domingo, 22 de julio de 2012

José Castillo hace soñar a Tampa Bay



Fotos RAÚL ROMERO


El zurdo se convirtió en la firma más importante del país durante el pasado proceso del 2 de julio y actualmente se entrena en la academia de los Rays en Guacara


GUACARA
El nombre de José Castillo apareció en varios reportes de scouts en noviembre de 2011, durante un showcase organizado por Major League Baseball en el estado Carabobo. El zurdo llamó la atención por su presencia en el montículo y soltura del brazo. Pero era uno más entre potenciales firmas de peloteros elegibles en 2012.
En los siguientes siete meses su estatus creció de manera exponencial y se convirtió en uno de los prospectos más cotizados de Latinoamérica y, eventualmente, en la firma más importante de Venezuela en el proceso de captación de agentes libres internacionales del 2 de julio, tras conseguir un pacto por 1,55 millones de dólares con los Rays.
Su vertiginoso ascenso todavía no deja de sorprender a los entendidos, pero no al lanzador que nació en Valencia y creció en Guárico.
“Siempre esperé por algo como esto desde que comencé en el beisbol”, asegura el adolescente, que pese a sus cortos 16 años intimida con una estatura de 1,93 metros.
Enfundado en el uniforme de home club de los floridanos, luce radiante, como la luminosa mañana que acompaña la cadencia de la práctica en la academia de Tampa Bay en Guacara.
“Era una de las metas que nos habíamos planteado y la cumplimos. El próximo objetivo es llegar a las grandes ligas”.
Hace algunos años esa posibilidad ni siquiera aparecía en el horizonte. En la Escuela de Desarrollo de Talento Deportivo de Camaguán, una localidad de poco más de 18.000 habitantes en el suroeste de Guárico, la disciplina de mayor difusión es el voleibol y, como sus padres José Castillo y Yuraima Tovar lo hicieron en su juventud, el espigado José Jr. comenzó rematando balones en la net alta.
“Él y su hermano mayor (Manuel) jugaron voleibol y llegaron a representar al estado en Campeonatos Nacionales”, recuerda su padre, que llegó a vestir el uniforme de la selección nacional de menores entre los años 1985 y 1989. “En el pueblo no teníamos suficientes niños para armar un equipo de beisbol”.
Fue su tío José Tovar, un aficionado a la pelota, que inculcó en Ángel, el menor de los vástagos, José y Manuel el interés por los diamantes.
“Teníamos que llevarlos a Calabozo (a una hora por carretera) o San Fernando (de Apure, un trayecto mucho más corto) para que jugaran con Los Criollitos. José tenía ocho años. Hacíamos un gran sacrificio, porque era muy costoso comprar los guantes, los uniformes y los zapatos con los sueldos que ganábamos de mi esposa (docente de la escuela Josefina Moreno de Olivares) y yo”, cuenta el señor Castillo, que a sus 39 años trabaja como obrero en la Escuela Bolivariana Brisas de Camaguán.
José pronto comenzó a destacarse. “Era pitcher, pero cuando llegaba al límite de pitcheos me ponían en primera y también lo hacía bien”, sonríe, mientras rememora sus días con el equipo Bravos, y luego baja la voz en tono de complicidad. “No quiero que mis compañeros (de los Rays) digan que soy un agrandado, porque me entrevista la prensa”. 
“Es un gran muchacho. Callado. Con una gran ética de trabajo. Cuando lo reclutamos y empezamos a trabajar con él en nuestro programa, pasaba hasta tres y cuatro meses sin ver a su familia. Nunca se quejó. Estaba muy consciente de la importancia de lo que estaba haciendo y la empresa que tenía delante”, destaca su agente Félix Olivo, director de la academia OL Baseball Group. “Mi hermano (Carlos Olivo) lo vio por primera vez en un Campeonato Nacional (en el estado Sucre), representando a Guárico en 2010. Hablamos con sus padres y comenzamos a trabajar con José desde marzo. No tenía mucho beisbol. Su brazo era limpio, pero el movimiento demasiado largo. Así que fue un esfuerzo minucioso, de lunes a sábado, para meterlo en la rutina de los tryouts”.
En febrero de este año viajó a República Dominicana como parte del equipo de prospectos venezolanos que se enfrentaron durante tres fechas a sus pares quisqueyanos. La recta de Castillo fue medida en el rango de las 84-85 millas por hora, con un pitcheo quebrado comparable a una slurve.
Su desempeño le ayudó a ser colocado en el puesto 19 de los 20 mejores peloteros elegibles para firmar en 2012 por MLB.com. A partir de ese momento sus progresos fueron notables. Aumentó 9 mph la velocidad de la recta y mejoró la curva. Antes del 2 de julio apareció sexto en el ránking de la prestigiosa publicación Baseball America.    
“Después de ese showcase en febrero, el trabajo físico fue agotador, pero rindió sus frutos”, relata Castillo. “Perdí la cuenta de cuántos scouts me vieron. Trabajaba en el bullpen con la regularidad de un abridor, lanzaba siempre al quinto día. Mi agente no permitía que alterara esa rutina. Así que muchos me vieron sólo entrenándome, soltando el brazo”.
Se trasladó cuatro veces más a Santo Domingo donde fue observado en presentaciones privadas por varias organizaciones.
Cerca de la fecha tope, Reales, Dodgers y Rays se enfrascaron en una cerrada disputa por sus derechos. Al final Tampa Bay se llevó el premio y Castillo se convirtió en el zurdo venezolano con el bono más jugoso en la historia del proceso de 2 de julio, superando a Yohander Méndez, que el año pasado firmó con los Rangers por $ 1,5 millones. Mientras que en la región, de acuerdo con reportes oficiales, su incentivo sólo se situó por debajo del campocorto dominicano Amed Rosario, que estampó su firma con los Mets por $ 1,75 millones.
En un mercado sin las nuevas restricciones del nuevo contrato colectivo entre el sindicato de peloteros y MLB, que establece un límite de $ 2,9 millones entre el 2 de julio de 2012 y 15 de junio de 2013, en la inversión para captar talento fuera de Estados Unidos, Castillo se hubiese cotizado muy por encima de los $ 3,0 millones.
“Su talento, invita a soñar”, enfatiza Olivo.

