viernes, 27 de septiembre de 2013

Luis Sojo celebró su carrera en el Salón de la Fama

Foto CORTESÍS MUSEO DEL BEISBOL
Sojo se retiró con el segundo promedio más alto de la LVBP

El icono de los Cardenales de Lara fue el centro de un emotivo acto, cargado de anécdotas y recuerdos. Dalmiro Finol se unió al templo de los inmortales  


VALENCIA
Luis Sojo siempre ha sido un hombre elocuente. En sus días como jugador activo nunca dejó de responder con sus batazos en los momentos clave y como manager siempre tiene algo que decir. Pero, embargado por la emoción, debió detenerse varias veces para enjugar las lágrimas, tomar aire, y luego continuar con sus palabras de agradecimiento durante una de las ceremonias más concurridas de exaltación al Salón de la Fama, que se haya realizado en el Museo de Beisbol.

“Creo que estoy leyendo algo que no es mi discurso”, dijo, echando mano a una original salida que provocó las risas del abarrotado auditorio Luis Aparicio, mientras trataba de recomponerse. “Es un día muy importante para mí. Quién iba a pensar que un muchacho de Petare, que un niño como yo, iba a jugar profesional. Confieso que nunca lo pensé. Pero un día, mi hermano (Hernán) me llevó al Parque del Este y allí conocí al señor Ángel Renato Vilchez y por ahí siguieron las andanzas de aquel niño con anhelos de ser un pelotero. Años más tarde, después de muchas enseñanzas, Vilchez me presentó a Alfonso Carrasquel y éste a Domingo Carrasquel, que era el gerente deportivo de Cardenales y ustedes saben el resto”.

El infielder y jardinero vistió el uniforme de Lara en 21 temporadas en las que fue Novato del Año (1986-87), dos veces Jugador Más Valioso (1989-90 y 1993-94), ganó cinco títulos de bateo, se convirtió en uno de los seis bateadores de la liga con al menos 1.000 imparables, mientras que dejó promedio vitalicio de .321, el más elevado entre los bateadores derechos, sólo superado por Víctor Davalillo (.325). Una actuación que ayudó a los pájaros rojos a alcanzar cuatro campeonatos. En las mayores actuó durante 13 campañas y atesoró cinco anillos de Serie Mundial.

“Por mi mente nunca pasó que podría tener ese éxito. Siempre pensé que era un pelotero del montón, pero con un corazón grande. Eso me convirtió en el pelotero que fui. Tuve mucha disposición, muchos deseos de superar las caídas que sufrí, no sólo a nivel profesional, sino en mi niñez y adolescencia. Muchos problemas que me impidieron practicar beisbol desde temprano, el factor económico sobretodo. Por eso, estoy aquí y no lo creo”.

Sojo reconoció a Domingo Carrasquel porque “peleó” para que le dieran “la oportunidad de ser un pelotero profesional” y lo ayudó a ser “un hombre de bien”; a Omar Malavé, que lo empujó a convertirse en líder del Cardenales; así como a sus compañeros Oscar Escobar, “un motivador cuando empecé en ligas menores”, Giovanni Carrara y Robert Pérez, “ambos artífices de los momentos importantes de los Cardenales”; a Lara, “porque fue una organización que siempre me apoyó”, y al Magallanes, “por rescatarme para la liga como manager”.

“Robert me ayudó a mantenerme firme cuando los Azulejos me enviaron a ligas menores después de colocarme en waivers (1993). Regresé a Venezuela, tuve la mejor temporada con Lara y me eligieron Jugador Más Valioso. Allí iniciamos una gran época con el equipo. Por eso y todo lo que ha hecho, pienso que no hay un mejor jugador en esta liga que él”.

Al petareño, de 48 años de edad, volvió a quebrársele la voz cuando mencionó a su familia, en especial su esposa Zuleima. En medio del emotivo momento su hija menor, Lys, de cuatro años de edad, rompió el protocolo y corrió hasta el podio a abrazarlo.

“Ella es mi último hit”, soltó Sojo, esta vez entre risas.

El primer slugger

El nombre de Dalmiro Finol aparecía en el Salón de la Fama junto al resto del equipo de Venezuela que ganó la Serie Mundial Amateur de 1941 y desde ayer el recinto también mostrará un nicho individual para el zuliano.

El Ovejo, como era apodado, fue una de las grandes figuras del beisbol nacional entre los años 40 y 50. Brilló con el Cervecería Caracas y con el Gavilanes, en la Liga Occidental. Cuando se retiró era líder de la LVBP con 48 jonrones y 293 empujadas.

“Finol y las figuras de su generación hicieron posible que el beisbol se alojara en los corazones de los venezolanos y se convirtiera en una pasión”, señaló Giner García, director ejecutivo del Salón de la Fama.

La placa de Finol, fallecido en 1994, fue recibida por su viuda Cira de Finol.     

ElDato
Los artistas plásticos Wilmer Rivas y Adolfo Estopiñán fueron los responsables de los óleos y las estatuillas en los que quedaron inmortalizados Luis Sojo y Dalmiro Finol.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 27 de septiembre de 2013 

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