El prospecto convenció con sus habilidades detrás
del plato y fue la principal apuesta de Nueva York
en el inicio del proceso de firmas de agentes libres internacionales
Luis Torrens ya era un furibundo aficionado de los
Yanquis cuando comenzó a destacarse en el beisbol menor con los Criollitos de
Venezuela y fue convocado a selecciones nacionales desde los 10 años de edad.
Primero en el campocorto y después como un fiable antesalista, soñaba con
emular a Derek Jeter y Alex Rodríguez.
El lunes recibió la oportunidad de dar el primer
paso en el camino hacia las mayores con el uniforme a rayas de los
neoyorquinos. Pero en una posición que en sus fantasías de niño no imaginó: la
receptoría.
“Al principio fue un poco complicado
acostumbrarme”, dijo el adolescente de 16 años, que recibió un bono de 1,3
millones de dólares por estampar su firma en un contrato con la insignia de los
Bombarderos del Bronx, el tercero más alto de la organización en el país. “Siempre jugué a la izquierda del cuadro en los tryouts.
Aunque (desde hace casi cuatro meses) he estado aprendiendo a diario sobre el
trabajo de ser catcher y me gusta mucho. Nunca antes practiqué allí y eso que
siempre me dijeron que iba a terminar con una mascota”.
La principal herramienta del valenciano es su bate
y como jugador de cuadro estaba dotado de buenas manos y un potente brazo, sólo
que no contaba con la velocidad necesaria para cubrir terreno. Una
característica que facilitó la transición, aumentó su valor en el mercado y lo
convirtió en el segundo mejor prospecto del 2 de julio en Latinoamérica, detrás
de su compatriota Franklin Barreto, de acuerdo con Baseball America.
“Por su potencial creemos que es un jugador que
puede asemejarse a Jesús Montero. Proyecta batear para promedio y poder”,
destacó Ricardo Finol, supervisor de scouts de Nueva York en el país. “Su
ofensiva lo hará moverse rápido en nuestro sistema de ligas menores. No hay
duda. Pero fue su capacidad para asimilar el cambio del infield a la
receptoría, lo que le ayudó a recibir ese importante bono (el más alto de 2012
en Venezuela, de acuerdo con reportes oficiales)”.
Según Finol, Torrens pareciera que ha llevado los
aperos de catchers desde siempre.
“En un tryout (en República Dominicana), que pocas
personas observaron, hizo un disparo a segunda en 1,79 segundos en una
situación de juego real. Excepcional. Su brazo está por encima del average.
Recibió muy bien, sus manos son suaves como las de todo infielder y su
movimiento de pies detrás del home muy coordinado”, glosó el scout.
Torrens aseguró que hasta ahora lo más difícil ha
sido bloquear piconazos. También deberá aprender a llamar y dirigir el juego.
“Es muy inteligente y capta rápido”, enfatizó Finol.
“Uno siempre tiene que enfocarse en mejorar. Con
constancia logras los objetivos”, aseguró Torrens, sin dejar espacio para la
duda.
Bajo la tutela de Mosquera
Una vez que Luis Torrens reciba la visa de trabajo,
viajará al complejo de los Yanquis en Tampa, Florida, para someterse al examen
médico de rigor. Cumplido ese requisito comenzará un estricto programa de
acondicionamiento físico e iniciará su trabajo con el panameño Julio Mosquera,
instructor de receptores de la organización, que ya tuvo bajo su tutela a
prospectos de la talla de Jesús Montero y Austin Romine.
“Seguirá entrenándose hasta la liga instruccional,
en septiembre, y si continúa progresando, no tengo dudas que será titular en la
filial de novatos en 2013”, acotó Ricardo Finol.
Torrens, con 15 años de edad jugó en la liga
invernal de Panamá, un circuito entre clase A+ y doble A, y ligó .255/.275/.303
en 66 turnos.
ElDato
Torrens y Finol, minutos después del acuerdo |
Luis Torrens
fue firmado
en Venezuela
por los Navegantes
del Magallanes.
Bonos
más altos
de los Yanquis en Venezuela
Jesús Montero, catcher, $ 1,65 millones, 2006
Jackson Melián, jardinero, $ 1,6 millones,1996
Luis Torrens, catcher, $ 1,3 millones, 2012
Ramón Flores, jardinero, $
775.000, 2008
Jackson Valera, catcher, $
675.000, 2008
Eduardo Sosa, jardinero, $ 500.000, 2007
Eduardo Sosa, jardinero, $ 500.000, 2007
Esta
nota apareció publicada en el diario El Nacional el 4 de julio de 2012
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