Zurdo valioso
Carlos Alfonso, director de operaciones internacionales de Tampa Bay, confiesa que en principio el derecho José Mujica —a quien entregaron un millón de dólares para firmarlo— impresionó a los scouts de la organización por su capacidad para lanzar.
“Sabe lo que está haciendo en el montículo. Posee una idea clara de lo que es la zona de strike y un feeling que muchos no logran tenerlo ni a los 21 años. Tira un tremendo cambio, una recta pesada (93-94 mph) y un slider en proceso de mejorar. Comando extraordinario. Era el número uno del país, sin dudas, y de Latinoamérica. Pero a los zurdos nunca los puedes descartar y aunque Castillo no hubiese tenido el aumento de millas que logró, uno podía pensar que por su estatura y soltura de brazo podría lanzar más duro. Habíamos hecho un seguimiento exhaustivo, dirigido por nuestro coordinador de scouts Marlon Roche, y terminamos sorprendidos con lo que hizo”.
El equipo de busca talentos de los Rays observó a Castillo durante año y medio. Así que Andrew Friedman y Gerry Hunsicker, los hombres que encabezan el departamento de operaciones de béisbol del equipo, no tardaron en aprobar la firma.

“Castillo tiene un techo que se pierde de vista”, sustenta Alfonso. “Claro no va a tirar 144 mph, pero todavía tiene capacidad para mejorar, sobretodo en su mecánica. No soy un instructor de pitcheo, pero he notado que cuando completa su movimiento cae un poco sobre el talón (derecho) y se abre, lo que le impide tener un lanzamiento rompiente normal (curva o slider). Su aumento de millas le llevó a perder un poco de comando. Pero son pequeños detalles que corregirá con su gran actitud y deseos de mejorar. Es un muchacho especial”. 
Dewey Robinson, uno de los coordinadores de pitcheo de ligas menores de los Rays, visitará al país para trabajar con Castillo y Mujica durante algunas semanas en agosto. Robinson, un reputado técnico con 26 años de experiencia repartidos entre Medias Blancas, Astros y Rays, tuvo la posibilidad de instruir al zurdo durante su visita a las instalaciones de Tampa Bay en Dominicana y llegó a asegurar que el venezolano estaba más adelantado que C. C. Sabathia, ganador del Cy Young, cuando tenía su edad.
“Es muy fácil emocionarse al verlo lanzar. Estamos muy contentos con él”, interviene Ronnie Blanco, director de la academia de Guacara. “Tenemos algo especial en nuestras manos. De eso no hay dudas”.

Un exitoso historial
El sistema de granjas de los Rays es uno de los más ricos en talento de las mayores. El éxodo de 7 agentes libres durante el receso de temporada, le dio una compensación de 12 selecciones en las primeras dos rondas del draft de 2011, un número sin precedentes. Su presencia en el país los llevó a que sus seis firmas más importantes de 2 de julio fueron venezolanos, incluidos los lanzadores Germán Márquez ($ 225.000) y Abrahan Rodríguez ($ 200.000). Este año superaron el tope de $ 2,9 millones de presupuesto de los equipos de MLB con las firmas de José Castillo, José Mujica y el receptor David Rodríguez ($ 680.000), para establecer un récord en la franquicia. Y todavía siguen pujando por el zurdo brasilero Luiz Gohara, elegible a partir del 31 de julio. “Sabíamos cuáles eran las reglas. No tenemos miedo al momento de buscar al mejor talento disponible”, advierte Alfonso.
Este año las granjas de los Rays iniciaron en el puesto 11 del ranking de Baseball America. De la academia de Guacara han llegado al roster de 40 los lanzadores Albert Suárez y Wilking Rodríguez, mientras que Felipe Rivero fue convocado al Juego de Estrellas del Futuro en Kansas City.
Ahora mismo la rotación de los Rays en las mayores se formó en sus granjas (David Price, James Shields, Matt Moore, Jeremy Hellickson y Alex Cobb, además del lesionado Jeff Niemann).
Así que no es difícil entender por qué los representantes de Castillo rechazaron ofertas de Reales y Dodgers que superaban en $ 200.000 el monto final de Tampa Bay.
“Castillo tiene la posibilidad de moverse rápido en esta organización. Si su desarrollo continúa sin obstáculos esperamos que llegue a las mayores en 4 años”, pronostica Olivo.
En septiembre Castillo irá a la Liga Instruccional y en la próxima primavera será asignado a su primer equipo profesional.  

ElDato
Manuel Castillo, un outfielder derecho de 17 años, firmó junto con su hermano José por $ 35.000 y en 2013 será asignado al equipo de los Rays en la Venezuelan Summer League. “Tiene herramientas para jugar y aquí tenemos el espacio para desarrollarlo”, dijo Ronnie Blanco.

              Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 22 de julio de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario