mph , pero todavía tiene
capacidad para mejorar, sobretodo en su mecánica. No soy un instructor de
pitcheo, pero he notado que cuando completa su movimiento cae un poco sobre el
talón (derecho) y se abre, lo que le impide tener un lanzamiento rompiente
normal (curva o slider). Su aumento de millas le llevó a perder un poco de
comando. Pero son pequeños detalles que corregirá con su gran actitud y deseos
de mejorar. Es un muchacho especial”.
Dewey
Robinson, uno de los coordinadores de pitcheo de ligas menores de los Rays, visitará
al país para trabajar con Castillo y Mujica durante algunas semanas en agosto.
Robinson, un reputado técnico con 26 años de experiencia repartidos entre
Medias Blancas, Astros y Rays, tuvo la posibilidad de instruir al zurdo durante
su visita a las instalaciones de Tampa Bay en Dominicana y llegó a asegurar que
el venezolano estaba más adelantado que C. C. Sabathia, ganador del Cy Young,
cuando tenía su edad.
“Es muy
fácil emocionarse al verlo lanzar. Estamos muy contentos con él”, interviene
Ronnie Blanco, director de la academia de Guacara. “Tenemos algo especial en
nuestras manos. De eso no hay dudas”.
Un exitoso historial
El
sistema de granjas de los Rays es uno de los más ricos en talento de las
mayores. El éxodo de 7 agentes libres durante el receso de temporada, le dio
una compensación de 12 selecciones en las primeras dos rondas del draft de
2011, un número sin precedentes. Su presencia en el país los llevó a que sus
seis firmas más importantes de 2 de julio fueron venezolanos, incluidos los
lanzadores Germán Márquez ($ 225.000) y Abrahan Rodríguez ($ 200.000). Este año
superaron el tope de $ 2,9 millones de presupuesto de los equipos de MLB con
las firmas de José Castillo, José Mujica y el receptor David Rodríguez ($ 680.000),
para establecer un récord en la franquicia. Y todavía siguen pujando por el
zurdo brasilero Luiz Gohara, elegible a partir del 31 de julio. “Sabíamos
cuáles eran las reglas. No tenemos miedo al momento de buscar al mejor talento
disponible”, advierte Alfonso.
Este
año las granjas de los Rays iniciaron en el puesto 11 del ranking de Baseball America. De la academia de
Guacara han llegado al roster de 40 los lanzadores Albert Suárez y Wilking
Rodríguez, mientras que Felipe Rivero fue convocado al Juego de Estrellas del
Futuro en Kansas City.
Ahora
mismo la rotación de los Rays en las mayores se formó en sus granjas (David
Price, James Shields, Matt Moore, Jeremy Hellickson y Alex Cobb, además del
lesionado Jeff Niemann).
Así que
no es difícil entender por qué los representantes de Castillo rechazaron
ofertas de Reales y Dodgers que superaban en $ 200.000 el monto final de Tampa
Bay.
“Castillo
tiene la posibilidad de moverse rápido en esta organización. Si su desarrollo
continúa sin obstáculos esperamos que llegue a las mayores en 4 años”,
pronostica Olivo.
En
septiembre Castillo irá a la Liga Instruccional y en la próxima primavera será
asignado a su primer equipo profesional.
ElDato
Manuel Castillo, un outfielder derecho
de 17 años, firmó junto con su hermano José por $ 35.000 y en 2013 será
asignado al equipo de los Rays en la Venezuelan Summer
League. “Tiene herramientas para jugar y aquí tenemos el espacio para
desarrollarlo”, dijo Ronnie Blanco.
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 22 de julio de 2012
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